EL RESIDUO SECO
GUILLEM MARTÍNEZ
1- El periodismo es, básicamente, jerarquización. Junto al canon –literario, artístico– es la única jerarquización chachi. Porque, si se fijan, el periodismo no consiste tanto en explicar las cosas, como en ordenarlas, jerarquizarlas. Lo que sigue a continuación es la jerarquización de las noticias europeas y estatales de la semana. Lo que nos describirá un mundo sumamente, glups, jerarquizado, chungo. Tras ello, y por ello, este articulete finalizará con un simpático popurrí, en el que se dibuja, en modo bonus-track, el estado de la cuestión de las izquierdas a la izquierda del PSOE, tras la moción de censura. Que, al parecer, ha sido el Benidorm Fest de las izquierdas a la izquierda del etc.
2- Las
noticias de esta semana son, posiblemente, y como ya habrán sospechado, la a),
la b), la c) y la d), siendo a) la presentación del informe del IPCC de la ONU,
que considera el calentamiento global como ya irremediable. Para salvar los
muebles –nosotros somos, básicamente, los muebles del planeta–, el IPCC llama a
“reducir a la mitad, para 2030, las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Coincidiendo con esa llamada dramática, b) Alemania pide, y la Comisión le
ofrece, una excepción a la moratoria de los motores de explosión, prevista para
2035. Lo que indicaría que, en efecto, puede no haber nadie al volante. Por otra
parte, c) el Deutsche Bank, en el momento en el que escribo estas líneas, está
pocho, y con él, todos sus amiguitos europeos. Es una crisis de reajuste, de
centralización de la banca. Para que la banca se centralice, y elimine, en ese
trance, a los bancos menos fuertes y rápidos, el BCE ha ido subiendo el precio
del dinero, que es con lo que se ganan la vida los bancos, y con lo que
nosotros la perdemos. Si, en algún caso concreto, un banco no llegara con ese
margen, ahí estaría el Estado, que para estos casos sí que hay alguien al
volante, nacionalizando sin nacionalizar. Regalando la pasta a la banca sin
pedir nada a cambio. Como mamá, pero en modo psicokiller. La cosa
d) son las protestas en Francia contra la insoportable macronización de las
pensiones. O punto 3.
3- Las
protestas, que parecían ir de bajuna el jueves de la semana pasada, han
aumentado el jueves de esta semana, en modo à gogo. La razón: el
macronazo, pero también una entrevista televisada a Macron, en la que decidió
que Francia ardiera. Francia lleva nueve jornadas de huelga general –se dice
rápido–. Se trata de manifestaciones extrañas, en las que los sindicatos llevan
la voz cantante. O, al menos, cantan más que los partidos. Hasta la fecha, la
brutalidad policial está dando mucho que hablar. Incluso en el Consejo de
Europa, desde donde se ha emitido ya “preocupación por el uso excesivo de la
fuerza” contra manifestantes y periodistas. Lo que es muy, muy, muy raro. Es
posible que la Comisión se manifieste en breve. O que ya lo haya hecho, por el
pinganillo. Tanta violencia no es más, en todo caso, que la cultura democrática
de la Comisión, la aplicación en un territorio de un mandato de la Comisión
sobre el tema pensiones. Lo normal –la violencia no solo fatiga, sino que es el
campo de juego del Estado, lo que fatiga más– es que las protestas se vayan
reduciendo. Pero lo normal es que la rueda, o la Revolución Francesa, nunca
hubieran ocurrido. La situación permite observar una Comisión no distanciándose
de la violencia y de la austeridad en Francia, pero que, a la vez, no tiene
reparos en tirar la casa por la ventana en bancos, o en recortar sus medidas
estructurales, como lo de los motores de explosión. En Francia se está
planteando un conflicto, duro, entre la Comisión y la Democracia. Un conflicto
que la Comisión parece, en esta emisión, no querer plantear en otros Estados,
menos altos, rubios y fuertes que Francia. No se pierdan el punto 4.
Tanta violencia no es más que la cultura democrática
de la Comisión, la aplicación en un territorio de un mandato de esta sobre el
tema pensiones
4- Más
para aquí, la jerarquía de las noticias es otra, de una gama más baja.
Regional. Sigue presidiendo la realidad local, creando otras noticias, una
noticia antigua, o a), la reforma de las pensiones, determinante en esta
legislatura, y gracias a la cual podría haber otra legislatura de Gobierno de
Coalición. En esta emisión, ha sido una reforma dulce. Tanto que, de hecho,
a.1) ya se habla de otra reforma más profunda y gore, en 2025.
Tanto que, incluso, a.2) Feijóo ha ido a Bruselas a protestar, más encendido
que un mechero, en defensa de su puesto de trabajo. No sin razón, el pobre:
¿por qué la Comisión acepta una reforma light en España, y
exige una alejada ya de la cultura democrática en Francia? ¿Por qué la
reforma francesa, de una forma u otra, se llevará a Macron por delante,
mientras que la española puede posibilitar que Feijóo, tal vez, no gane las
elecciones? Hay muchas respuestas. Algunas hablan de un Estado al límite,
tutelado por la Comisión, que no puede admitir, por ahora, la violencia
política que sufre Francia. O no a la vez. Y otra es que el PP no es,
implícitamente, un partido europeísta. No inspira confianza en la Comisión,
pues sus conflictos con el Gobierno son con la Comisión, en tanto las políticas
del Gobierno son las de la Comisión. Lo que nos lleva a la noticia b): ha
dimitido una vocal del CGPJ para presionar por su renovación, imposible, e
inquietante ya en Europa. La noticia c), y bajando, es la moción de censura, o
punto 5. No habla de la época, sino que es un dibujo de la época.
5- Ya
pasada la moción, es posible analizar su residuo seco. Así, la moción fue un
desastre para Vox. Es más, solo tuvo un beneficiario, que fue el Gobierno de
coalición y, más aún, una porción del partido coaligado con el PSOE, que salió
reforzado.
Tamames no es un marciano, no es una época lejana. Su
visión de la Guerra Civil es tan reaccionaria, corta y difundida como la de
Cercas
6- Es
difícil evaluar las relaciones PP-Vox, en tanto ambos partidos comparten una
suerte de Jefatura Nacional de Ese Movimiento. La FAES. La sensación es que la
Jefatura de la FAES utiliza a Vox para hablar con el PP. En esta emisión, al
parecer, la intención de Jefatura era desprestigiar a Vox. O, al menos, tras la
moción, el PP más cercano a Jefatura, el de Madrid, ha pasado de Vox varios
pueblos, y el PP Feijóo da como finalizada la asociación –pública– con ese
partido sin soberanía que, todo apunta a ello, volverá al cajón de Jefatura una
temporada. Veremos.
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