CUMBRES IBEROAMERICANAS, HISTORIA DE UNA MANIPULACIÓN
MARCOS ROITMAN ROSENMANN
Felipe VI y Pedro Sánchez tienen claro los objetivos de su viaje: seguir esquilmando riquezas, garantizar la hegemonía de EEUU, pedir apoyo para Ucrania y malmeter contra China
Hagamos memoria. Corría el año 1991. En España, el rey Juan Carlos I se asentaba en su trono, mientras su presidente de gobierno, el socialista Felipe González, se encontraba en el cenit su popularidad. En el mundo, George H W Bush seguía la estela de Ronald Reagan, invadiendo Panamá. La caída del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y la primera guerra del Golfo marcaban un cambio de época. En América Latina, la crisis centroamericana vivía sus últimos coletazos. Las dictaduras del cono sur eran sustituidas por gobiernos elegidos en las urnas y el neoliberalismo campaba a sus anchas.
En esta coyuntura,
España se prestaba a celebrar el Quinto Centenario del
"Descubrimiento". La vieja idea hispanista, Comunidad Iberoamericana
de Naciones, acuñada por el ministro de asuntos exteriores del franquismo, José
María Castiella, sería rescatada por el gobierno socialista, propuesta colonial
asentada en una supuesta superioridad étnico-racial de los conquistadores. Ser
español debía crear un sentimiento de orgullo patrio por su obra evangelizadora
y su labor civilizatoria. El 12 de octubre, fecha del descubrimiento, fue
declarado día de la identidad nacional.
España reivindicó
su condición de madre patria y se autoproclamó la mejor baza que podrían tener
EEUU y la CEE, hoy Unión Europea, para lograr la subordinación de América
Latina a las políticas imperialistas. Encubierto con frases grandilocuentes, se
puso en marcha el plan. Qué mejor que aprovechar el quinto centenario del
descubrimiento convocando cumbres iberoamericanas. Ese sería el legado de
España a la nueva comunidad de naciones.
México inauguro la
saga, fue un espaldarazo a las políticas neoliberales de Salinas de Gortari. La
segunda tenía dueño, España sería el país anfitrión. América Latina saludaría
la monarquía, dando la enhorabuena al gobierno socialista. Felipe González
saldría fortalecido y ganaría al año siguiente las elecciones generales.
Hoy, las cumbres
han caído en la irrelevancia, dejarlas morir sería demostración de fracaso para
España. Para evitar el colapso, ha reinventado las cumbres, convirtiéndolas en
monográficas. Ha creado organismos como la Secretaria General Iberoamericana
(Segib) con sede en Madrid, hoy presidida por el chileno Andrés Allamand, mano
derecha de Pinochet, quien perteneció a la organización neonazi Patria y
Libertad, responsable de asesinatos de militantes de la Unidad Popular y de
cometer actos de sabotaje durante el gobierno de Salvador Allende. El 11 de
septiembre de 1973 disparaba contra los trabajadores de Chile Films desde su
apartamento; es uno de los responsables de la 28 cumbre en República
Dominicana.
Europa y España
conocen perfectamente América Latina, no necesitan ser presentadas a la
comunidad latinoamericana, y América Latina las conoce bien; han sido imperios
predadores, levantados sobre el genocidio y etnocidio de los pueblos
originarios. No seamos ingenuos. Sus intenciones: obtener beneficios, sean
bancos, constructoras, hidroeléctricas, mineras, aseguradoras, industrias
armamentísticas, automotrices, pesqueras, agroindustrias o vinculadas al sector
turístico. Los capitales españoles y europeos son insaciables, tragan lo que se
les pone delante y sin límites.
El lema de la 28
cumbre es: Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible. ¿Justa y sostenible,
para qué y para quienes? España parece olvidar la responsabilidad que le cabe
en los desastres que han provocado sus empresas trasnacionales. Sirva como dato
el crudo derramado en Perú por Repsol. La empresa elude responsabilidades y el gobierno
de coalición "izquierdista" le brinda su apoyo.
En Guatemala, Alta
Verapaz, el proyecto hidroeléctrico de ACS, empresa de Florentino Pérez, está
alterando el curso del río Cahabón, amenazando el ecosistema y llevando al
pueblo Q’eqchí a su desaparición. El ejército, junto con jueces y la policía se
dan a la tarea de asesinar, detener y amenazar a los dirigentes que levantan la
voz. España protege a su empresario.
Europa y España
saben lo que quieren: invertir en parques fotovoltaicos, eólicos, presas
hidroeléctricas o en la especulación financiera con sus bancos, para luego
repatriar sus beneficios y empobrecer aún más la región. Eso sí, en nombre del
progreso, la transición digital y la economía verde. Mientras tanto, presiona y
amenaza a gobiernos que le plantan cara para garantizar sus megaproyectos y
proteger a sus empresarios e inversiones.
Seamos claros.
España no busca una política de cooperación con América Latina. Expulsiones en
caliente, centros de internamiento en condiciones infrahumanas, migrantes
estigmatizados como ladrones, narcotraficantes, borrachos o gentes de mal
vivir.
Donde se ve su
verdadera cara es la concesión del estatuto del refugiado o asilo. Manga ancha
para venezolanos y cubanos, estrecha si son peruanos. Así apoyan al régimen de
facto de Dina Boluarte. Sin olvidar la estancia en España de Leopoldo López,
terrorista prófugo de la justicia venezolana, y la concesión de la nacionalidad
al corrupto expresidente mexicano Felipe Calderón.
Felipe VI y Pedro
Sánchez tienen claro los objetivos de su viaje a República Dominicana: seguir
esquilmando riquezas, garantizar la hegemonía de EEUU, pedir el apoyo para
Ucrania y malmeter contra China. Otra cosa es mentir. Ese es el verdadero
rostro de España. Es necesario desenmascarar sus planes, la iberofonía es un
señuelo.
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Texto completo en:
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/cumbres-iberoamericanas-historia-de-una
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