ANGHEL MORALES
Allá en un rincón se encuentra triste y solo,
con la cabeza baja y un cigarro apagado de otro,
ese que alguien tiro en la puerta de una iglesia.
Ese de cara triste y sin afeitar,
esperando que a muerte se lo lleve,
pués su alegría de vivir se apagó,
como esa vela, que por el transcurso del tiempo
está llegando a su fin.
Pero el no es una vela,
tiene alma, sabe llorar y llora,
mas ¿quién lo consolara?
Anciano que miras,
anciano que lloras
en tu rincón,
apartado de la sociedad,
ya no te quieren,
ya te extrajeron
lo que tenias y un poco mas.
Te consuelas al pensar
que el mundo te reconoció
y sino te van a ver
es porque no pueden
ni es su intención;
solo n iluso eres ya,
tu vida se acaba
nada serás,
porque te marginaron
sin piedad.
Y tu, que tanto hablas de amor,
de comprensión ¿Por qué le desechas?
dices que el mundo no tiene corazón
¿lo tienes tu?
Pero tu venganza es,
que cuando lleguen a tu edad,
pensarán en ti llorarán,
porque no supieron amar
ni a los que le enseñaron
a caminar,
y así la vida sigue y seguirá...
y seguirá...
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