APARTAR A RAFA MIR ES INSUFICIENTE,
HAY QUE DESPEDIRLO
Rafa Mir — Rober Solsona / Europa Press /
ContactoPhoto
Lo confirmado es que el jugador ha sido detenido y está siendo investigado
penalmente por los juzgados por una presunta agresión sexual y por trato
vejatorio
Tras los
bochornosos casos Rubiales, Santi Mina o Dani Alves, machismo, fútbol y
cobardía vuelven a darse la mano, esta vez con la dirección del Valencia CF
como protagonista. Rafa Mir, el futbolista cedido por el Sevilla al Valencia
CF, ha sido apartado del equipo porque (de forma presunta) abusó sexualmente de
una mujer, y junto a un amigo, agredieron una amiga de la víctima y después les
expulsaron del chalet del futbolista semidesnudas cometiendo también
(presuntamente) trato vejatorio.
Desde el primer momento he dicho, y por supuesto lo mantengo, que la dirección del Valencia CF debe despedir fulminantemente a Rafa Mir. No queremos presuntos violadores en nuestros equipos. Por supuesto, cuando dije esto, salieron los machirulos de turno a alegar presunción de inocencia, a justificar la agresión, a decir que ellas buscaban dinero, que todo era mentira, etc. Y como no puede ser de otra manera en estos sujetos que solo aportan violencia, me dedicaron algunos insultos y amenazas. Si se creen que vamos a dejar de denunciar el machismo la llevan clara.
Como
decía, la dirección del Valencia CF ha apartado al jugador del equipo, no va a
jugar y entrenará de forma individual, además le abren un expediente que igual
acaba con una sanción económica, pero, ¿es suficiente con apartarlo del equipo
y mantenerlo en el club? ¿Hay otras opciones?
Que el club condene “toda
violencia” sin referencia al hecho concreto, la violencia sexual, es no
comprender o no querer comprender que ahora mismo la imagen del club está
ligada a la violencia sexual
La
dirección del Valencia CF ha emitido un comunicado en el que comienza con dos
fórmulas clásicas: 1) “reiterar su firme condena ante todo tipo de violencia en
cualquiera de sus manifestaciones”; y 2) “al mismo tiempo que respeta la
presunción de inocencia que promulga nuestro ordenamiento jurídico.” Las
palabras elegidas son ya unas palabras manidas para aparentar acción y a la vez
no levantar ninguna alfombra. La expresión “todo tipo de violencia” esquiva
deliberadamente la violencia sexual en un alarde manifiesto de cobardía
institucional. La condena de “todo tipo de violencia”, fíjense, es lo mismo que
dice VOX para no hablar de violencia machista, para que veamos el ejercicio de
equilibrismo machista de la dirección del club. De las víctimas y para las
víctimas, ni una palabra.
Que el
club condene “toda violencia” sin referencia al hecho concreto, la violencia
sexual, es no comprender o no querer comprender que ahora mismo la imagen del
club está ligada a la violencia sexual, no solo por los presuntos hechos del
futbolista, sino ahora también por la propia actuación de la dirección del
Valencia CF.
Por otro
lado, el comunicado hace referencia directa a la presunción de inocencia,
argumento clásico de defensa social de los poderosos cuando son criticados o
denunciados por el público por sus actos presuntamente delictivos, sobre todo
si son blancos, jóvenes, guapos, españoles y/o ricos. Hay que recordar que la
presunción de inocencia únicamente opera en el ámbito del proceso judicial y
que el club, en su toma de decisiones respecto a su propio personal, no se rige
por la presunción de inocencia del proceso judicial, es decir, puede tomar otra
decisión diferente: el despido.
Sigue el
comunicado: “Es sólo la Justicia la que debe marcar los tiempos y las
actuaciones al respecto del fondo de los presuntos hechos por los que se
investiga a Rafa Mir.” El club delega en la Justicia los tiempos y actuaciones
en una manifestación de aparente formalidad, pero que no es real. La directiva
del Valencia CF se quita el marrón de encima, o al menos eso piensan, dejando
que la situación de tener a un presunto agresor sexual en las filas del equipo
se enquiste. Dejarlo en manos de la Justicia es sinónimo de no tomar ninguna
decisión relevante, de no mancharse las manos. Apartarlo del equipo y abrirle
expediente es simplemente cumplir de cara a la galería sin cargar
responsabilidades sobre el jugador. La dirección del Valencia CF no toma la
iniciativa, es sujeto pasivo ante la situación, cuando podría ser un sujeto
activo con iniciativa y que mandara un potente mensaje al mundo: no se tolera
ni la violencia sexual, ni la machista. Han elegido la cobardía.
Sin
embargo, la realidad es que la dirección del Valencia CF podría tomar otro tipo
de decisiones más adecuadas al tiempo en que vivimos y a los hechos presuntos y
confirmados. Lo confirmado es que el jugador ha sido detenido y está siendo investigado
penalmente por los juzgados por una presunta agresión sexual y por trato
vejatorio, lo cual, sin duda, ya es un hecho grave y que implica a la imagen
del club.
¿Y qué es lo que podría hacer la dirección del
Valencia CF?
Con el
Código de Conducta del propio club en la mano, el Valencia CF podría despedir
al jugador Rafa Mir puesto que las obligaciones reflejadas en ese código forman
parte también de la relación contractual y, tal y como establece el propio
código, su vulneración puede conllevar, a decisión del club, la extinción de la
relación contractual.
Así pues,
en el punto 1 de la Sección V del Código de Conducta se establece que los
empleados y directivos del Valencia CF deben cumplir las leyes y “observar en
todas sus actuaciones un comportamiento ético” y añade que también “deben
evitar cualquier conducta que, aún sin violar la Ley, pueda perjudicar la
reputación del Valencia…” Llámenme loco pero creo que ejercer (presuntamente)
la violencia sexual es algo que como poco no es ético, es una violación de la
ley y es seguro que daña la reputación del club. Si ésto no es de suficiente
gravedad para considerar el despido de un futbolista, ¿qué hace falta? ¿Qué
mate a alguien?
La dirección de Peter Lim
puede despedir a Rafa Mir pero elige no hacerlo. Es una cuestión de voluntad,
de poca vista y de machismo institucionalizado
En la
Sección III encontramos las sanciones que el club puede imponer ante
incumplimientos del Código de Conducta (más allá de la responsabilidad penal o
administrativa, que obviamente no dependen del club, y sin perjuicios de las
mismas). Dichos incumplimientos pueden considerarse como “desobediencia a las
instrucciones y órdenes de la empresa, y de transgresión de la buena fe
contractual” y acaba admitiendo que “el club podrá extinguir dicha relación”,
es decir, puede conllevar el fin de la relación laboral.
La clave
es la utilización del verbo poder. La dirección de Peter Lim puede despedir a
Rafa Mir pero elige no hacerlo. Es una cuestión de voluntad, de poca vista y de
machismo institucionalizado.
El
deporte no puede amparar la violencia sexual, el Valencia CF no debe contar con
un jugador que es un presunto agresor sexual. Yo, y creo que cualquier
valencianista, quiero en mi equipo a jugones como Mendieta o Aimar y a
goleadores como Villa o El Piojo López, pero lo que no quiero son presuntos
violadores. Lo que también quiero es que el deporte sea vanguardia de valores,
de igualdad y de justicia y que el fútbol moderno, y especialmente el fútbol
masculino, no sea un reducto de cobardía y machismo como nos tiene
acostumbrados. La dirección del Valencia CF, Peter Lim, debe despedir a Rafa
Mir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario