EDUARDO SANGUINETTI
En el proceso de
manipulación se utilizan dos elementos determinantes que accionan de forma
velada: la seducción y la censura. La censura se ejerce a fin de permitir que
la seducción alcance los fines que se propone. La seducción es el rostro
aparentemente atractivo que inhibe se perciba algún rastro del accionar
criminal de la censura Ambas están al servicio de quién origina la información
falaz y mentirosa, el único beneficiario.
En este contexto,
‘las filosofía débiles’, ‘el proyecto dolce’, ‘el producto light’ o la
geometría blanda, son meros síntomas y testimonios de la situación planteada
ante esta ‘nueva realidad’, más que ensayos de solución personal para los
vagabundos de este tercer milenio, que entre susurros y alaridos claman por
“justicia, paz y verdad” y sobre todo con la posibilidad de expresarse con
libertad y sin censura. Muchas gracias por adherir a esta petición, elaborada
con la espontaneidad de la emergencia que acredita el instante.
Eduardo Sanguinette
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