HOJA DE ISTIGNA
JOSU AIZPURUA
¿De dónde soy? Nací
en Indautxu, al ladito del Estadio de San Mamés, de la casta de Istigna que mi
abuelo Ekekiel segundo del casherio que tuvo que salir de Deba para irse a
Bilbao y por ello nací allí. Pero siempre fui una hoja mecida por vientos
ajenos que me llevaron de aquí para allá, y hoy aún no se dónde me enterrarán,
Soy un brote de la hoja del árbol de Gernika, que se asentó en Istigna, cayó en
Indautxu y el vendaval vital la arrastró por África y América del Karibe, para
dejarla al fin descansar en Tenerife.
Vivo agradecido a
Canarias, para mí Kanarias, otra diferente y Nación incuestionable, donde he
pasado mis últimos días disfrutando de un clima único y una fortuna que el Papa
indecente y el de Lugo consiguieron acabar y reemplazarla por una versión goda colonial
que no hay por dónde cogerla.
Pero mi devoción
txitxarrera, me hace feliz en Kanarias, pues a los godos ni los veo y su mensaje
me resbala.
Indautxu,El Parque, AHV, Mendiak, Goma-Bi, Zazpi Kaleak, Iparralde, Kinshasa, Ayiti, La Castillo, Anaga.
Mi vida transcurrió
por todos ellos a merced de los vientos ideológicos dominantes y que no dejaban
lugar a otros más íntimos y gratificantes, pero en conjunto tuve una buena
vida, consentida y leal.
¿Y dónde quedará
sepultada mi hoja? En ello ando.
Mi pluma me hace de
timón, pluma fiel y veraz que me da reposo, me da camino, me da misión para que
otros vean lo que yo vi; el fétido olor de la corrupción que camuflado por
pachulí huele por todo el Mundo donde esa corrupción se enseñorea en las
poltronas. Alejado quedó el sufrir del desposeído,
En las orillas de
Anaga vivo el regalo del Alisio, y disfruto de él en la inquietud de que malos
tiempos nos acechan, los Riffeños, los Saharauis y los Canarios, nos
enfrentamos al loco de La Casta que quiere hacer de estas Tierras su batalla
para obtener más réditos de sus botines. Locura triste de quien no sabe
disfrutar del aire y del mar y nunca ve al intrépido Tajinaste que se eleva
enhiesto para proteger el destino de esta Nación Canaria. Los guayacanes y los
tajinastes florecen entre la esperanza de los canarios. El sol sale por el
oeste, y con él, los guayacanes y los tajinastes que como dijo Mao, son rojos.
A la memoria de los
que se fueron defendiendo lo poco Humano que queda en nuestro Mundo, desde esta
Nación Canaria.
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