L
U S T R E
Fragmento de
CAUTIVO
José Rivero Vivas
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_______José Rivero Vivas
CAUTIVO – Obra: NC.10 (a.19) – Novela-
Ilustración de la cubierta: “Amazona”, 1931-1932.
Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN: 978-84-38138-25-6) – D. L.: 279-2020
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2020)
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José Rivero Vivas
LUSTRE
(Fragmento de
Cautivo:
Cap. 14; págs. 231-235)
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Con los
recientes sucesos, que sacuden al mundo, voy a la deriva, sin rumbo
premeditado, en busca de nuevo oficio en que operar, por motivo de haber
perdido mi plaza en el taller. Aunque no era tampoco una ganga pasar encerrado
las horas del día, agotando lentamente la existencia, ahíto de no ser nada
típico, acabada en sí la paciencia y sin alcanzar el estado de anhelo, de
solicitud y afecto que debe prodigarse a cualquier ser humano, como fruto
exclusivo de su hegemónica heredad.
Al despertar Don
Quijote, estiró sus miembros, y, ya de pie, llamó a su Escudero, dormido todavía.
Antes de insistir, dijo: “Ni la ambición te inquieta, ni la pompa vana del
mundo te fatiga…”
Aislado de la
estancia se erige el galpón donde descansaba la servidumbre, ajena a la
exigencia del señor de la casa, quien, sin presumir de amo, era dueño de
hacienda y almas guarecidas en el granero. El diario quehacer derivó en una
proliferación de cartas entre personajes de esta historia, que copio sin cese,
lo que me estimuló en el deber y me impuse alcanzar mi meta. Pasados unos días,
me dije:
Es menester que
sin más dilación escriba esa misiva. Estamos en víspera de fiesta y cerrará la
estafeta de correos; luego, su envío será imposible. Significa que hasta dentro
de una semana no habrá ocasión de consultar la opinión contraria, por lo que la
circular caerá en absoluto olvido, con lo cual no dispondrá de transparente
vigencia para establecer la acción que demanda su raigambre acrisolada.
Al cabo logré
efectivamente terminar mi epístola, dirigida a la autoridad académica,
argumentando en favor del resabioso Maestro Gabriel, de igual modo que de
Mister Rosenthal, quien dispuso asimismo aprovechar el caso, con propósito de
exhibir un material, de primera magnitud, con intención de edificar un castillo
en mitad del mar, de modo que Maestro Gabriel hiciera realidad la copla usual
del célebre Cantor de Puntasol, sin memoria rediviva para la posteridad, cuya
singular interpretación, nunca grabada, pese a su estilo extraordinario, era de
una belleza y galanura que daba primor escuchar.
Lo cierto es
que, entusiasmado con el aplauso del señor inglés, a voz en grito, aunque
templada y de armoniosa afinación, sin miedo escénico alguno, se puso el
herrero a cantar en la puerta del bar de Lázaro, antes de señor Juan, su
suegro, trenzando trovas sin temor a enronquecer, porque su timbre era
argentina sonoridad, vertida desde una garganta prodigiosa, nunca afectada por
afonía.
Reading the book in English, Mister Rosenthal
came out and repeated what Don Quixote, gazing Dorothea, said:
“I am informed by
this my squire, beautiful lady (……) for of a queen and mighty princess, as you
used to be, you are become a private damsel.”
La interrupción supuso un respiro para
Maestro Gabriel que, henchido de gozo, cantaba esa mañana, vertiendo al
cerrado espacio su arte canoro, por sí mismo aprendido en la escucha de
calandrias y capirotes, apartado de alondras y ruiseñores, atento al trino del
pájaro canario y otras aves de monte. El timbre de su voz, condensado en una
melodía, dispersa tras la propia elegancia del aire entonado, cundió en el
ámbito de modo que, hasta el ser menos apto, sintió su sensibilidad estremecida
por aquellas notas, cálidamente desgranadas, para decoro y encomio del lirismo
popular.
*
Respirar es
función fisiológica que contribuye a la vida, como escribir, en casa de alguno,
es necesidad inexcusable para llevar a cabo su existencia. Después de todo,
alguien al oírme creerá incuria esta presunción, por más que guarde silencio
para no exteriorizar mi teoría. Estas cosas me ocurren desde que comencé la
copia de Don Quijote de la Mancha, y no sé en qué baúl las podré almacenar para
un día olvidarlas.
-Las entierras
con los recuerdos -me sugirió Maestro Gabriel, a instancias de Mister
Rosenthal.
Pero no
desaparecen jamás, porque es mucha la incidencia de su impronta, de su filo
hendido en mí, rasgando mi carne hasta dañarme, herirme profundamente y dejarme
inútil para la lucha, lejos de la memoria positiva y la clandestinidad
absoluta, a la que nunca me alisté por no ser capaz de afrontar el peligro que
la brega entraña.
As for Sancho the Englishman said:
“Naked he came out, which is enough proof to
see how neat his government was.”
Este episodio recuerda aquel individuo
que, con previo objetivo, se acerca al Instituto de Estadística Internacional y
pide audiencia al Registrador de la Propiedad, tratando de averiguar si su
finca cae dentro del Plan Urbano de la Ciudad, ordenanza aprobada por la junta
directiva, convertida en tribunal de precepto comarcal, bajo auspicios del
máximo potentado.
Pero dejemos estas disquisiciones
para más oportuno momento, y pasemos a referir aquellos anales, de hace
milenios, en que unos hombres, embravecidos de hecho, arremetieron contra otros
por causa de unas defensas propuestas, de acuerdo con unos programas elaborados
en la innecesaria condición del esclavo. De puro sentirse sometido, el
damnificado se alzó junto a Espartaco, con cuya hueste estuvo en vísperas de
vencer a Roma. No supo el tiranizado, aquella vez, como tampoco en época
reciente, calibrar el peso específico del poder, y cayó aplastado bajo su
zarpa, que destroza, tritura y aniquila, para dejar el mundo organizado a su
sazón y medida. Detengamos, pues, el improperio y tratemos de narrar los hechos
cual se presencian, sin entrar en juicio ni posterior valoración.
No conoce Sancho
a Ricote el morisco, tendero que fue en su villa, quien le cuenta su ardua
peripecia por diversos países.
About this passage, the English gentleman said:
La grandeur de Sancho is not hanging on his wise
judgments. What makes him truly great is the answer he gave to Ricote, which
contrasts nowadays with authority’s promotion of citizen collaboration.
Esta conclusión corrobora que las charlas de
Mister Rosenthal, demasiado enjundiosas para mis años, me indigestaron, hasta
acabar malogrando mi inocencia y candor. Sin embargo, cuajan actualmente en mis
sentimientos, resquemores acallados en fecha pretérita, que infructuosos
afloran a mi mente, para malevos vaticinarme que perdí mis arrestos
emborronando cuartillas, no comparables a las del administrativo isleño,
empleado al servicio del oportuno mercader, colonizador de nuestras islas,
aunque se considere gratuito desvarío la concepción de la denostada divisa.
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José
Rivero Vivas
LUSTRE
(Fragmento
de Cautivo:
Cap.
14; págs. 231-235)
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José Rivero Vivas
CAUTIVO – Obra: NC.10 (a.19) – Novela-
Ilustración de la cubierta: “Amazona”, 1931-1932.
Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN: 978-84-38138-25-6) – D. L.: 279-2020
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2020)
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2022
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