FEIJÓO, UNA DE VOX Y OTRA DE ARENA
ANA PARDO DE
VERA
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el
de FAES, José María Aznar.- PP
Es difícil aventurar qué pretende Alberto Núñez Feijóo con sus saltos entre mandar a la Armada a frenar la llegada de cayucos desde África o reunirse con la postfacista Georgia Meloni y declararse a favor de la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad o de la reducción de la jornada laboral ... aunque sea a su manera, esto sería, repartiendo las horas del viernes, por ejemplo, entre el lunes y el jueves; es decir, manejando muy bien el concepto "reducir", si se me permite el sarcasmo. Sea lo que sea, desde el sector más neoliberal del PP -entiéndase, sobre todo, el madrileño- ya le están avisando: no se debe intentar pescar votos en todos los caladeros, mucho menos, en los de la izquierda.
En
un giro inesperado de los acontecimientos, el presidente del PP se ha agendado las políticas
sociales como prioridad y anda cantándolas por el mundo ante el
malestar, por ejemplo, de Esperanza Aguirre. La expresidenta madrileña no tiene ningún problema,
además, en criticar públicamente a Feijóo, sea en sus redes
sociales, en entrevistas o en tertulias televisivas, pero la cuestión es que no
solo ella está descontenta con esta deriva del gallego, que, según Aguirre,
puede acabar llevando "a que la gente prefiera el original a la
copia", sino que dentro del PP reconocen cierto desconcierto con una
estrategia que, además, echa por tierra la anterior: "Pescar a la vez en
el caladero de Vox, que son nuestros votantes, y pescar en el del PSOE, que
rara vez lo han sido, no parece compatible. Esperanza tiene razón",
señala un alto cargo del PP en línea con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso,
que ha negado tajantemente estar de acuerdo con la reducción de la jornada
laboral.
Con
todo, a poco que se siga la trayectoria del líder del PP, lo normal en él es
lo que está haciendo ahora, lo que se conoce en la jerga pepera como
"ser moderado": vestirse de un manto de preocupación social con
asuntos que considera ideológicamente transversales, como la conciliación. De
hecho, el expresidente de la Xunta siempre saca pecho por la cobertura gratuita
de las escuelas infantiles en Galicia, aunque también se guarda mucho de decir
que la mayoría de éstas son de gestión privada, como en Andalucía o en la
Comunidad de Madrid.
De
momento, Feijóo ha prometido estos días una "ley de conciliación" que
aumente los permisos de paternidad y maternidad, incremente la reducción de
IRPF por hijo/a, garantice guarderías gratuitas e instaure otras ayudas
fiscales para familias con hijos. Porque "Hay que tener hijos" es
otra vez el mantra del PP, un eslogan que de nuevo no tiene nada y que, en realidad,
cae en lo de siempre: identificar la conciliación con los hijos/as y nada
más, un clásico tan conservador como el de mirarte mal si no quieres tenerlos.
Por supuesto, tampoco nos dice Feijóo de dónde va a sacar el dinero para
financiar tantas cosas si su objetivo es reducir impuestos al modo Ayuso.
Quizás se lo cuente a la patronal -que ya no sabe a qué atenerse- y a los
sindicatos, todos ellos a los que convocará estos días el Feijóo de la arena,
que el Feijóo de Vox ya estuvo en la FAES de José María Aznar este mismo
jueves.
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