DIVAGACIONES DE UN 10 DE SEPTIEMBRE
DUNIA SÁNCHEZ
Vienes lenta, con la brisa dando su
ultimo aliento a esta estación veraniega. El calor se arrima, son las primeras
horas de un amanecer donde los pájaros permanecen callados y me llamas. Me
llamas con la frágil promesa de alas partidas en el transcurso de las horas, de
los minutos, de los segundos…de los años. No estás triste. Esa tristeza la has
dejado atrás donde tu soledad se columpia con la edificación de tus raíces más
allá de la verticalidad. Y vienes lenta. Y me miras. Y yo te miro. Y te digo
que un mañana se asomará a nuestra memoria al unísono como eje de una nueva
vida. Mientras, estamos aquí ¿Me hablas? Si te entiendo, un novedoso escenario
nos presentara como hija de los vientos, como hija de los océanos , como hijas
de un mundo donde el lamento no tiene cabida. Se que cuesta creerme. Confía en
ti y después en mí. Dame la mano amor mío y conversemos con los soles, con las
lunas que nos despierta esas sensaciones maravillosas del arte de vivir, del
arte de amar. Porque te quiero. Me callo. No diré tu nombre. No diré donde el
querer tiene su bella cuna meciéndose con ese otoño que llega. Descorro las
cortinas. Me asomo al balcón. Un niño llora, toda la noche. Y no se que porqué
intento localizar el llanto prolongado en la oscura noche. Y no lo encuentro
amor…no lo encuentro. Y vienes, procuro abrazarte en mis pensamientos
entretanto el amargo grito del nocturno aviva la incertidumbre de esta
atmósfera que nos envuelve. Pero cuando duermo amor…cuando duermo y te sueño,
la paz y la calma acarician mis sentidos. No obstante, esos gritos estremecen
mi visión de este planeta. Un punto , un epicentro de una masiva cantidad de
niños, de niños en la soledad que da la violencia, el maltrato, las
incompresibles que guerras que desbaratan su mañana. Ay , amor. ¿Qué cansada
estoy y tú, cómo estás? ¿Duermes? Sigue querida amiga, hay que descansar, hay
que reponerse para las sacudidas intermitentes de la existencia. Yo sigo aquí,
donde siempre, escribiendo lo mismo. Tal vez esperándote pero con la decisión
de ser frente al infortunio, a la fortuna de ser hija de la vida, hija de la
alegría. Ahora, todo es silencio. Y en este instante te converso, te llamo , te
siento, te beso.
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