PLÁCIDO DOMINGO Y EL 'FEIMINISMO' DEL PP
ANA PARDO DE VERA
Plácido Domingo.- EUROPA
PRESS
El mismo día que PP, Vox y Ciudadanos votaron en contra de retirar a Plácido Domingo el título de hijo predilecto de Madrid en el ayuntamiento de la capital, Alberto Núñez Feijóo se erigió en el Senado como el mejor defensor de las mujeres de España frente al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, el peor según el líder del PP.
Sabemos ya que el
tenor madrileño fue un acosador sexual de manual, con decenas de víctimas que
han confirmado su comportamiento depredador, y con sus propias ¿disculpas?
apelando a "otros códigos" de entonces, cuando abusos sexuales y
violaciones eran lo normal. No estamos tan lejos, y hay sectores donde poder y
acoso sexual siguen yendo de la mano, aunque avanzamos poco a poco, desmontando
una cultura de violación incrustada profundamente en el imaginario colectivo.
Bob Pop lo ilustró y explicó este lunes a la perfección tras confesarse víctima
del acosador de los Premios Feroz de cine: cuánto hemos aguantado creyendo que
era lo normal.
El Partido Popular,
no obstante, considera que estos abusos no invalidan el título de hijo
predilecto de Plácido Domingo y que la propuesta planteada por Más Madrid en el
pleno municipal del martes es moralina de la izquierda (unos abusillos de
nada), que siempre se cree superior, y Plácido es un español de bien que ha
honrado el nombre de España por el mundo entero con su voz y su música (y sus
abusillos), argumentó un acalorado Jose Luis Martínez-Almeida, "un
admirador, un amigo, un esclavo, un siervo" del acosador de la voz
prodigiosa.
Andaba en estas el
alcalde de Madrid, defendiendo lo indefendible, cuando Feijóo sobrevolaba el
hemiciclo del Senado creyéndose el salvador del feminismo al ofrecer su apoyo a
Pedro Sánchez para reformar la ley del solo sí es sí, al tiempo que le acusaba
de presidir el peor Gobierno para los derechos de las mujeres. ¿El Feijóo que
preside el PP que defiende a Plácido Domingo? ¿El partido que recurrió la ley
del aborto hace más de diez años? ¿El que gobierna con Vox en Castilla y León y
gracias a Vox en la Comunidad de Madrid, en la capital o con la ultraderecha
(ex-Vox) en la Región de Murcia? ¿El que financia con decenas de millones de
euros colegios del Opus Dei, que segregan al alumnado por sexos? ...
Se debe hacer un
debate profundo sobre la ley del solo sí es sí, de la imprevisión del Gobierno
sobre lo que podía pasar al convertir los abusos en agresiones sexuales y
rebajar penas en una normativa, en todo caso, excesivamente punitivista (ese
populismo punitivista es una estrategia neoliberal de libro, por cierto), como
nos han recordado tantas veces los juristas -y no resuelve la amenaza machista
y asesina, que se lo digan a los estados de EE.UU. con pena de muerte-. Sin
embargo, que el PP de Feijóo, el socio de la ultraderecha que niega la
violencia de género, se presente como el adalid del feminismo sería una comedia
si el machismo no fuera una tragedia continua en España y en el mundo entero.
Hay un debate muy
complejo sobre la mesa y el Gobierno sale tocado con él, es indiscutible: la
ley del solo sí es sí supone un avance radical frente a todas las agresiones
machistas al partir del hecho de que la mujer es quien decide, quien consiente
o no; pasa de ser víctima-culpable hasta que se demuestre lo contrario (¿Cerró
bien las piernas? ¿Se resistió lo suficiente? ¿Gritó lo bastante alto? ¿Iba
borracha? ¿Provocando? ...) a ser tratada como cualquier otra posible víctima
de un delito, donde se juzga al presunto delincuente y no a ella.
Como sí tienen
Feijóo y el PP, yo no dispongo de todas las respuestas sobre los cambios (o no)
que hay que hacer en la ley del consentimiento, lo dejo a los/as expertas que
trabajan ahora en ello. Pero sí empatizo profundamente con las víctimas que ven
cómo sus agresores salen antes de lo previsto de la cárcel: cuando abusan de ti
o te violan, cuando se lo hacen a una allegada, toda condena te parece poca;
porque si salvas la vida, esta se te quiebra durante demasiado tiempo o ya para
siempre.
También me felicito
porque el feminismo haya avanzado hasta lograr con sus reivindicaciones una ley
que representa aquello por lo que luchamos: tener los mismos derechos y
libertades que los hombres, ni más ni menos. Al fin y al cabo, con esta ley,
Plácido Domingo habría sido condenado y otros poderosos como él se habrían
pensado mucho su depredación rampante. Es el camino, que no nos confundan los
feiministas, trasunto de fakeministas como Feijóo.
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