VACUNARSE O NO JUGAR: EL DILEMA DE
LOS DEPORTISTAS ANTIVACUNAS
Estrellas
de diferentes disciplinas como Novak Djokovic, Kyrie Irving o Joshua Kimmich se
pueden perder importantes competiciones o sufrir fuertes sanciones económicas
por ser reacios a ponerse la vacuna contra la covid
RICARDO URIBARRI
El debate a nivel mundial sobre las restricciones que las autoridades imponen a las personas que deciden no vacunarse contra la covid-19 está afectando también al deporte y las consecuencias a las que se exponen los que se niegan a dar ese paso pueden ser muy perjudiciales para ellos. En esa circunstancia se encuentran estrellas tan destacadas como el tenista Novak Djokovic, el baloncestista Kyrie Irving o el futbolista Joshua Kimmich, a los que su decisión les puede suponer no poder participar en competiciones importantes y perder elevadas cantidades de dinero. Otros que seguían sus pasos han terminado cediendo ante esos riesgos. Ellos, por el momento, siguen firmes en su postura.
Djokovic tiene el
próximo mes de enero la oportunidad de convertirse en el tenista con más Grand
Slam ganados. Lo conseguiría si vence en el Abierto de Australia, que sería el
décimo para él y el número 21 de los cuatro torneos más grandes, dejando atrás
a Rafa Nadal y Roger Federer, que tienen 20. Pero el serbio puede perderse esa
oportunidad histórica debido a que el estado de Victoria, al que pertenece la
ciudad de Melbourne, donde se celebra el evento, exige a los jugadores que
vayan a participar la doble pauta de vacunación. Ni siquiera el hecho de perder
al actual número uno del mundo, lo que supondría un varapalo para el torneo, ha
hecho que se relaje la medida, que también afectará al personal que trabaje en
el recinto y a los aficionados que acudan a verlo. El máximo responsable del
Gobierno de Victoria, Daniel Andrews, ha declarado que “al virus no le importa
tu ranking ni cuantos grandes hayas ganado. Es completamente irrelevante.
Necesitas estar vacunado para protegerte a ti mismo y a los demás”.
Novak, que pasó el
coronavirus en junio de 2020, ha dejado clara su postura al respecto en varias
ocasiones. El pasado año manifestó que “personalmente estoy en contra de la
vacunación y no me gustaría que alguien me obligara a vacunarme para poder
viajar”. En otra declaración más reciente hacía referencia concreta a los
perjuicios que pueden sufrir los que no quieran ponerse la vacuna: “No se puede
discriminar a alguien que decide por sí mismo si quiere vacunarse o no. Estoy
muy decepcionado con la sociedad mundial en este momento y la forma en que los
medios de comunicación transmiten y presionan a todas las personas”. Pese a
estas afirmaciones, él no ha querido confirmar ni desmentir si se ha
administrado alguna dosis. “Es una decisión privada e íntima y no quiero entrar
en el juego de a favor o en contra de las vacunas que los medios están
creando”.
Se calcula que solo
el 70% de los tenistas del circuito ATP se ha vacunado
Su padre dejó
entrever hace unos días que muy posiblemente el tenista balcánico no acudirá a
Australia. “Él quisiera jugar allí con todo su corazón, porque es deportista.
Nosotros también lo quisiéramos. Pero bajo estos chantajes y condiciones
posiblemente no lo hará. Yo no lo haría. Y él es mi hijo, pues la conclusión se
puede deducir”. Siendo el caso de Djokovic el más llamativo, por ser quien es,
hay más tenistas que se encuentran en la misma situación. De hecho, se calcula
que solo el 70% de los tenistas del circuito ATP se ha vacunado. Otro de los
que ocupa uno de los primeros puestos del ranking, el griego Tsitsipas, parece
haber modificado su postura de hace unos meses, cuando dijo que “la vacuna no
se ha probado lo suficiente y no veo la necesidad que alguien de mi edad se
vacune”, ya que hace poco señaló que lo haría “este año”. Tampoco se sabe qué pasará
con el ruso Medvedev, número dos del mundo, que no ha querido aclarar si se ha
vacunado o no, aunque ha manifestado su deseo de competir en Australia.
Hasta siete bajas
relacionadas con el virus tuvo el Bayern alemán en el partido de Champions que le
enfrentó al Dínamo de Kiev. Dos de ellas eran por contagio, pero otros cinco
jugadores, Kimmich, Gnabry, Choupo-Moting, Musiala y Cuisance, tampoco pudieron
jugar por tener que guardar cuarentena al ser contactos estrechos de los
anteriores y no estar vacunados. Agarrándose a una ley establecida el pasado 1
de noviembre por el estado de Baviera, donde se ubica Múnich, que permite
recortar el sueldo a los trabajadores en caso de que tengan que someterse a una
cuarentena por no estar inmunizados, el club ha decidido quitar a los jugadores
citados una parte de su sueldo proporcional a los días que han estado de baja y
que no ha podido contar con ellos.
El Bayern de Múnich
ha decidido quitar a los jugadores citados una parte de su sueldo proporcional
a los días que han estado de baja
Uno de ellos,
Kimmich, referencia indiscutible del equipo, ha tenido que pasar dos
cuarentenas consecutivas, de siete días cada una, y hace unos días ha terminado
por dar positivo, lo que le tendrá dos semanas más de confinamiento. Teniendo
en cuenta que su sueldo anual es de 20 millones de euros brutos, la rebaja que
va a sufrir es de 384.000 euros semanales, es decir, más de un millón y medio
de euros en total. Esa amenaza ha surtido efecto en dos de los que se resistían
a dar el paso, ya que Gnabry y Musiala se han puesto finalmente la vacuna hace
unos días. Kimmich no cambia, de momento, su idea: “Sigo teniendo mis reservas
hasta que no haya estudios a largo plazo. Creo que debe respetarse mi postura,
especialmente si te ciñes a las medidas de higiene, pero eso no significa que
sea un negacionista. No digo categóricamente que no me vacunaré, pero a menudo
tengo la sensación en nuestra sociedad de que, si no estás vacunado, de alguna
manera te tachan directamente”.
Es cierto que el
número de futbolistas que se resisten a ponerse la vacuna es cada vez más
pequeño, aunque sigue habiendo diferencias significativas entre países. En
Italia, el porcentaje de vacunación entre jugadores y entrenadores es del 98%.
En Alemania es también muy alto, del 94%. Sin embargo, en la Premier League
inglesa el porcentaje de los que han recibido las dos dosis estaba hace unas
semanas en el 68% y en la liga argentina apenas el 16% tenía la pauta completa
en octubre. En España, la Liga de Fútbol Profesional no ha facilitado ese dato
a este medio. El FC Barcelona anunció en el pasado mes de septiembre que el
99,9% de sus deportistas estaban vacunados.
El porcentaje en la
NBA, la liga estadounidense profesional de baloncesto, es también muy elevado,
de un 96%, faltando, según los últimos datos conocidos, apenas 25 jugadores sin
vacunarse de un total de 450. Entre los que se oponen está Kyrie Irving, base
de los Brooklyn Nets, que ha justificado así su decisión: “Me voy a mantener
firme en lo que yo creo. No tiene que ver con ser antivacunas o estar en un
lado u otro. Es sentir que de verdad estás haciendo lo que es mejor para ti. Si
voy a ser demonizado por hacer más preguntas y tomarme mi tiempo para decidir,
pues es lo que hay. Estoy del lado de quienes han perdido sus trabajos por este
mandato y estoy del lado de quienes han elegido vacunarse y han elegido estar a
salvo. Apoyo y respeto la decisión de todos. No he hecho daño a nadie ni he
cometido ningún crimen. Esta es mi vida y me están diciendo lo que tengo que
hacer con mi cuerpo. Esto tiene que ver con todo lo que está pasando hoy en día
en el mundo. Y estoy metido en algo que es mucho más grande que el baloncesto.
Nadie va a secuestrar esta voz”.
Estados como Nueva
York o San Francisco impiden jugar en los pabellones a los jugadores que no
tengan puesta la vacuna
Esta postura le
está ocasionando importantes consecuencias, debido a que estados como Nueva
York, donde juega su equipo, o San Francisco, impiden jugar en los pabellones a
los jugadores que no tengan puesta la vacuna. Los Brooklyn podría haberle
utilizado cuando ejercieran como visitantes, pero en octubre anunciaron que le
apartaban del equipo “hasta que sea elegible para estar disponible en todos los
partidos”. Además, la NBA decidió que no se pague a los jugadores el 91,6% de
su salario por cada partido que se pierdan por culpa de no estar vacunados, una
medida a la que se opone el sindicato de jugadores, de la que Irving es
vicepresidente.
Si finalmente esa
medida se llevara a efecto, las pérdidas para el jugador serían millonarias.
Dejaría de ganar 381.181 dólares por partido, lo que supondría una suma total
de 17,5 millones de dólares (solo por los partidos de la fase regular) si no se
vacuna en todo el año. Además, de prolongarse esa situación, los Nets ya no le
ofrecerían una extensión de contrato por la que podría asegurarse 186 millones
de dólares. “Sé las consecuencias financieras que tiene mi decisión”, ha
reconocido Irving. Este riesgo hizo que otro conocido jugador que también se
había significado en contra de las vacunas, Andrew Wiggins, cediera en su
postura, ya que pertenece a Golden State Warriors, equipo con sede en San
Francisco, por lo que se veía en la misma tesitura. “No es algo que quisiera
hacer, sino que de alguna forma me veo obligado. Era vacunarse o no jugar”, ha
explicado.
El perjuicio que
ocasionan esas ausencias a los clubes se está traduciendo en que éstos tomen
medidas de presión a posteriori
Ninguna de las
grandes competiciones en el mundo prohíbe participar a un deportista que no se
haya vacunado, pero las medidas restrictivas tomadas por algunos gobiernos
provocan finalmente el mismo efecto, el que no puedan tomar parte en ellas. El
perjuicio que ocasionan esas ausencias a los clubes que pertenecen, cuando se
trata de deportes de equipo, sí se está traduciendo en que éstos tomen medidas
de presión a posteriori, como pueden ser las sanciones económicas, para
incitarles a que cambien su postura, algo que no siempre tiene resultado, como
se está comprobando. Tampoco parecen tener efecto las recomendaciones que las
autoridades hacen a estos deportistas bajo el argumento de que son referentes
públicos seguidos por millones de personas. El ministro del interior alemán,
Horst Seehofer, por ejemplo, dijo públicamente a Kimmich: “¡Piénsalo de nuevo y
vacúnate! Eres una personalidad y un modelo para seguir. Si te vacunas, otras
personas dirán ‘yo también lo haré’”.
En un momento en el
que cada vez hay más empresas en el mundo que imponen a sus trabajadores la
vacunación, cabe preguntarse qué postura tienen que tomar los clubes y los organizadores
de eventos deportivos en los lugares que no están sujetos a restricciones
políticas relacionadas con este asunto. ¿Deben obligar a los deportistas a
estar inmunizados o debe primar la decisión individual de cada persona sin que
su decisión tenga consecuencias laborales?
Quizá el mejor
resumen de la compleja situación que se está viviendo en muchos vestuarios es
lo que dijo Thomas Muller, compañero de Kimmich en el Bayern, sobre la postura
de éste: “Es una fina línea. Una discusión moral o ética. La decisión es
entendible desde un punto de vista humano. Como amigo, creo que es una decisión
aceptable. Pero como compañero de equipo, la vacunación sería lo mejor”.
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