EL VICTIMISMO COMO IDEOLOGÍA Y ESCUDO
ANTONIO MAESTRE
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, junto al entonces
presidente estadounidense, Donald Trump, después de firmar los Acuerdos de
Abraham. TOM BRENNER
Piensen por un
momento en Israel. En el Holocausto. Piensen en lo que se puede hacer bajo la
etiqueta de víctima sin miedo a represalias. Piensen en la limpieza étnica
sobre Gaza sin ser cuestionado, de manera impune. Pueden hacerlo porque no se
discute a una víctima cuando consigue que se le otorgue esa etiqueta.
Convertirte en víctima te da un aura de respetabilidad, de conmiseración, y
hace que cualquier crítica sea vista como una afrenta que posiciona al que la
emite en el bando del que causó el dolor.
Ser víctima es una manera de conformar la identidad de manera absoluta. Una vez que consigues que se te identifique como víctima no hay crítica, por razonada que sea, que pueda despojarse del hecho de que va dirigida a una víctima y, por lo tanto, incide en su dolor por mucho que sea fingido.
La victimización es
la mejor manera de apuntalar una ideología en crisis. Cuando has perdido
credibilidad desde el punto de vista ideológico por los errores propios, la
única manera de sobrevivir políticamente es convertir tu identidad política en
una identidad victimista. La victimización es el último reducto de un político
o un Estado fracasado, ya que otorga una explicación al fracaso y permite
seguir adelante como Mater Dolorosa. En las sociedades actuales, cuando ser
víctima es la más alta distinción, lograr convertirte en una te otorga un
reducto inexpugnable.
Dice Daniel
Giglioli en su Crítica de la víctima: «La herida más profunda causada por la
victimización es precisamente esta: que acabamos afrontando la vida no como
sujetos éticos activos, sino solo como víctimas pasivas, y la protesta política
degenera entonces en un lloriqueo de autoconmiseración». La victimización como
ideología tiene un objetivo fundamental y un modus operandi determinados.
Cuando se trata del ejercicio de la victimización para la supervivencia,
siempre emana de manera vertical desde las élites de la organización y tiene
como fin último exonerarse de cualquier tipo de responsabilidad.
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