EL RAZONABLE ADIÓS
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-
Dilatados años tengo,
transcurridos en el mundo.
¡Yo bien sé de dónde vengo,
y con firmeza, me atengo,
al enigma más profundo!
Si la voluntad celestial,
quiere apartarme de ustedes,
dando un revés especial,
en este BLOG, sin igual,
encontrarán mis haberes.
Cuando vuelvan de la siembra,
aunque yo ya me haya muerto,
iré con el sentimiento,
arando la misma tierra,
Cuando lo mande el
Destino,
estar con ustedes quisiera,
para darles mi pan, mi vino,
mi holgado andar peregrino,
y un amor que les espera.
Las atenciones de todos,
no las pago en esta historia,
ni rompiéndome los codos,
ni escudriñando acomodos,
que les confieran la Gloria
¡Cuiden la siembra de todos!
¡Cuiden el rosal del huerto!
¡Que no les falte el amor,
que es más que el agua de riego!
Cuando lleguen al lindero,
de antemano señalado,
con ternura les espero,
para darles un lucero,
por lo mucho soportado.
La más encendida rosa,
les reservo sin retrasos.
¡Ya mi alma se alboroza,
cundo tranquila reposa,
al calor de sus abrazos!
Pedro Infante lo cantó:
“LA VIDA NO VALE NADA,
NO VALE NADA LA VIDA.
COMIENZA APENAS LLORANDO,
CUANDO LLORANDO SE ACABA,
POR ÉSO QUE, EN ESTE MUNDO,
¡LA VIDA NO VALE NADA!”
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