viernes, 24 de marzo de 2023

TU INFLACIÓN, SUS BENEFICIOS


TU INFLACIÓN, SUS BENEFICIOS

"Los beneficios indecentes en un contexto de crisis son las consecuencias de décadas de legislación nacional y comunitaria a medida de las grandes corporaciones"

DANI DOMÍNGUEZ

Cartel de Zara, empresa del grupo Inditex.

Juan Roig, presidente de Mercadona, reconocía el martes pasado que sí, que en su empresa habían subido los precios “una burrada”. Lejos de ser una confesión posterior a un examen de conciencia, el empresario valenciano justificó esta decisión: “Si nosotros no hubiéramos subido los precios, el desastre que hubiéramos generado en la cadena de producción habría sido impresionante”. Es decir, el problema no lo habría tenido Mercadona, sino sus proveedores. Lo han hecho por ellos.

 

Resultado: un aumento en los beneficios de Mercadona en un 5% durante 2022 hasta los 718 millones de euros. Roig, gracias a dividendos, se ha embolsado 88 millones de euros más los 11 millones de su salario como presidente de la cadena de supermercados. En total, 99 millones de euros en un año: 3.367 veces lo que van a cobrar sus empleados con más antigüedad tras la última subida de sueldo anunciada en enero de este año.

 

Pero, a pesar de estas cifras sangrantes en un contexto de crisis como el actual, Mercadona no es, ni de lejos, la empresa española que ha hecho más negocio en 2022. Inditex anunció un día después unas ganancias récord de 4.130 millones de euros, las mayores de su historia. Solo Amancio Ortega aumentará su fortuna en 2.217 millones de euros gracias a los dividendos de la multinacional textil. Y todo ello después de la huelga de dependientas de la compañía para lograr una subida de sueldo cuya base se ha situado en 18.000 euros anuales para las empleadas con menor antigüedad.

 

Y, de nuevo, Inditex tampoco ha sido la multinacional española con más beneficios: la superan, dentro del IBEX 35, Repsol, con 4.251 millones de euros, Iberdrola, con unas ganancias de 4.339 millones de euros el año pasado, BBVA, con 6.420 millones de euros, o el Banco Santander, con 9.605 millones de euros.

 

En Más difícil todavía (Deusto), el economista y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Juan Torres define la inflación como una “tapadera” utilizada por grandes empresas para incrementar sus márgenes y beneficios extraordinarios. En España, el informe Análisis de la inflación, de CCOO, demostró a mediados de 2022 que los beneficios fueron responsables del 106,3% del aumento de los precios en el cuarto trimestre de 2021 y del 83,4% en el primer trimestre del año pasado.

 

Así lo explica Torres:

 

“En la actualidad, a diferencia de lo ocurrido en otros procesos inflacionarios, cuando ha habido mayor capacidad de negociación por parte de las organizaciones sindicales y los salarios aumentaban como respuesta a la subida de precios, apenas si han crecido. Eso, unido a la cada vez mayor capacidad de las grandes empresas para fidelizar a su clientela, invirtiendo en marketing y publicidad, y la pérdida de competencia efectiva en mercados cada vez más concentrados, es lo que explica que el actual proceso inflacionista tenga como una causa detonante fundamental el aumento de los márgenes de beneficios empresariales”.

 

Este aumento de poder oligopolístico es lo que permite, además, una mayor capacidad de influencia en las decisiones políticas. Que las medidas adoptadas para paliar la inflación hayan sido bajadas de IVA o rebajas de precios a costa del presupuesto del Estado no es casualidad. En ambos casos, son medidas que no afectan a los beneficios de estas empresas, es más, los financian. El impuesto temporal a las ganancias extraordinarias a la banca y eléctricas es solo un corrector provisional y paliativo que no soluciona los problemas estructurales.

 

Estos beneficios indecentes en un contexto de crisis son las consecuencias de décadas de legislación nacional y comunitaria a medida de las grandes corporaciones, que han adquirido un poder omnímodo que nadie se atreve a cuestionar de una forma real y que no tiene ningún contrapeso público. Un dominio tal que, en un momento apacible para el poder económico, una empresa como Ferrovial decide cambiar su domicilio social a Países Bajos en un alarde de antipatriotismo con pocos precedentes.

 

La situación no va a cambiar. No hay valentía política para ello, pero tampoco hay una mayoría social que empuje. El discurso de los medios de comunicación de masas es similar al expresado por el diputado de VOX en el Parlamento de Andalucía Rodrigo Alonso: “Olvídense de los ricos, los ricos son ricos por naturaleza”. Al igual que en la Edad Media la doctrina del derecho divino de los reyes otorgaba a los monarcas un poder natural, absoluto e incuestionable, hoy, los grandes empresarios cuentan con el beneplácito social, legislativo, político y mediático para seguir engrosando sus fortunas mientras tú dejas de comprar pescado porque su precio ha subido.

 

PD: En lo que se tarda en leer este corto artículo (algo menos de cuatro minutos), Amancio Ortega habría ganado prácticamente lo mismo que sus dependientas con menor antigüedad en un año de trabajo: unos 18.000 euros.

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