lunes, 7 de enero de 2019

¿DE QUÉ HABLAN?


¿DE QUÉ HABLAN?
JM AIZPURUA
El “jefe” extremeño se queja de que tienen malos trenes. ¡Ya nos gustarían!
La insolidaridad con Canarias es inmensa. En ningún argumentario salen las islas, pues justificar su conquista, su nefasta colonización, su subdesarrollo, su riesgo de pobreza, son cosas que superan la cortedad de la partidocracia. Y como nadie tiene soluciones para Canarias: la ignoran.
Canarias es un archipiélago africano, colonizado por Castilla por las armas e incorporado a su corona. Con la incorporación del Estado español 78 a la UE, como la cola del perro, Canarias pasó a ser una región europea ultraperiférica. ¿Ultraperiférica? ¡Claro! según desde dónde se mire. Así es con la óptica del colonizador, pero el isleño siempre estuvo en el mismo sitio y esos títulos de dominación; “Ultraperiférico”, “Comunidad autónoma”, no le son propios y son coartadas para eludir su realidad nacional colonizada.
Las antiguas Islas Afortunadas, hoy son una nación africana perteneciente a Europa, por colonización armada, y por tanto con el derecho a la descolonización o autodeterminación, sin necesidad de que nadie lo “autorice” pues ya la ONU lo hizo en su día. Afortunadamente hoy en las islas no hay indios y vaqueros, nativos e invasores, pues los 5 siglos de colonización arrasaron con las huellas guanches y hoy vemos por la calle una sociedad similar a la de cualquier otra zona europea. Pero en su aspecto estético, pues en su aspecto económico, la desigualdad es manifiesta. El nivel de vida y desarrollo isleño es muy inferior al europeo y no se ve en sus planeamientos nada que haga pensar que su futuro pueda ser diferente.
Y aquí reside el quid de la canariedad siglo XXI.
Sin una discriminación positiva del Estado español y de la UE, Canarias no saldrá del agujero letal en el que la tienen sumida. Salvo que la den su independencia, pues si los llanitos han hecho su milagro en una árida roca, ¡qué no podríamos hacer los canarios en estas maravillosas islas!
Pero siendo tranquilo, adecuado al momento histórico en el que se cuestiona España y ya se habla del Estado plurinacional, aquí en Canarias no hay nada que cuestionar pues esto es una colonia en la que primero habrá que descolonizar y luego preguntar a sus habitantes que es lo que quieren hacer con su nación. Pero antes de eso, la colonización tiene un precio, y el Estado y la UE deben abonar su deuda histórica, con una generosidad que haga olvidar cualquier rescoldo de rencores atávicos.
Permanecer como hasta ahora, es una afrenta que lleva directamente a un futuro similar al del españolísimo Sahara, que fue abandonado a su suerte sin reparar su aprovechamiento metropolitano y sin aclarar su futuro. Todavía hay gente que está esperando para renovar su DNI.
¿Qué será de Canarias en el siglo XXII?
Hoy ya estamos poniendo las bases para una Canarias diferente. Desde distintas ópticas la canariedad avanza contra esa idea de colonia miserable, donde su mitad se sumerge en la pobreza, su mayoría en la precariedad, su burguesía permanece silenciosa, y sus ricos invierten sus beneficios en lugares más rentables.

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