VETE A LA MIERDA
EL
LINCE
Es la gráfica expresión que define lo que acaba de pasar: la OPEP + ha decidido reducir la producción de petróleo en 2 millones de barriles diarios y, de esta forma, parar la bajada de precios que se viene produciendo desde hace unas semanas. Lo que pretendía Occidente, reducir el precio para afrontar mejor el invierno, no se va a lograr.
La decisión de la OPEP + tiene que ver, técnicamente, con la relativa ralentización de la economía china (gran importador de petróleo) pero en el contexto que vivimos hay que verla como lo que es: una decisión con un fuerte valor político y geopolítico. No olvidéis nunca que EEUU y sus vasallos llevan meses presionando a los países productores, sobre todo a los árabes, para que no recortaran la producción sino que la aumentaran y así bajar el precio del barril.
Con ello, los
países productores de petróleo le están diciendo a Occidente que se vaya a la
mierda. Lo hacen justo cuando la moribunda UE impone más sanciones a Rusia,
como la de un precio máximo al petróleo que pueda vender. El poder colonial
occidental, el que todavía sueña con la hegemonía mundial, el que sigue
diciendo que el mundo tiene que estar regido por su orden y sus reglas, recibe
bofetada tras bofetada.
Esto tiene otra
lectura: por mucho que el Occidente colectivo insista en que Ucrania gana y
Rusia pierde la realidad va por otro camino. ¿De verdad pensáis que si eso
fuese así los países de la OPEP adoptarían una decisión como la que acaban de
tomar que, técnicamente, favorece a Rusia?
La UE aún no ha
reaccionado a ello, pero sí su patrón, EEUU. Además de decir lo de siempre, que
es casi «un desafío», que la decisión es «desafortunada» y todas esas
mandangas, se añade lo habitual: las amenazas. «A la luz de la acción de hoy,
la Administración Biden también consultará con el Congreso sobre herramientas y
autoridades adicionales para reducir el control de la OPEP sobre los precios de
la energía».
Al igual que
robaron el oro de Venezuela, que congelaron dinero a Irán, que robaron las
reservas monetarias de Afganistán, que robaron la mitad de las reservas de
Rusia, que desconectan a países del sistema de pago occidental SWIFT (Irán y
Rusia), que destrozan paísea y economías con las sanciones (ilegales, según el
derecho internacional), que quieren imponer a qué precios hay que comerciar con
Rusia, ahora amenazan con lo mismo a los países de la OPEP. Quien piense que lo
que está ocurriendo tiene que ver solo con Rusia está no solo en un error, sino
en otra galaxia: es la batalla final de Occidente por su hegemonía, y la está
perdiendo a marchas forzadas.
Junto a ello está
ocurriendo otra cosa: asistimos al fin oficial de la UE como entidad. Todas
esas historietas sobre que Rusia ha fortalecido a la OTAN y demás son eso,
historietas. La OTAN no está fuerte, sino débil porque la UE -que es esencial
para la OTAN- está desapareciendo. Hay una soterrada lucha entre Alemania y
Francia por su control, al igual que hace casi 25 años la hubo entre Gran
Bretaña y Francia y la cortó de raíz EEUU imponiendo la guerra contra
Yugoslavia.
En Alemania se ha
producido un hecho cuando menos curioso: los cristianodemócratas han impedido
que el gobierno (socialdemócratas, verdes y liberales) enviase más armas a
Ucrania. El anuncio del voto en contra de los cristianodemócratas ha obligado
al gobierno a retirar del Parlamento un proyecto en ese sentido, con lo que se
rebela su debilidad pese a la bravuconería que ha mostrado no hace mucho.
Esto, a su vez, ha
provocado un aluvión de críticas a Alemania de los países más rusófobos del
Este (Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía) que son, curiosamente, los
países donde más capital alemán entró tras la desaparición de la URSS y de los
gobiernos «socialistas» de esos países. Estos países son, todavía, en los que
confía Alemania (junto a los denominados «frugales» como Países Bajos y
Dinamarca) para controlar la UE.
Ahora todo se
tambalea y es el turno de Francia, que aprovecha la debilidad para moverse. Por
su iniciativa, hoy se reúne en Praga (otra vez Chequia) la primera reunión de
lo que han llamado Comunidad Política Europea en la que están presentes los 27
países de la UE y los otros europeos que no lo son, incluyendo algún otro
asiático como Azerbaiyán. También está Ucrania o Turquía, lo que da una idea de
esta movida.
La idea francesa es
crear una especie de UE + (al igual que existe la OPEP +, los países
pertenecientes a la OPEP más Rusia, que no forma parte de ella; o existen ahora
los BRICS + tras la petición de Argentina e Irán de adherirse a ella) en la que
se equilibran las fuerzas. No es solo una búsqueda de alternativas energéticas,
como plantea oficialmente Francia (por la presencia de países como Azerbaiyán o
Noruega), sino por el control de algo que, inevitablemente, sustituirá a lo que
ya está muerto: la UE.
Con este panorama,
con este desbarajuste occidental que cada vez se parece más a el camarote de
los hermanos Marx, no es extraño que el resto del mundo diga ese ¡vete a la
mierda! a Occidente.
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