jueves, 24 de febrero de 2022

INDEPENDENCIA

 

INDEPENDENCIA

JOSU AIZPURUA

No me voy a referir a la independentzia vasca, que me sale Marchena con lo de la ensoñación, me voy a referir a la независимость, la independencia de las ex-regiones ukranianas, que Rusia ha reconocido como naciones independientes y a las que protegerá en adelante. A los catalanes les faltó un Putin. Y a vascos y catalanes les sobran traidores y submarinos.

A mí, cuando en la intimidad me dicen: “me siento vasco, canario, catalán, etc” les suelo decir “pues no te sientes; levántate”

Donbás es el territorio en cuestión. Este territorio del este de Ukrania y oeste de Rusia, nunca estuvo claramente delimitado. La chapuza de Gorbachov, disolviendo la URSS se hizo con las gafas de EE. UU. y obviando que tras la URSS estaba el alma de Rusia, que fue un Imperio y que debía adaptarse a la realidad del nuevo siglo. Ukrania era parte fundamental de Rusia.

Pero todo esto es política, y mi interés es patentizar que en Donbás, hay una población que no se siente cómoda en su Estado Ukrania, y que lo manifiesta, pues son más rusos que ukranianos. Dilema que conocemos bien en los dominios del Campechano.

¿Pero cuál es el método adecuado para resolverlo? ¿Marchena? ¿La independencia?

Bonita polémica que debe abordarse desde el conocimiento del siglo XXI.

La Democracia es el sistema que rige en el siglo XXI y nos obliga a oír a los ciudadanos que muestran su disconformidad.

Y esta Democracia es de abajo a arriba y no viceversa que es el sistema piramidal de las castas reinantes que se repartieron la Tierra para poner fronteras que preserven sus botines. Todos los de arriba corren solidarios a cortar la voluntad popular que desea la independencia, acusándolos de “separatistas” ignorando que ellos son “unionistas”, y creando conflictos donde la voluntad popular ya se expresó y solo queda el aceptarla democráticamente.

Algo tan común como el divorcio, hoy se acepta como derecho individual, pero, la independencia, el divorcio del Estado que no te comprende, enerva a las castas que temen perder territorios cotizantes en su Hacienda.

No es posible que una ONU siglo XXI no sea el cauce adecuado para resolver conflictos territoriales, que los hay y muy dramáticos, y solo sirva como abrevadero de personajes de la política que nada tienen que decir en el Mundo. Son conos irrelevantes.

La guerra, donde los humildes ponen los muertos y los poderosos se llevan los beneficios, es algo que no tiene cabida en este siglo, y menos por cuestiones territoriales, donde hay derecho a vivir en paz, y además a vivir como el grupo mayoritario decida de acuerdo con sus minorías.

Eso: en Donbás, en Euzkadi, y en Canarias, o donde el yugo estatal apriete mucho.

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