ABASCAL- TAMAMES
FRANCISCO JAVIER GONZALEZ
EL PROFESOR TAMAMES, DESDE LA AUCTORITAS A LA AMENTIA PASANDO POR LA STULTÍTIAS
He preferido dejar un par de días de margen para librarme del estupor en que me ha sumido la moción de censura de la fantasmagórica pareja Tamames-Abascal, desdiciendo la tesis de F. Fukuyama del Fin de la Historia, para quien la lucha de ideas se sumerge en un limbo liberal uniforme y feliz. Por el contrario, la pareja voxera nos lleva de vuelta en las etapas más retrógradas y siniestras del siglo que hemos dejado atrás.
El Derecho Romano distingue entre la “Auctoritas” y la “Potestas”. La Auctoritas la tienen aquellas personas con capacidad moral para tomar decisiones o aconsejar sobre las decisiones a tomar. No se le impone a nadie. Se acepta, voluntariamente, por la fuerza moral que tiene. Si no hay posibilidades de usar la fuerza para imponer nada, la “autoridad” coercitiva y legal, la Potestas, no existe.
Pensaba, ingenuo que es uno, que el profesor
Tamames se había ganado a pulso una cierta Auctoritas como economista de
prestigio y, tal vez, incluso, hasta como supuesto marxista. Como, además de
ingenuo tengo cierta tendencia masoquista, me metí entre pecho y espalda, un montón de horas siguiendo por TV el Debate
de la Moción de Censura del dueto Tamames-Vox. Me sirvió, sobre todo, para
darme cuenta de que, además de la Auctoritas y la Potestas hay una tercera
categoría en la grey política del Estado, la de “Stultítias” a la que,
indudablemente, pertenece el señor Tamames, que debería estar contemplada junto
a las dos del derecho Romano.
Corre una frase falsamente atribuida a
Churchill que viene a decirnos, en una de sus muchas variantes, que “el que no es de izquierda de joven no
tiene corazón, y el que no es de derechas de adulto no tiene cerebro”. A esa
“Stultítia” se ha acogido nuestro profesor Tamames, en la misma órbita de su
amigo Sánchez Dragó –que apareció en TVE sentado entre los invitados- y otros
neojenízaros, como Pio Moa, que han saltado desde una izquierda extrema a la
derecha más reaccionaria y cavernícola. Desde luego que nuestro profesor,
aunque haya ido progresivamente derechizándose desde el Comité Ejecutivo del
PCE carrillista y diputado en las Cortes Constituyentes del 77 -las de la
celebérrima “Transición” democrática del franquismo apoyada en el ruido de
sables y tedeums de ensotanados- hasta
cobijarse a la sombra de los más genuinos representantes del momificado
pensamiento del fenecido Caudillo, no es, precisamente, un ejemplo del
pensamiento apócrifo de Mr. Churchill. La tragicomedia que ha representado en
las Cortes Españolas más bien parece un indicio de que el Sr. Tamames no
conserve el cerebro en buen estado. En realidad no sé si ha pasado de la
Auctoritas a la Stultítias o ha llegado hasta la “Amentia”, como denominaban
los romanos al que, en lenguaje paladino decimos que ha perdido la chaveta o,
en canario de a pie, que se le ha ido la baifa.
Puede que esa querencia franquista le venga
desde muy atrás, desde la época en la que se le creía comunista. Me hace
sospecharlo la foto que acompaño en el 1º de Mayo del año 1979 en Madrid,
pasada la “Transición” de la que se ha convertido en ardiente adalid. Aparece
Tierno Galván, puño en alto, y a su lado el converso Tamames, brazo derecho
levantado en saludo fascista. Es probable que, sottovoce, estuviera entonando
el Caralsol
A pesar de su conocimiento de los hábitos
parlamentarios tras ejercer en dos legislaturas, obligó con sus gestos y
expresión que, a mitad de la intervención del presidente del Gobierno Español,
en un gesto inusual, la presidencia de la Cámara cortara su exposición,
probablemente pensando que el vetusto .candidato presentaba alguna urgencia
prostática, para que el digno catedrático reprochara “el tocho de folios” que
recitaba el Sr. Sánchez. Cuando le tocó intervenir como aspirante, en un
discurso deslavazado y carente de rigor, recalcó su afirmación del mal uso del
tiempo que el Reglamento concede al Gobierno con expresiones como,
textualmente, “¿Por qué tenemos que hablar tanto para no decir nada?”
Reclamando que “tendrán que cambiar el Reglamento de la Cámara y poner tiempos”
porque “En una hora y cuarenta minutos hablo yo de la Republica y hasta del
Imperio Romano”. No sacó a relucir ese Imperio, pero si el Imperio Español, con
Hernán Cortés y su conquista de México y hasta puso a la muy católica majestad
Isabel, apeándola del tanto monta con Fernando al afirmar que “mandaba más que
el Rey” y poniéndola como modelo de mujer española y del feminismo voxero. Le
faltó añadir, como en el himno que nos obligaban a cantar tanto en su infancia
como en la mía, en colegios y escuelas, “Isabel y Fernando/ el espíritu impera/
moriremos besando/ la sagrada bandera…”
En total sintonía con sus promotores al
sillón presidencial, el otrora intelectual prestigiado Ramón Tamames, se
permitió afirmar tajantemente que "La memoria histórica fue un paso atrás
y la memoria democrática, todavía más atrás". Claro que el ilustre
catedrático emérito no tiene a nadie enterrado en una fosa común, en una
cuneta, en el pinar, apotalado en el mar o, simplemente, desaparecido.
Se permite, tras afirmar que “hay una
ignorancia de la historia de España” rematar con un taxativo “Dejad a los
historiadores la Historia” que él mismo incumple cuando nos intenta endilgar su
tesis de que, por las dos semanas que duró la Revolución de Asturias, “1934 fue
el comienzo de la guerra civil, eso no se cuenta”. Esto es, la República fue la
causante directa de la guerra de España.
Le explica al Sr .Sánchez sus motivos para
hacer la payasada de la pseudocandidatura porque “Su Gobierno, como gobiernos
anteriores, han sido dominados por la sobrerrepresentación electoral del
separatismo” y por ello “Vengo a defender la patria común e indivisible de
todos los españoles” y para ello plantea cambiar el sistema de las elecciones
generales para evitar la representación de los “separatismos”.
El antiguo marxista hace una defensa a
ultranza de la monarquía española porque, según él, “está funcionando y España
no es un país fácil de gobernar” con los separatismos y “con 17 autonomías y
dos ciudades federadas” y, al tiempo, habla de la vergüenza de Gibraltar,
última colonia en Europa. Claro que sus conocimientos geográficos son los
heredados del franquismo, en que a los territorios coloniales españoles en
África nos han etiquetado como “regiones RUP” y “ciudades federadas” que, vayan ustedes a saber qué coño es eso.
Cuando Aitor Esteban le reprocha equiparar la
II República española con el franquismo saca a relucir su radical españolismo
“Las dos Españas otra vez. Buscan ustedes la separación. La división”, o con la
lengua española hablada por un mogollón de millones de personas en todo el
planeta y, sin embargo, "La Generalidad se niega a que se hable el español
en Cataluña con el beneplácito de su gobierno, señor Sánchez" y solo con
fuertes presiones se logra que, al menos, un exiguo 25% de las clases se den en
español.
Patéticamente el vetusto profesor, tras echar
en cara las modificaciones en el Derecho Penal con la sedición y la
malversación que ha hecho el Gobierno sin el apoyo parlamentario y recetarle
cafinitrina a Patxi López afirma, como en la final de los partidos de tenis, su
apoyo a su patrocinador, angelitos del cielo, porque “Vox es un grupo que no ha
hecho el levantamiento de la sedición ni quitar la malversación para beneficiar
a unos amigos. Eso no se ha hecho ni en Hungría ni en Polonia, ni veo que vaya
a hacer nada contra la Constitucional”.
Finalmente “lamentando la vuelta a las dos
Españas” termina el que califica de “mitin espurio preparatorio de las
elecciones que vienen” con la solemne declaración de que "Vengo a defender
la patria común e indivisible de todos los españoles". Lástima que Valle
Inclán no haya conocido a Tamames. Hubiera sido el personaje perfecto de sus
esperpentos, mejorando incluso a Max Estrella.
Bien está que el exmagister Ramón Tamames recuerde la letra del himno
universitario Gaudeamus Igitur en la parte que dice “Post molestam snectutem/
nos habebit humus”. Por lo que se ha visto, su desgastado cerebro forma ya
parte de ese humus aunque él piense que con esta Moción de Censura tendrá
motivos para escribir un libelo que le rente algunas pesetillas.
Me parece triste que una gran parte de los
diputados –toda la derecha sin excepción- hicieran patente su “respeto y
consideración” a un anciano ególatra y chocheante que estaba prestando su
curriculum al grupo más ultra de la derecha hispana sin tener en cuenta, no ya
los votos que con ello pueda arrancar, sino su proyección hacia algunas capas
de la población, incluida parte de la juventud, que puedan verse atraídas por
la imagen de radicalidad y fuerza que intentan representar grupos como VOX
anclados en un pasado aniquilador de ideas y libertades.
Gomera a 25 de
marzo de 2023
Francisco Javier González.
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