EL GOBIERNO CHUSMA Y SUS IMPUESTOS

EL GOBIERNO CHUSMA Y 

SUS IMPUESTOS

EVA NAVARRO SAN LUIS

Me asombra la capacidad que tiene este gobierno para sacar cosas de la chistera, ingeniándoselas nuevamente para recaudar dinero. La gran perjudicada de estas medidas viene a ser nuevamente, para no variar, la clase trabajadora.

Me refiero a  los impuestos que se están aplicando en España. Comenzamos por el de las bebidas azucaradas en Cataluña, que tiene como objetivo evitar la obesidad y la malnutrición. Hasta ahora los casos de obesos han pasado desapercibidos para dietistas y nutricionistas que no se han tomado la molestia de aconsejar debidamente sobre el tema informando sobre la alimentación adecuada para este tipo de personas. Pero he aquí que la preocupación les ha entrado de momento y han decidido incrementar el precio de este tipo de productos. La medida afecta a todo tipo de bebidas con azúcar: refrescos, zumos, batidos y todo lo que se etiqueta como “dulce”.

Por si fuera poco también se meten con los medicamentos a través del decreto de las farmacias, por el cual se prohíbe adelantar medicamentos a un paciente.

La cuestión es la siguiente: si usted acude a su farmacia ante la urgencia de sacar un medicamento que necesita porque la receta se caduca o estamos en día festivo, no lo podrá retirar a menos que desembolse el importe íntegro del mismo comprándolo “sin receta” y sin posibilidad de que la farmacia le abone la diferencia cuando todo esté nuevamente en regla. Los ciudadanos deberíamos enseñar al gobierno sin corresponder a la picardía y no meter la cabeza por este aro para manifestar el descontento de esta ley tan injusta, aprobada a mala fe, que pone a la sanidad de espaldas a los enfermos y deja en entredicho el buen hacer de médicos y farmacéuticos.

Desde que se aprobó el copago en este país se han recaudado millones de euros, lo suficiente como para dar un respiro al sistema. Sin embargo,  seguimos embarrancados en la crisis.

Me gustaría que me explicaran de una vez a qué se destina el dinero de nuestros impuestos. Porque no estamos hablando de cuatro perras gordas.