LA INDEFENSIÓN DEL PERIODISMO
ANTE LA ‘LEY MORDAZA’
EH Bildu y ERC
han votado en contra del informe de la ponencia sobre la reforma de la 'Ley
Mordaza' en el Congreso.
DAVID BOLLERO
Fue uno de los principales compromisos del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos y quedará en el cajón esta legislatura: la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza. Finalmente, EH Bildu y ERC han votado en contra del informe de la ponencia en el Congreso al considerar que no deroga los artículos «más lesivos» de la norma aprobada por Rajoy en 2015. “Sigue permitiendo las devoluciones en caliente, decenas de muertos en la frontera. Sigue permitiendo sacar un ojo a la gente con pelotas de goma”, afirmó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Desde EH Bildu, Jon Iñárritu explicó que con la propuesta del Gobierno los agentes policiales podrán multar a su «libre albedrío».
En España, hasta el
momento, la Ley Mordaza limita la labor informativa de los profesionales so
pena de sanción. El fotoperiodista Javier Bauluz, primer español en recibir un
Premio Pulitzer (1995), lo vivió en carne propia cuando en noviembre de 2020
cubría en el puerto canario de Arguineguín el desembarco de varias personas
migrantes rescatadas en el mar. Bauluz terminó siendo multado con 800 euros por
“falta de respeto al agente” y por “negarse a ser identificado”, versión que
rechaza el periodista y que, incluso, queda desmentida en un vídeo.
“Uno siente una
indefensión total”, apunta Bauluz. “Todo el poder lo tiene un señor de
uniforme, ya que puede meterte la mano en el bolsillo”. Su caso llegó a Europa
y, desde la organización European Centre for Press & Media Freedom,
quisieron prestarle ayuda: “Pero con la Ley Mordaza no tienes derecho ni a una
defensa ni a juicio”. Para el fotoperiodista, la dignidad y la libertad son más
importantes que el dinero: “Porque si los periodistas no vemos, la ciudadanía
tampoco”. Y eso es algo crucial en temas como la migración, en el que,
denuncia, “Marlaska sigue impune después de violar leyes y derechos de miles de
personas”.
Lo mismo sucede en
el caso de la cobertura de manifestaciones. En febrero de 2021, Israel Merino
cubría para CTXT las protestas en apoyo del rapero encarcelado Pablo Hasél.
Según su relato, además de ser gaseado, fue aporreado por un antidisturbios a
pesar de haberle indicado hasta en cinco ocasiones que era periodista e,
incluso, mostrarle su acreditación. “No denuncié porque sé que no tiene
recorrido”, señala Merino, que admite haber perdido la fe al prevalecer la
palabra del policía en virtud de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Bauluz lamenta este
retroceso. “Llevo 40 años de fotoperiodista –explica–, desde los tiempos en los
que cubrí los conflictos de los astilleros, y hoy en día nuestra labor es más
complicada que entonces”. El periodista teme que, gradualmente, los
profesionales se atrevan menos, que se coarten para no caer en la multa. “Lo
mismo sucede con la ciudadanía en las manifestaciones, a la que se reprime
económicamente y no a palos porque, además, eso no es fotografiable”.
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