EL CAMPANAZO
FRANCISCO JAVIER GONZALEZ
¡Menuda güevonada,
usté! ¿Se le ocurrió a Clavijo “El Afuchado” en solitario, o precisó de
especialistas la vaina del campanazo finañero en la capital del imperio de
cartón? Eso es lo que muchos canarios se preguntan, sobre todo sabiendo que la
bromita con sus foguetes de colores y todo, costó más de medio millón de los
muy europeos euros…para, supuestamente,
captar a unos turistas españoles que ya estaban más que captados
previamente, salvo por supuesto algún despistado o los más de 3 millones de
parados sin recursos que hay, censados, en España y, desde luego, los más de
200.000 parados canarios que ya conocen las bondades del clima isleño.
Aunque, a bombo y
platillo, se firmó un acuerdo entre TVE en Canarias con el Ayuntamiento de Los
Realejos para que, textualmente, “desde
Los Realejos se despidiera el año 2018 en horario canario para todo el
mundo a través de TVE y RNE con Roberto Herrera y Ruth Lorenzo” y que el
alcalde de Los Realejos, el pepero repetidor Manuel Domínguez, expresara “la
plena satisfacción que supone que Los Realejos sea la ventana para todo el
mundo del fin de año en horario canario, este lunes 31 de diciembre, a través
de las imágenes de RTVE en Canarias, con conexiones nacionales y a través del
Canal Internacional y desde el sonido de Radio Nacional de España”. Pues, que
si quieres. El señor presidente de la pseudoautonomía canaria se puso de
acuerdo con su colega de Madrid, Ángel Garrido, para dar el campanazo desde la
Villa y Corte, por cierto, campaneo mucho menos atractivo que el impúdico,
revelador y juguetón viento gomero reveló con el vuelo y revuelo del traje
encarnado que el fin de año anterior lucía la bella presentadora Eloisa
González, desterrada este año con Calero y Roberto González a un rinconcito
tras una ventana frente a la Puerta del Sol.
Si la milonga de la
promoción turística no cuela, ¿Dónde está el verdadero motivo de que los
canarios tengamos que oír desde la metrópoli las dichosas campanadas con sus
correspondientes uvas? Para entenderlo basta poner algo de atención a las
palabras de ambos protagonistas. El canarigodo Clavijo afirmaba que se trataba
de “conseguir convertir esta mágica noche en una embajada de Canarias y vamos a
invadir este espacio canarizándolo para todos los españoles" mientras el
español, más pragmático, nos decía que estábamos ante un "auténtico icono" que cada 31 de
diciembre convoca en torno suyo a todos los españoles y, este año, a todos los
canarios; un elemento que constituye "todo un símbolo de los vínculos que
mantienen unida a la ciudadanía en el ámbito de las costumbres y de nuestra
cultura popular”.
Pues creo que la
cuestión está clara y que el que no lo ha entendido, tiempo a tenido. Es un
acto más del proceso de españolización en que está empeñado el Sr. Clavijo y
sus conmilitones. Por supuesto que el pepero madrileño está encantado con este
refuerzo que les llega desde las colonias, en unos tiempos en que la inestable
unidad constitucional hispana está en horas bajas. No es la primera vez que
Clavijo –y su colega Ani Oramas- se muestran como adalides de la maltrecha
unidad española. Ya en octubre de 2017 pidió al independentismo catalán “que
acate los efectos de la aplicación del artículo 155 de la Constitución para
evitar que se siga generando más crispación”. En septiembre pasado, recordemos,
que tras reunirse con el españolísimo Pablo Casado, Clavijo pedía a Sánchez
convocar una Conferencia de Presidentes Autonómicos sobre Cataluña porque, tras
manifestar su “cansancio con el independentismo catalán” afirmaba que "Este país no puede estar sujeto a los vaivenes
del Gobierno de Cataluña”, porque, continuaba, “No se puede permitir que una
autonomía indisciplinada esté lastrando el funcionamiento del resto”.
¡Hay Fernando, quién te ha visto y quién te
ve! ¿Te acuerdas cuando allá por 2009 querías que Canarias fuera un Estado
Libre Asociado a España o, mejor aún, Independiente? ¿Y cuando en 2014 te
mostrabas partidario de un Referéndum pactado para Catalunya?
Si no fuera por la
vieja simpatía que mantenía con tu padre, te diría lo mismo que Guadarfía a
Afche y a Gadifer de la Salle y sus normandos en el castillo del Rubicón: “Fore
troncquenay”, frase que Le Canarién traduce como “Malvado traidor”, aunque yo
prefiero la traducción del amazigh de Ignacio Reyes: “Fore torom kennay” esto
es, “La sarna ha venido con ustedes”. ¡Menuda peste compay!
Francisco
Javier González
Gomera a 3 de enero de 2019.
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