INDEPENDENCIA
JOSU AIZPURUA
No me voy a referir
a la independentzia vasca, que me sale Marchena con lo de la ensoñación, me voy
a referir a la независимость, la independencia de las ex-regiones
ukranianas, que Rusia ha reconocido como naciones independientes y a las que
protegerá en adelante. A los catalanes les faltó un Putin. Y a vascos y
catalanes les sobran traidores y submarinos.
A mí, cuando en la
intimidad me dicen: “me siento vasco, canario, catalán, etc” les suelo decir
“pues no te sientes; levántate”
Donbás es el territorio en cuestión. Este territorio del este de Ukrania y oeste de Rusia, nunca estuvo claramente delimitado. La chapuza de Gorbachov, disolviendo la URSS se hizo con las gafas de EE. UU. y obviando que tras la URSS estaba el alma de Rusia, que fue un Imperio y que debía adaptarse a la realidad del nuevo siglo. Ukrania era parte fundamental de Rusia.
Pero todo esto es
política, y mi interés es patentizar que en Donbás, hay una población que no se
siente cómoda en su Estado Ukrania, y que lo manifiesta, pues son más rusos que
ukranianos. Dilema que conocemos bien en los dominios del Campechano.
¿Pero cuál es el
método adecuado para resolverlo? ¿Marchena? ¿La independencia?
Bonita polémica que
debe abordarse desde el conocimiento del siglo XXI.
La Democracia es el
sistema que rige en el siglo XXI y nos obliga a oír a los ciudadanos que
muestran su disconformidad.
Y esta Democracia
es de abajo a arriba y no viceversa que es el sistema piramidal de las castas
reinantes que se repartieron la Tierra para poner fronteras que preserven sus
botines. Todos los de arriba corren solidarios a cortar la voluntad popular que
desea la independencia, acusándolos de “separatistas” ignorando que ellos son
“unionistas”, y creando conflictos donde la voluntad popular ya se expresó y
solo queda el aceptarla democráticamente.
Algo tan común como
el divorcio, hoy se acepta como derecho individual, pero, la independencia, el
divorcio del Estado que no te comprende, enerva a las castas que temen perder territorios
cotizantes en su Hacienda.
No es posible que
una ONU siglo XXI no sea el cauce adecuado para resolver conflictos
territoriales, que los hay y muy dramáticos, y solo sirva como abrevadero de
personajes de la política que nada tienen que decir en el Mundo. Son conos
irrelevantes.
La guerra, donde
los humildes ponen los muertos y los poderosos se llevan los beneficios, es
algo que no tiene cabida en este siglo, y menos por cuestiones territoriales,
donde hay derecho a vivir en paz, y además a vivir como el grupo mayoritario
decida de acuerdo con sus minorías.
Eso: en Donbás, en
Euzkadi, y en Canarias, o donde el yugo estatal apriete mucho.
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