LA FIESTA ACABA DE
EMPEZAR
Opinión de Esther Palomera
Alvise desembarcó en la política no para
combatir la corrupción sino para ser parte de ella. La historia es conocida y
sabemos cómo acaba porque antes que el último agitador y difusor de bulos
pasaron por el ruedo del populismo y el saqueo, Ruiz Mateos, Jesús Gil y hasta
el santificado en estos días Julián Muñoz elDiario.es ha desvelado -con mensajes y audios tumbativos- que recibió 100.000 euros en
metálico de un empresario al que prometió defender sus dudosos
intereses en Bruselas y también cuando Feijóo necesitase sus votos para ser
presidente del Gobierno.
Primero obtuvo 7.000 euros en donaciones a través de varias ‘wallets’ de criptomonedas y luego 100.000 en efectivo de Álvaro Romillo, un empresario que utilizaba en redes el seudónimo de Luis ‘Cryptospain’ y que es conocido por sus posiciones contra el “Estado ladrón” y a favor de la elusión fiscal. El negocio del presunto estafado –que a su vez había estafado a 3.000 ingenuos– estalló el pasado 16 de septiembre tras no poder hacer frente a las altas rentabilidades (de entre el 30 y el 53%) que prometía a sus inversores.
El hoy eurodiputado, en quien la
Audiencia de Sevilla ha visto indicios de delito por publicar una fotografía de
la hija de Pedro Sánchez robada de su Instagram que se hizo viral y suscitó
“comentarios de los lectores de carácter sexual y vejatorios”, hizo saber al
empresario de las crypto que necesitaba al menos 300.000 euros para impulsar su
carrera hacia Bruselas. “Fondos que no requieran ser controlados por el
Tribunal de Cuentas” y evitasen los límites que imponen las normas sobre
financiación de partidos políticos.
Ya en el año 2020 fue demandado por la exalcaldesa de
Madrid, Manuela Carmena, por calumnias tras difundir en redes que había recibido
un respirador personal en su casa durante la pandemia mientras
que muchos pacientes esperaban en los hospitales. El juzgado determinó que la
información era falsa,y le condenó a borrar el tuit y a pagar 5.000 euros. Muy
barato le salió el infundio.
También calumnió al ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, al falsear un documento que,
supuestamente, mostraba un resultado positivo de una PCR, sugiriendo
que se había negado a hacerse la prueba antes de un debate electoral. El papel
que difundió, como todo lo que esparce a través de sus redes sociales, era
falso.
El ex ministro José Luis Ábalos es quizá quien más querellas le
ha interpuesto. Por publicar fotos dentro de su casa fue condenado a pagar 60.000 euros pero alegó
indefensión por no ser notificado cuando en realidad eludió todas las
notificaciones. Recurrió y la Audiencia Provincial hizo retrotraer las
actuaciones hasta su declaración. La vista está fijada para el próximo 25 de
enero. Otras de sus publicaciones en redes contra el ahora ministro de
Transportes, Óscar Puente, o la periodista Ana Pastor, también han acabado en
manos de la justicia.
No hay que ser un visionario para intuir cómo acabará realmente
la fiesta de este acosador, infame y calumniador porque antes que este
último agitador y difusor de bulos pasaron por el ruedo del populismo, el
saqueo y el peculiar estilo de hacer business en política, nombres
como el de Ruíz Mateos, Jesús Gil y hasta el santificado en estos días Julián
Muñoz.
De momento, sigan las
publicaciones de elDiario.es porque habrá más.
Disfruten de la verbena.
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