JUSTA FREIRE, EL PENSAMIENTO LIBRE
MAITÉ CAMPILLO.
Tremenda flor en riesgo de aventurar la historia presta a transmitir que no somos el ombligo de las resoluciones de vida y el mundo, pues antes de nosotrxs, mentes indiscutiblemente lúcidas abrieron camino sobre la aspereza y hasta llegaron más lejos.
Conversación que no se si escuché o imaginé escribe Eduardo Galeano
»Una revolución de mar a mar. Todito el país alzado. Y lo pienso ver con estos mis ojos -¿Y se cambiará todo, todo? -Hasta las raíces. -¿Y ya no habrá que vender los brazos por nada? -Ni modo pues. -¿Ni aguantar que lo traten a uno como bestia? -Nadie será dueño de nadie. -¿Y los ricos? -No habrá más ricos.
-¿Y quién nos va a
pagar a los pobres, entonces, las cosechas? -Es que tampoco habrá pobres. ¿No
ves? -Ni ricos ni pobres. -Ni pobres ni ricos. -Pero entonces, se va a quedar
sin gente Guatemala. Por que aquí sabes vos, el que no es rico, es pobre». Nada
nos es regalado tomando en cuenta los sucesos de la historia toda gran libertad
es gran responsabilidad y en esta batalla son pocos los esfuerzos y refuerzos
hoy porque los sueños brillen con luz propia. Pero ellos vienen y llegan a
nosotros y, ¡ay!, a saber por qué derroteros andamos arrastrando las ataduras
contrariando sus apetencias reavivadas por el esfuerzo de las flores que
confusas se revuelven. El trigo y el millo sollozan la perdida, las semillas de
amapola llenan ánforas y los fueguitos alumbrando sin respuesta, y en este
juego se van ahogando o marchitando los sentimientos sin poder salvar su
identidad, y eso sí es doloroso tomando en cuenta lo implacable que debe ser la
verdad, hoy tan descolorida, en plena campaña electoral.
Pero, ¡ay!, no todo
anda por el mismo palo del ponte tieso, y el barredor de tristeza colabora con el
borrador de lágrimas cegadas por la pérfida del discurso político del sexo de
los ángeles y ni modo la dramática situación si política si económica y social
en las calles sin comités de defensa ni revolución ni mítines de contenido
propio sobre una cultura deslavada y sin arraigo que cuando alude a la
República, más pareciera una utilización que un sentimiento y eso sí es grave.
La identificación no viene por si sola ha de ser profunda en complicidad con
todo, conocimiento y profundidad van por el mismo camino en compaña con lo que
representó su irrupción revolucionaria en contenido de vida y cosecha de
futuro. Y mi subconsciente reacciona volcado en la euforia presto a cumplir una
gran tarea cuando de súbito creo sentir el latir de Justa Freire. La que antes
de oprimir los sentimientos contra ella entre rejas de congoja los lanza a
volar, compartiendo con todas su empeño y transparencia de un valor
inapreciable a afirmar el objetivo uno de los grandes entre los más grandes,
que no fue otro que hacer de la educación el pilar de la libertad, concepto
básico del pensamiento libre. Para nada publicitario como adormidera sino
aligerando el peso en las sienes revelando su presencia, dándose a conocer no
por coqueteos con el conservadurismo impostor, sino por su gran caudal cultural
de sencillez pujante hasta abrir el férreo portón a la renovación pedagógica,
desarrollando como flor de revuelo a una mujer culta entre las más cultas en
los cargos que ejerció con el Gobierno de la República como directora de Escuelas
Ambulantes.
Miembro del Grupo
escolar, Alfredo Calderón, inaugurado en 1933 en Madrid bajo las ideas
pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza. Inteligencia valiosa, firme y
contundente la de Justa Freire (todo parecido hoy, con su realidad, no más es
purita fantasía). Trabajó y compartió con todo del lado del caudaloso y
enramado manantial de mujeres de la República` la experiencia de ser las
primeras profesionales que dirigieron a docentes varones. Por razones
(fascistas) las sin razones de la conspiración internacional triunfaron bajo un
baño de sangre genocida con la cooperación de los principales criminales
internacionales y mercenarios del mundo como la sanguinaria guardia mora de
Franco. La cruzada fascista representó el golpe de estado al oscurantismo más
atroz que la inquisición (que ya es decir) al grito desgarrador de las tropas
mortíferas descuartizando la vida como lluvia ácida del: «¡Viva la muerte!». Y
la sabiduría quedó asesinada y sus culatazos prohibidos resumidos en: «Muera la
inteligencia». Fue la respuesta de la barbarie genocida en boca de Millán
Astray, ejecutada a partir de la orden del General descuartizando los pueblos
con todas sus culturas propias empuñando la República.
El golpe fue
sumando potencias de todo el mundo, especialmente de Europa hasta ejercer como
Eje principal enfangado en la protección del fascismo internacional,
capitalismo e imperialismo seductor de hipocresía, trampa y ratonera. Freire
fue expedientada y represaliada pero siguió firme la combatiente férrea en sus
ideales persistiendo en enseñanza y educación en la cárcel de Ventas (Madrid)
donde 5.000 mujeres de la República “disfrutaban” del control de una capacidad
para no más de 450. Hacinadas, muchas embarazadas y en condiciones insalubres;
enfermedades, tortura, sacas y condenas de muerte o conmutadas a largos años de
mazmorra y humillaciones insufribles sumaron la feroz hambruna, tónica que
marcó a muchas supervivientes a declarar y denunciar tortura y condiciones a la
salida: cuñas en las uñas, corrientes eléctricas en los dedos y pezones antes
de ser violadas por la fuerza y asesinadas. Y su grito rasgó fronteras y se
unió al de otras mujeres del mundo y el tren gira sobre el elenco heroico
histórico de lucha y resistencia. Se trataba de vivir, de vivir sencillamente
en armonía, combatiendo hasta la extenuación la supervivencia y la muerte con
la propia vida por el derecho a ser libres con la entereza propia que su
pensamiento responde. Freire siguió peleando incansable en la cárcel ejerciendo
pedagogía. Enseñó a escribir y leer a pensar y luchar y crear voces expandiendo
la indignación a la vez que educando en el canto. Un Grupo de voces, fue el de
las Trece Rosas, fusiladas en Madrid el 5 de agosto de 1939: cuatro meses
después del simulado demente y promiscuo “fin de Guerra” de crimines y
violaciones.
PD.
Pero la España de
sus principios siguió el rumbo del poder falangista que la gobernaba y creaba
como tal legionaria y envalentonada al viva la muerte. Forjada desde el 39 de
la victoria en la tiranía contra todo hecho y consecuencia nueva y superior
tras cuarenta años el paso de la dictadura a la democracia quedó estático en
sus instituciones: ‘el cambio’ quedó inamovible más como mueca insustancial.
Los principios del movimiento se ampliaron y el régimen sin base popular hasta
la farsa ‘transición’ fue asumiendo lo que nunca tuvo, las capas más populares
que dan contenido al continente pueblo y éste se quedó sin cambio y la placa de
Justa Freire quedó forjada a su destrucción y olvido impuesto una vez más. Poco
duró el supuesto recuerdo que el sector del Madrid formalista en pretensiones,
pretendió alardear, a la memoria de la docente -del 2018 a 2021- época del
‘despiste’ ‘desorientación’ y pandemia, que solo los malvados del crimen
cometido tantas veces asesinan una vez más hasta desaparecer la calle dedicada
en el barrio de Las Águilas (Distrito de la Latina). Y el Tribunal Superior de
Justicia de Madrid, en sentencia judicial, finiquitó y repuso el anterior
nombre -para mejor dar sentido y transparencia a la farsa democrática- el del
fundador golpista de la Legión Española Millán-Astray ¡Oh, sí, el de muera la
inteligencia viva la muerte o viva la estampa esperpéntica y grotesca de la
democracia franquista!
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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