SUMAR, PODEMOS, Y EL SUICIDIO DE LA IZQUIERDA
Las
negociaciones para la alianza electoral encallan. La mediación de Zapatero no
surte efecto. El desencallador que las desencalle…
MIGUEL MORA
Yolanda Díaz, durante el juramento de cargo de vicepresidenta segunda
del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, el pasado 12 de julio de
2021. / Francisco Gomez (Moncloa)
¿Qué ha pasado en las negociaciones entre Sumar y Podemos? ¿Quién ha llevado la voz cantante? ¿Por qué se ha parado el diálogo a solo unos días del Día D de Yolanda Díaz? ¿Se resolverá el desacuerdo a tiempo para la foto de familia en el Magariños? ¿Habrá acuerdo después? Para tratar de responder a estas cuestiones, conversamos con dos dirigentes de Podemos: parecen dolidos, desconfían de las intenciones de Sumar, y no muestran mucha esperanza de que vaya a ser posible un acuerdo a corto plazo. Hablamos también con dos personas del equipo de Yolanda Díaz. Frustrados es la palabra que más usan. Pero no nos rendimos, añaden. Ambas partes se declaran todavía dispuestas a alcanzar un
acuerdo para
las generales de diciembre. Los dos saben que, si no van juntos, será imposible
que gobierne la izquierda otra vez. Irónicamente, las partes siguen
manifestando su deseo de acudir juntos al acto del 2 de abril en el Magariños
de Madrid, un momento clave de la historia, según lo definió el jueves 30 de
marzo Yolanda Díaz, aumentando así la presión emocional contra Podemos, pues
Unidas Podemos se ha roto ya en dos e IU ha anunciado que irá. Pero, a 48 horas
de la coronación, no hay síntomas de que rosas y morados vayan a ponerse de
acuerdo para firmar la minúscula declaración conjunta que abriría la fiesta a
Ione Belarra e Irene Montero.
En lo que sigue más
abajo no reproduciremos ninguna opinión expresada por los cuatro dirigentes
entrevistados, sino el relato aséptico de los hechos que ambas partes afirman
que ocurrieron durante las negociaciones. Cuando los dos bandos dan versiones
distintas sobre algún detalle, se ofrecen ambas para que cada cual saque sus
propias conclusiones. Spoiler: como decía Ennio Flaiano, la situación es grave
pero no es seria. Esta mañana y desde hace seis días, la única diferencia
insalvable entre los negociadores era el adjetivo elegido por Sumar para
definir, organizar y convocar las primarias: multilaterales (concepto: la
decisión del tipo de votación, de las listas previas y del sistema de voto no
se tomaría solo entre Sumar y Podemos sino entre todas las fuerzas implicadas).
Pero, como diría
Martínez, usted se encuentra aquí:
1. En los dos
últimos meses, Sumar y Podemos se han reunido cinco veces (una por semana desde
hace 45 días) para empezar a negociar la fusión que, bajo el nombre y paraguas
de Sumar, debería agrupar en una plataforma electoral para las generales de
diciembre a una heterogénea quincena de fuerzas políticas: partidos estatales
como Podemos e IU, otros de rango autonómico como Más País, los Comunes y
Compromís, movimientos ecologistas como Equo y Alianza Verde, partidos
regionales como la Xunta Aragonesista y alguno casi unipersonal como el canario
Drago.
2. Las reuniones
comenzaron a petición de Yolanda Díaz, coordinadora de UP, que llamó a Ione
Belarra y a Irene Montero para invitar a Podemos a definir con Sumar las líneas
maestras de la futura alianza electoral. En las negociaciones han participado
Pablo Echenique y Lilith Verstrynge, secretaria de Estado para la Agenda 2030 y
secretaria de organización de UP, por parte de Podemos; enfrente se han sentado
dos asesores políticos de plena confianza de Díaz, Rodrigo Amírola y Josep
Vendrell.
Podemos sostiene
que la fecha se eligió porque Sumar, Más Madrid y Compromís pactaron dejar
solos a Podemos en las autonómicas y municipales
3. El primer día,
Sumar puso sobre la mesa un índice de varios puntos, con todos los asuntos que
haría falta pactar en los siguientes meses. Primarias, listas, campañas,
recursos, grupo parlamentario, etcétera. Durante las tres primeras reuniones no
hubo avances concretos en ninguno de esos puntos, aunque nada trascendió porque
ambas fuerzas habían pactado que las negociaciones fueran secretas. Según
Podemos, los embajadores de Sumar querían conversar de esto y de aquello, pero
no tenían prisa por empezar a negociar los puntos del índice. El calendario
propuesto por Vendrell proponía junio para la terminación del acuerdo. Y aquí
empiezan a diferir las versiones. En Sumar explican que eligieron junio para
poder integrar en el acuerdo a fuerzas políticas que debían competir entre
ellas en las elecciones de mayo y para no alargar hasta el infinito las
negociaciones. Podemos sostiene que la fecha se eligió porque Sumar, Más Madrid
y Compromís pactaron dejar solos a Podemos en las autonómicas y municipales,
esperando que un previsible batacazo restara potencia de presión y de
negociación a los morados después del 28 de mayo.
4. Podemos pidió
cerrar el acuerdo antes de mayo explicando lo que ya se sabe: que sería bueno
para todos que Yolanda Díaz hiciera campaña por las distintas confluencias,
alcanzadas ya en gran parte de los territorios con casi todas las fuerzas del
espacio salvo con Compromís y Más Madrid. Podemos lleva tiempo diciendo que un
mal resultado en las elecciones de mayo podría arrastrar al espacio a uno
parecido o peor en diciembre. Sumar asegura que no tienen el menor interés en
que a Podemos les vaya mal. Podemos replica que los únicos posibles afectados
por presentar el acuerdo antes de las autonómicas habrían sido Más País y
Compromís.
Sumar replica que
Díaz fue elegida contra su voluntad como coordinadora y que ha sufrido un coste
personal “muy alto” para asumir esa responsabilidad
5. En plena
discusión sobre las fechas, Díaz anunció que presentaría su candidatura el 2 de
abril, y empezó una nueva fase del diálogo. Antes de la cuarta sesión, Irene
Montero declaró a la prensa que las negociaciones no habían empezado y que era
urgente ponerse a ello. Sumar argumenta que esa frase, que según Podemos no era
nueva y cumplía la consigna pactada del secreto, motivó la respuesta de Yolanda
Díaz, que contó a los periodistas en un canutazo que Sumar y Podemos llevaban
semanas negociando. Al decaer el secreto, Podemos sospechó que Sumar estaba
mareando la perdiz para poder vender en público que ya estaban negociando
mientras en la mesa frenaban todo lo posible el acuerdo. Sumar replica que
Yolanda Díaz fue elegida contra su voluntad como coordinadora del espacio y
cabeza de cartel electoral y que ha sufrido un coste personal “muy alto” para
asumir esa responsabilidad. Podemos responde que Pablo Iglesias añadió al designar
a dedo a su sucesora, la coletilla (con perdón) “si Yolanda y la militancia así
lo deciden”. Un bucle, dos bucles, tres bucles.
Los morados
ofrecían sellar el documento sobre las futuras primarias con una foto
simbólica. No hubo forma porque no hubo firma
6. Echenique y
Verstrynge llevaron a la quinta reunión (vía Zoom) una propuesta de mínimos
para intentar presentar a los suyos un documento conjunto que les permitiera
poder acudir al Magariños con garantías de un acuerdo posterior más detallado.
Aunque unos y otros expresan la voluntad mutua de volver a sentarse más
adelante y evitar así “meses de bronca interna”, las negociaciones iban ya
camino del fracaso. El compromiso pedido por Podemos era, en efecto, mínimo:
dos puntos. a) no volver a repetir el debate que sucedió en 2019 sobre si es
mejor pactar un gobierno con el PSOE o dar apoyo externo (punto en el que ya
había acuerdo). Y b) acordar el tipo de primarias entre Sumar y Podemos, y que
fueran abiertas a toda la ciudadanía, y con un censo nuevo. En público,
Verstrynge aceptó que las primarias fueran provinciales y proporcionales como
pidió IU. Los morados ofrecían sellar el documento con una foto simbólica. No
hubo forma porque no hubo firma.
7. En esa última
reunión de embajadores, se acordó que Vendrell redactaría el borrador de
propuesta de declaración final. Lo envió esa misma noche. El papel afirmaba que
los detalles de las primarias debían concretarse en un marco multilateral, y no
bilateral entre Sumar y Podemos, para no dejar fuera de esa decisión a las
terceras fuerzas. Podemos pidió incluir la frase “primarias abiertas”. Sumar no
aceptó si la fórmula no se decidía entre todos los actores. Según los morados,
el equipo de Yolanda exigió además que el documento fuera una declaración
unilateral de la plataforma rosa, no un papel conjunto firmado por las dos
partes. Sumar lo niega.
Desde el lunes
pasado, los teléfonos rojos no han vuelto a sonar. De momento, la mediación
discreta de José Luis Rodríguez Zapatero no ha surtido efecto, mientras el PSOE
y la inmensa mayoría de los medios y analistas –e incluso el CIS– toman
evidente partido por Yolanda Díaz, lo que realimenta la sensación de soledad y
acoso entre los dirigentes y militantes morados.
A 48 horas del
evento que coronará a Yolanda Díaz como candidata presidencial (ya
autodesignada) por Sumar, parece imposible que Ione Belarra e Irene Montero
vayan a salir en la foto de la mal avenida familia de la izquierda. Veremos si
después impera la sensatez, la generosidad, la responsabilidad, la democracia
participativa y el respeto a un electorado que a estas alturas ya sabe
demasiado bien que las izquierdas pueden tardar meses en cerrar cualquier
negociación que las derechas serían capaces de despachar en medio fin de
semana.
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