jueves, 12 de septiembre de 2024

“ISRAEL”: UNA SOCIEDAD EXTREMISTA Y CRIMINAL

 

 “ISRAEL”: UNA SOCIEDAD EXTREMISTA Y CRIMINAL

POR PABLO JOFRÉ LEAL

Uno de los mayores mitos respecto a la entidad israelí es aquel que la presenta como una especie de modelo, de referencia democrática en Asia occidental.

A partir de esa instalación de democracia representativa que no es otra cosa que un vulgar espejismo, que ampara los afanes hegemónicos de una ideología surgida en Europa y que representa la punta de lanza de los intereses de las potencias occidentales en el levante mediterráneo.

Hablo de una mascarada pues, en esencia, la entidad israelí es una sociedad racista, discriminatoria, surgida de la usurpación del territorio palestino y asentada sobre la sangre y los huesos de millones de hombres y mujeres expulsados de sus tierras, ocupados, colonizados y bajo un proceso de exterminio que se extiende ya por 76 años. Esta entidad nacida en mayo de 1948 y denominada Israel, es una creación ficticia, sustentada en su visión de mundo por la ideología más criminal que haya dado la humanidad en los últimos 80 años: el sionismo.

Israel está administrada hoy, no por el partido de ultraderecha Likud de Benjamín Netanyahu, que es de por sí un extremista, sino por los sectores del fundamentalismo judío que impregnados del sionismo domina la escena política y militar de esta sociedad enquistada artificialmente en el seno de una región árabe. La balanza política en la entidad israelí hace mucho tiempo se inclinó hacia los sectores donde prima el odio hacia los Goyim – los no judíos – Sectores donde conceptos como el de sionista, extremista y fanático, a pesar de sus matices, resuenan similares cuando se trata de Israel.

A inicios del año 2023 en un artículo elaborado en torno a este carácter racista y extremista del ente israelí, consigné la conversación entre Tomer Persico, investigador en el Instituto Shalom Hartman y académico principal en el Centro de Estudios de Asia Occidental de UC Berkeley – con Amir Tibon, editor del diario Haaretz, quienes llegaron a la conclusión  que, el no religioso Netanyahu -aliado de políticos fundamentalistas y ultrarreligioso fanáticos, de creencia judía – “pueden no tener más remedio que darles rienda suelta a partidos como Sionista religioso y Otzma Yehudit (poder judío de Ben-Gvir) empujando al país a una judeocracia profundamente islamófoba y racista. Me parece, con el objetivo de seguir exterminando al pueblo palestino, enfrascándose incluso en una guerra de carácter regional” (1).

Un anticipo de lo que comenzó a incrementarse, en materia de asesinatos masivos del pueblo palestino, el 7 de octubre de ese mismo año tras la operación de la resistencia palestina denominad Tormenta de Al Aqsa. Proceso de exterminio que no cesa y que ha cumplido ya 11 meses con un saldo de 41 mil asesinatos, el 70% de ellos mujeres y niños, 100 mil heridos y la destrucción del 75% de las ciudades, hospitales, escuelas, universidades, mezquitas e infraestructura básica de la Franja de Gaza. Con una Cisjordania también atacada en sus distintas ciudades incrementando que incrementa el número de muertos y destrucción.

Esa realidad extrema tiene hoy nombres más allá de la figura del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que cumple la función de articular los apoyos de Estados Unidos y países europeos, más el financiamiento de las fortunas de multimillonarios sionistas, para seguir con su política de exterminio. Esos nombres de la ultraderecha nazisionista, que son responsables directos del genocidio contra el pueblo palestino son el ministro de seguridad nacional Itamar ben Gvir y el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich. Ambos colonos, asentados en territorio usurpado en Cisjordania. Artífices y promotores de la puesta en práctica del plan de solución final, al estilo del nacionalsocialismo alemán, del pueblo palestino. Ambos terroristas, así sindicados dentro de los propios servicios de seguridad del ente sionista.

En el caso específico de Itamar Ben Gvir, este abogado es considerado un político de ideología supremacista judía y antiárabe. Miembros del parlamento del régimen nacionalsionista y líder del partido político supremacista Otsmá Yehudit (Poder Judío) cuya base ideológica hunde sus raíces en el llamado Kahanismo (2) y su ala política el partido Kach (3). Un Ben Gvir seguidor del terrorista Baruch Goldstein (militante de Kach) autor del asesinato de 29 palestinos y generar heridas a 125 personas – antes de ser linchado –   el año 1994 en Al Jalil, en la mezquita de Ibrahimi, en la Cisjordania ocupada.  Ben Gvir es considerado, dentro de los propios informes de los servicios de inteligencia como un extremista, un provocador, un personaje promotor del genocidio del pueblo palestino.

A inicios de este mes de septiembre, fue filtrada a la prensa israelí (4) un informe de la agencia de inteligencia interna de esta entidad (Shin Bet) donde se advierte, nuevamente a Netanyahu y a los ministros en general, que las actividades terroristas judías, resultan ser cada día más cotidianas y visibles y representan una amenaza para la existencia a largo plazo del ente israelí en la zona. El jefe del Shin Bet – Ronen Bar – dio a conocer las actividades violentas de grupos militantes judíos en los territorios ocupados, señalando que todos ellos están relacionados con el movimiento racista kahanista, cuyo objetivo es expulsar a los palestinos de sus tierras y proceder a su exterminio sino logran esa usurpación.

Dichas acciones, señala el Shin Bet, “cuentan con el apoyo de la policía, parte del gobierno y el ejército de ocupación. Los líderes de estos grupos terroristas judíos quieren que el sistema pierda el control, el daño a Israel es indescriptible”, advirtió Ronen Bar en una carta. Por su parte, la incompetencia policial y la legitimidad pública llevaron a la expansión del terrorismo judío, afirma el diario Haaretz (5). Lo que resulta evidente a la luz de las provocaciones permanentes de Ben Gvir al invadir la explanada de las mezquitas y así generar la lógica reacción del pueblo palestino. Como también sus llamados a quemar propiedades palestinas, crear más asentamientos en Cisjordania y exterminar a la población de la Franja de Gaza sean hombres, mujeres o niños. En todo caso, advertir a Netanyahu y a los ministros es pedirles a los lobos que cuiden el rebaño de borregos.

Las armas que poseen los colonos extremistas no son maná caído del cielo, han sido entregadas por el propio gobierno israelí. Los judíos extremistas transitan libremente con sus armas en ristre, las usan para asesinar impunemente al pueblo palestino. El extremismo judío no sólo cuenta con el apoyo del gobierno israelí, sino también de organizaciones que financian profusamente sus acciones delictivas como es el caso de Hashomer Yosh (6) una organización no gubernamental de extrema derecha con sede en Cisjordania ocupada. Unido al apoyo a la violencia, por parte de los colonos ilegales judíos contra civiles palestinos. Sumemos también la visión y práctica mesiánica del rabino Yitzchak Ginsburgh que a través de su influencia en la organización kahanista Hilltop Youth llama a la “deportación, venganza y la aniquilación de los gentiles que representan una amenaza para el pueblo de Israel”. Ideas que pretenden erradicar el sionismo secular, someter al poder judicial y al ejército y definir a Israel como un régimen fundamentalista judío en plenitud.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, comenzó por imponer sanciones contra Hashomer Yosh.  En verdad, deberían seguir el olor del dinero y llegarían al Congreso estadounidense, a multimillonarios sionistas estadounidenses, al yerno judío de Donald Trump, el millonario sionista Jared Kushner, al esposo judío sionista  de la vicepresidenta Kamala Harris,  Doug Emhoff, y en general todo el lobby sionista en ese país y verán que desde ahí  salen ingentes fondos, no sólo para Ginsburgh sino también Hashomer Yosh, Ben Gvir, Smotrich y todo aquel que hoy representa a la entidad más criminal de los últimos 80 años en el mundo.

Todo el gabinete y los altos mandos militares y policiales son aval de esa conducta extremista y la realidad que poco les importa si las acciones de Ben Gvir y su partido Kahanista puede llevar a lo que el jefe del Shin Bet define “como un camino de derramamiento de sangre profuso y a cambiar la cara del estado de manera irreconocible”. Para Bar, la irrupción de Ben Gvir en la explanada de las mezquitas crea un riesgo muy significativo para la seguridad regional, haciendo referencia con ello al carácter de enorme sensibilidad que Harem al-Sharif (noble santuario) tiene en el mundo del islam, considerado el tercer sitio más sagrado de esta religión seguida por 2 mil millones de fieles.

A pesar del informe del Shin Bet, nada se ha hecho ni se hará para detener las acciones de extremistas como Ben Gvir o Bezalel Smotrich u otros miembros del gabinete, como el propio ministro de la guerra Yoav Gallant, para seguir adelante con su plan neonazi de solución final contra el pueblo palestino. Al Shin Bet no le importan los palestinos, les da lo mismo si son asesinados 41 mil hombres, mujeres y niños. Si Gaza es destruida o Cisjordania es también arrasada. No está en sus advertencias el tema de respeto a los derechos humanos o el no cometer crímenes de guerra y lesa humanidad contra decenas de miles de palestinos. Construir muros, demoler viviendas, destruir cultivos. El Shin Bet y sus advertencias no son la solución, es parte del problema.

Y me apoyo en esta afirmación en lo sostenido por Abir Kopty, académica palestina, radicada en Alemania quien señala en una entrevista “La advertencia del Shabak (Shin Bet) acrónimo del hebreo Sherut haBitachon haKlali, que significa Servicios Generales de Seguridad, es un intento de presentar al terrorismo de los colonos como algo ‘extremo’ y como un asunto de disputa interna. Quienes están preocupados por ello lo están porque no es bueno para Israel, no porque esté aterrorizando a los palestinos. Tienen miedo de que llegue a los israelíes si no se detiene, en el sentido que grupos fanáticos religiosos de Israel podrían comenzar a atacar a ciudadanos israelíes de mentalidad secular en la siguiente etapa tras sus ataques a los palestinos…la carta de Bar, que recibió una amplia cobertura en los medios occidentales, es un espectáculo israelí ante la comunidad internacional, destinado a demostrar que Israel es una especie de democracia. Pero, en realidad, una mano financia, arma y dirige a esos colonos, mientras que la otra hace que parezca que no representa a Israel” (7)

Efectivamente, el Shin Bet actúa en la lógica de la Hasbará sionista, una estrategia de lavado de imagen, de maquillar sus acciones genocidas. Mostrar preocupación por algo que ellos mismos se han encargado de catalizar. El terrorismo fundamentalista judío de hoy no se diferencia de aquel que se desarrolló en la etapa previa a la conformación y nacimiento de Israel el año 1948. Haganah, Irgún, la banda Stern que asesinaban tanto a palestinos como británicos son el antecedente de las acciones de los extremistas como Itamar Ben-Gvir, Bezalel Smotrich, Benjamín Netanyahu, Avigdor Lieberman, Ayelet Shaked, Benny Gantz, Yair Lapid, Naftali Bennett, Isaac Herzog.

Los miembros de la alianza supremacista de extrema derecha son: Sionismo Religioso (Otsmá Yehudit de Ben Gvir) Noam del rabino Dror Aryeh y el Partido Sionista Religioso de Bezalel Smotrich. Con aquellos que gobierna Netanyahu son la expresión del extremismo de una sociedad israelí violenta y racista. Bajo la idea fanática, delirante, perversa, terrorista que algún dios protege sus acciones se han dedicado a exterminar a la población palestina, usurpar sus tierras, robar sus bienes.

Israel, mayoritariamente es una entidad terrorista. Podrán salir cientos de miles a las calles, para exigir la renuncia de Netanyahu, pero no salen a la calle a exigir el fin del exterminio palestino. Salen a la calle a exigir a su gobierno que libere a los prisioneros israelíes desde el 7 de octubre de 2023 (gran parte de los cuales han sido asesinados por el propio ejército israelí) peor no salen a exigir que se libere a los 10 mil secuestrados palestinos, muchos de ellos con décadas de encierro. No están en las calles para exigir que no se siga asesinado a niños y mujeres palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania.

Esos israelíes que salen a las calles de la ocupada Jaffa (que los judíos denominan Tel Aviv) no exigen juicio y castigo a su gobierno, ejercito y colonos que cometen crímenes de guerra y lesa humanidad. No están sus demandas los derechos del pueblo palestino. Sus peticiones son parte de su fundamentalismo religioso y político. Israel es una entidad racista, colonialista, usurpadora, genocida, desde los pies hasta el último cabello y todo lavado de imagen no cambia en esencia ese carácter de una sociedad criminal.

1.    https://www-haaretz-com.translate.goog/israel-news/2023-01-19/ty-article/.premium/israels-jewish-fundamentalists-are-in-power-a-conversation-with-tomer-persico/00000185-c59f-d6d1-a3fd-e5bf3bf90000?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es-419&_x_tr_pto=sc

2.   Nombre derivado del Partido extremista religioso, mesiánico Kach, establecido por el rabino estadounidense Meir Kahane y que bajo el manto de este partido extremo llegó a ser diputado en Israel, fundiendo el judaísmo ortodoxo con el sionismo concretando así una visión mesiánica que sustenta la ocupación, colonización de Palestina y el exterminio de su pueblo. El rabino Kahane es el fundador del movimiento kahanista, cuya ala política, el partido Kach, fue prohibida por el Gobierno israelí a mediados de los años ‘90. Incluso Estados Unidos ha designado al partido como una organización terrorista global.

3.   Partido extremista israelí fundado por el rabino ultranacionalista estadounidense Mein Kahane el año 1971. propugnaba la restauración de lo que llaman el reino bíblico de Israel, la implantación de la hajalá (definida como  la ley judía, que abarca una combinación de leyes orales y escritas que guían las prácticas religiosas y la vida cotidiana de los individuos judíos) única ley posible de aplicar en la entidad sionista, la expulsión de todos los palestinos que tienen la ciudadanía israelí, la expulsión de los palestinos de sus tierras, y la destrucción de las mezquitas (Al Aqsa y la Cúpula de la Roca) en la llamada explanada de las mequitas en Al Quds. Kach fue ilegalizado el año 1994 tras los crímenes en Al Jalil llevado a cabo por el asesino Baruch Goldstein. 

4.   https://trtespanol.com/oriente-medio/ben-gvir-en-el-centro-del-terrorismo-judio-que-asola-palestina-14930641.

5.   https://www.haaretz.com/israel-news/2024-08-22/ty-article/.premium/shin-bet-chief-warns-pm-and-ministers-jewish-terror-is-jeopardizing-israels-existence/00000191-7b9a-de04-af9b-7b9b38070000

6.   Según reveló la ONG israelí Peace Now, que monitoriza la colonización sionista de Cisjordania, en los últimos cuatro años Hashomer Yosh ha recibido unos 3 millones de dóalres de fondos públicos, según informes financieros y datos del presupuesto estatal (por tanto, los fondos privados, cuantiosos no aparecen revelados). Hashomer Yosh, creada en 2013, detalla en su página web que su misión es la de “reforzar la seguridad y la presencia judía en áreas agrícolas en Judea y Samaria”, terminología mítica con la que los colonos sionistas se refieren a Cisjordania. Es decir, apoyo para seguir usurpando territorio palestino.

7.   https://trtespanol.com/oriente-medio/ben-gvir-en-el-centro-del-terrorismo-judio-que-asola-palestina-14930641

 

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