HAITÍ. TROPAS NEGRAS CONTRA LA
SOBERANÍA HAITIANA
En
estos días se anunció que tropas de Belice y Jamaica reforzarán la presencia de
las tropas especiales de la policía de Kenia; mientras en la gatera están otras
tropas procedentes de países africanos y del Caribe afro descendiente.
Antes
de esas decisiones, la CÍA -con la colaboración del paramilitarismo colombiano,
de lo peor de la cúpula oligárquica y de la crápula que dirige el partido de
Martely, Jovenel Moises y Ariel Henry- formó bandas haitianas para aterrorizar
y desmovilizar a su pueblo. EEUU las armó con muchos hierros modernos.
Ahora,
esas bandas se usan como pretexto para desplegar tropas negras (africanas y
caribeñas) contra la soberanía y la libertad del pueblo haitiano.
Una fórmula neocolonial muy singular:
-Tropas
negras actuando contra la SOBERANÍA del país con el pueblo más negro y más
africano del Caribe y el Continente, pionero de la primera independencia y de
la revolución social anti esclavista.
-Intervención
militar imperialista de nuevo tipo.
-La
invasión extranjera más racista de la historia moderna.
-Tropas
agresoras negras instrumentadas por el imperialismo portador del dominio
colonial racista, dedicadas a invadir una República negra.
-Tropas
negras alienadas e instrumentalizadas por la supremacía blanca para servir a su
estrategia de dominación imperialista.
-Tropas
negras al servicio de la recolonización en favor del imperialismo blanco.
-Soldados
negros agresores, con mentalidad de siervos blancos.
-Militares
victimarios negros operando como “carne de cañón” contra las victimas del
pueblo más oprimido del hemisferio occidental.
El
diseño es gringo, con colaboración de sus aliados europeos y de gobernantes
serviles de África y esta región latino-caribeña. Nueva modalidad de
mercenarismo militar, en tanto conlleva tratos preferenciales y mucha plata
para alimentar al boa.
- CUENTAS POR PAGAR DE ABINDER.
El
principal promotor de su instrumentalización ha sido Luis Abinader, en franca
competencia con el neofascismo racista anti haitiano y en precisas funciones de
Gobernador de Colonia, tutelado por la Casa Blanca y el Comando Sur del
Pentágono.
En
su personalidad política-empresarial lo “medio árabe” y “medio dominicano” no
cuentan.
Cuentan
los grandes capitales exonerados de impuestos en los paraísos fiscales
caribeños del sistema financiero occidental.
Cuentan
la cultura POPY y la insensibilidad social.
Cuenta
la historiografía hispanófila de la que se deriva todo aquello de los
“haitianos invasores”, de la carga que no es carga, cuenta aquello de la “raza
inferior”.
Cuenta
aquello de PURA CEPA.
Cuenta
la mercadología electoral pervertida por la cultura política gringa o
agringada.
Cuenta
todo eso y, a saber, cuántas cosas peores soterradas, que no tardarán en ser
develadas.
Muy
cierto es que los daños causados a la convivencia armónica y cooperante con el
vecino y hermano pueblo de Haití, han sido enormes.
La
verdad es que los aportes de este gobierno al inmenso daño cultural que
implican las aberraciones racistas y xenófobas masificadas, es imperdonable.
Son
cuentas por pagar.
Es
para reventar de vergüenza ajena
Este
pueblo no merece eso.
El
pueblo haitiano, víctima principal, mucho menos.
Pero
Abinader, las elites mili-millonarias y la cúpula de la partidocracia
pervertida, han optado por servirle al lumpen imperialismo occidental
decadente.
Han
optado por la ultra colonización y el ultra neo conservadurismo forzado y
violento.
Optaron
por abrazar a Pompeo, besar a Laura Richarson, hacerse pana de Zelenski,
Macrón, Macri, Lazo, Milei, Buluarte, Uribe y Noboa, y rendirles tributos a
Elon Musk y a George Soros.
Optaron
por DESPRECIAR, con toda el alma desalmada, a los pueblos descalzos y
descamisados de Nuestra América y del Mundo.
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