OPERACIÓN PLOMO IMPUNE
EDUARDO
GALEANO
Artículo de Galeano de 2008 que reflexiona sobre la causa palestina, las tragedias de Gaza y el plomo impune de Israel
Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos. Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes.
Cuando votan a
quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió
en una ratonera sin salida desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en
el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista
triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños
expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras
militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Son hijos de la
impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en
Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido
palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla
de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la
existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz
guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia
de Palestina.
Ya poca Palestina
queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa. Los colonos invaden, y
tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el
despojo, en legítima defensa.
No hay guerra
agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar
que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak
invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado
otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica
por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de
persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los
palestinos al acecho.
Israel es el país
que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones
Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el
que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha
legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar
todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando
la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear
impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera
podido arrasar Irlanda para liquidar al IRA. ¿Acaso la tragedia del holocausto
implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la
potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El ejército
israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quien mata. No mata por
error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según
el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños
colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la
tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está
ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre,
siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un
israelí. Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios
masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale
tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que
son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia
nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
La llamada
comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes,
banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los EEUU se
ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de
Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia,
los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes,
las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia
de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre,
los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa,
tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras
secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue
siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica
está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca
fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante,
una cuenta ajena.
Pasos (Segunda
época no. 139 sep-oct 2008) / Al Mayadeen
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Texto completo en:
https://www.lahaine.org/mundo.php/operacion-plomo-impune
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