miércoles, 23 de febrero de 2022

MIRADA HOLÍSTICA

 

MIRADA HOLÍSTICA

Por Eduardo Sanguinetti (*),

especial para NOVA

“No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos”, reza un antiguo proverbio que condensa la esencia del concepto de sostenibilidad como lo ven los numerosos pueblos indígenas.

Con su conocimiento local del mundo natural, los indígenas tienen mucho para compartir con el resto del mundo sobre cómo vivir, trabajar y cultivar de forma sostenible y sin poner en riesgo a las generaciones futuras.

A pesar de las mejoras de las últimas décadas, los pueblos originarios y las comunidades indígenas, así como las minorías étnicas, siguen siendo las personas más pobres y las más marginadas del mundo.

 

Hay unos 570 millones de indígenas distribuidos en 70 países, la mayoría en Asia, y representan alrededor de cinco por ciento de la población mundial, de los cuales 25 por ciento viven en la pobreza.

 

Numerosos estudios actuales muestran que la brecha de pobreza entre los pueblos indígenas y otras poblaciones rurales se ensancha en algunas partes del mundo.

 

Como guardianes de los recursos naturales y vehículos de las tradiciones durante miles de años, los pueblos originarios han desarrollado un enfoque holístico del desarrollo sostenible y, como subrayó en un medio, la relatora especial para los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, “su medio de vida está estrechamente relacionado con su patrimonio cultural y sus sistemas de gobernanza, espiritualidad e identidad”.

 

Su modo de vida ha sido el de entregar tierras y territorios a las nuevas generaciones sin explotarlas para obtener el máximo beneficio. En la actualidad, su sustento está en riesgo por el cambio climático y la explotación que hacen terceros, entre otros factores...

 

Hago mención al desastre ambiental que soporta la provincia de Corrientes, por los incendios que tomaron el 15 por ciento de la superficie de su territorio. No es casual que el desmonte, el uso indiscriminado de herbicidas aplicados en los cultivos de soja, hayan devenido en estos atroces incendios, que se replican año a año en diversas provincias de Argentina.

 

Los gobiernos provinciales y el nacional, en manos de incapaces, traidores, mentirosos, cobardes y especulativos personajes, que actúan cual mesías inversos sobre nuestra tierra, nos llevan a un terricidio... Las prioridades de estos funcionarios se replican desde siempre, arrodillándose ante el colonizador y el FMI, que elimina las libertades de la sociedad, presionándolas a permanecer en estado paria, exiliados de la vida, soportando una existencia de hambre y sin techo.

 

Para servir y gobernar un país y administrar los recursos de una tierra como Argentina, se precisa amor, dignidad, capacidad, coraje y no temblar ante los embates de la mafia imperial... El FMI no es prioridad, bajo ningún punto de vista, el hambre del pueblo sí lo es... Permanecer indiferente significa traición a un pueblo en el límite de sus fuerzas... Ahora, aquí, ya deben tomarse todos los recaudos para que ese pueblo goce de salud, educación, comida y techo, con trabajo digno.

 

La célula de una sociedad es la familia, destruida, al no tener oportunidades de vida digna y en equidad... La tilinguería y el medio pelo careta mafioso argento, sólo tiene derechos tomados de modo prepotente, ante el silencio de gobiernos ineptos y de negociables funcionarios disfuncionales, y sin ningún deber ante un pueblo que desanda el sendero de la perdición y la violencia, promocionada hasta el hartazgo por la corporación mediática de manipulación... Ante este estado de cosas, deberían tomar como ejemplo el legado de pueblos originarios, si la soberbia de los ignorantes globalizados le da espacio.

 

El cambio climático, al que los indígenas son particularmente vulnerables, supone una amenaza dramática por el derretimiento de los glaciares, el avance de la desertificación, las inundaciones y los huracanes en las áreas costeras.

 

La permanente presión de la tala, la minería y el avance de las fronteras agrícolas intensificaron la explotación de nuevas fuentes de energía, la construcción de caminos y otro tipo de infraestructura, como represas, y aumenta preocupación por la adquisición a gran escala de tierras para fines comerciales e industriales, conocida como acaparamiento de tierras.

 

La pobreza y la pérdida de territorios y recursos que sufren las comunidades indígenas por políticas o normas contrarias a las prácticas tradicionales sobre el uso de la tierra se agravan por la frecuente discriminación del mercado laboral, cuyos malos marcos normativos, segmentación y obstáculos culturales y lingüísticos impiden que muchos indígenas accedan a un empleo de calidad y a servicios sociales y de salud.

 

Además, las comunidades indígenas se encuentran marginadas de los procesos políticos y sufren la discriminación de género, de modo criminal.

 

La necesidad de un enfoque holístico para apoyar y fortalecer los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas, el reconocimiento de la tenencia tradicional, la conservación de la biodiversidad, el respeto por y la revitalización de los valores espirituales y culturales y asegurarse que los proyectos se diseñen con el consentimiento libre, previo e informado de los indígenas.

 

Remarcar la importancia de la creciente necesidad de fortalecer la participación e inclusión de las comunidades indígenas en las discusiones en ámbitos políticos y operativos, porque los objetivos en esos aspectos pueden tener un efecto catalizador en su empoderamiento social y económico.

 

Dar voz a los pueblos originarios y escuchar sus preocupaciones y prioridades, representa una ventana invaluable de oportunidades de desarrollo, para permanecer en un mundo donde quepamos todos y todas.

 

(*) Filósofo y poeta

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