FRANCO Y LOS BORBONES SE BAJAN AL MORO
ANÍBAL MALVAR
Francis Franco y Juan
José Franco Suelves, junto a Luis Felipe Utrera-Molina, abogado de la familia.
-Javier Lizón / EFE
El "enlace más jugoso de los últimos años", lo define Ana Sánchez Juárez en La Razón. Y vaya si lo es. "Se casa Juan José Franco Suelves con Khali El Assir. Don Juan Carlos y su familia acuden al evento en Abu Dabi", nos informa del diario de El Príncipe de las Tinieblas, alias Mauricio Casals. El tal Franco es el bisnieto de Francisco Franco, nuestro añorado genocida. Y ella es hija de Abdul Rahdman El Assir, traficante de armas sirio-libanés buscado por la Interpol y refugiado en Abu Dabi, como nuestro emérito. Este delincuente internacional visita frecuentemente a Juancar en su residencia en el exilio, y seguro que se lo pasan piruli recordando sus latrocinios y tropelías. A los españoles, el amiguito íntimo del rey nos debe 14,7 millones de euros por delitos fiscales. Pero un borbón tiene clase sobrada para que su afecto no se vea empañado por estas menudencias.
Francos, borbones y
traficantes de armas en la misma boda. Quién fuera camarero real, y no un
mierda de periodista, para gozar de cerca el fulgor imperial de tan altas
dinastías.
Como soy un
ignorante, no sigo mucho la prensa rosa, y desconozco si las portadas de
nuestro cuché siguen alimentándose del peloteo a la dinastía franquista, como
hace nuestro poder judicial. No sé si os acordáis, pero el papá del flamante
novio, Francis Franco, embistió con su todoterreno, en abril de 2012, a un
vehículo de la Guardia Civil. La pareja de beneméritos sufrió múltiples
lesiones, y arreglar el vehículo costó casi 3.000 euros. Pero ni la Audiencia
de Teruel ni el Tribunal Constitucional creyeron en la palabra de los agentes.
Porque Isa Serra no es turolense, que le habría caído el marrón a ella.
Con tristeza nos
enteramos por el planetario diario de que Elena de Borbón duda si asistir al
enlace, y que casi está descartada la presencia de sus hijos. Es una pena, pues
la prensa seria tendríamos ya semanas de tertulias sin descanso analizando el
look de la influencer Victoria Federica, una joven a la que Natura no le dio,
pero la borbonía se lo presta (en tarjetas black).
Para el español de
bien, esta reunión de los Franco con los Borbones no puede inspirar más que
orgullo. Supongo que Vox y el PP estarán compitiendo para enviar el mejor
regalo y una comitiva de palmeros para agasajar a los novios. Ciudadanos mandará
un propio, que ya no le dan los votantes para reunir comitivas. Para el
servicio de mesa de los traficantes de armas, yo creo que lo ideal sería
desplazar a Javier Ortega-Smith, que tiene que estar monísimo con chaleco, un
pistolón en la cintura y una bandeja de copas de Moet-Chandon brut imperial en
la mano. Se lo debemos a la gloriosa historia de España.
Deslucirá un poco
el evento la ausencia de nuestros Felipe y Letizia, pero su incesante empeño
por garantizar la unidad de España y que no se note lo mal que se llevan se lo
impide. ¿Irá Froilán, a quien los gallegos vindicamos como futuro rey del
renacido Reino de Galicia? Tenía la intención, me desvelan fuentes de Zarzuela,
pero con tanto tráfico de armas en el evento, su podólogo le ha recomendado no
asistir. Sí acudirá Corinna zu Sayn-Wittgenstein, pero de incógnito y enviada
por el CNI. Será la encargada de diluir gotitas de cicuta en algunas copas.
La capital de
España será Abu Dabi por un día, con lo cual Martínez-Almeida tendrá un respiro
para retirar la basura de Madrid. Lo que me extraña es que solo La Razón haya
mostrado la decencia de anunciar esta boda en su portada. La manipulación
mediática social-comunista intenta ocultarnos que España sigue siendo un
imperio. Este reencuentro de los Franco y los Borbón, bajándose al moro, es el
epítome de una historia gloriosa que los de las cunetas no tenemos derecho a
olvidar.
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