ARGENTINA ESTABA AL BORDE DEL PRECIPICIO:
¿DIO
UN PASO AL FRENTE?
POR ARAM AHARONIAN
El
ultraderechista Javier Milei es el nuevo presidente de Argentina para los
próximos cuatro años: al asumir el cargo ratificó su plan «motosierra» y
dijo que el ajuste recaerá sobre el Estado y no sobre el sector privado, pero
reconoció que impactará negativamente en «actividad, empleo y
salarios». No es un sueño ni una distopía, es real.
No fue una derrota del peronismo o del kirchnerismo, fue una derrota de todo el progresismo, de la izquierda, pero no solo de Argentina sino de toda América latina. Milei será otra voz de EE.UU. y el neofascismo europeo en la región, punta de lanza contra China, el principal socio comercial, y furibundo enemigo de la integración de nuestros pueblos y de la región, única forma de soberanía y desarrollo (palabras que Milei obvió en su discurso).
Milei
y su La Libertad Avanza, con misoginia disfrazada de defensa de la
familia, racismo abierto, xeno, aporo y homofobia, intentan
reemplazar las garantías de empleo y mínimos de
bienestar para la ciudadanía con políticas del
neoliberalismo más ortodoxo y plutocrático.
Si
durante la campaña electoral Milei prometió que el ajuste lo iba a
pagar la «casta» (política) y no la gente, ahora eso cambió por «el
Estado» y no el sector privado. Bajo la falsa excusa de que «no
hay plata» mantendrá los fabulosos negocios del empresariado mientras descarga
un brutal ajuste sobre las mayorías.
Anunció
un “ajuste que es inevitable”, que debe ser en forma de “shock o nada”
porque el gradualismo nunca funcionó (según la lección tomada del gobierno
de sus socios neoliberales encabezados por Mauricio Macri). No hay alternativa,
dijo Milei, porque “no hay plata”.
No
es cierto. Dinero hay… pero se lo llevan los bancos, el Fondo Monetario
Internacional, las empresas privatizadas, las trasnacionales,
los bancos de inversion (o de expoliación) el
agropoder y las empresas alimenticias que remarcan
precios a diario. Pero Milei no tocará sus intereses, sino que los
protegerá.
En
su discurso desde el balcón de la Casa Rosada, volvió a pronunciar de
memoria el mantra del los “libertarios”: “el liberalismo es el
respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de
no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la
propiedad”.
Milei recita
“libertad” pero no sabe de democracia: anunció que será el pueblo
(entre ellos sus votantes y seguidores) quienes paguen la
terapia de shock –base de su plan
económico-, mientras los beneficios irán para las
empresas privadas. Y recordó la infame frase de Margaret
Thatcher, la destructora del estado de bienestar británico: no hay
alternativa (“there is no alternative”).
El
brutal ajuste fiscal del presidente profascista será absorbido por el
Estado a través de recortes brutales a los programas sociales y en multitud de
ramas del gobierno. El monto equivale al gasto gubernamental de cinco meses, lo
cual significa que de un día para el otro desaparecerán cuatro de cada 10 pesos
del presupuesto.
Milei
hizo un durísimo diagnóstico sobre la “herencia recibida” para
formular un chantaje: hay que aceptar un durísimo plan de ajuste fiscal o si no
se viene el caos de la hiperinflación y la estanflación. Para esa
operación se basa sobre la terrible situación social que deja el gobierno
También
dejó un mensaje de amenaza represiva contra la protesta
social, que indudablemente crecerá ante los planes que se anuncian: «Quien
corta las calles, no recibirá asistencia de la sociedad: el que corta no cobra.
Los que quieran utilizar la violencia o extorsión para obstaculizar el cambio
se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles. No vamos a
claudicar, retroceder ni rendirnos, sino avanzar con los cambios que el país
necesita».
Las primeras
acciones de gobierno se conocieron en la tarde
del domingo. Fue la canciller, Diana Mondino quien realizó el
primer anuncio al afirmar que la Argentina se integrará a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
mientras Milei firmaba su primer decreto, destinado a conformar la
estructura de su nuevo gabinete, incluida la derogación de
normas anteriores a fin de permitir que su hermana, Karina Milei, se
integre como Secretaria Ejecutiva.
No pare de sufrir
Muchos
se confundieron: no es un nuevo “vengo a proponerles un sueño” sino
un “vengo a proponerles un sueño” porque primero hay que
esperar, primero hay que sufrir. Ni siquiera un “pare de sufrir” de
la evangélica Iglesia Universal del Reino de Dios, con la comulgaba el
exmandatario ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro.
Sin
duda, es original: es el primer presidente de la democracia (creo que no
solo en Argentina) en ganar una campaña electoral prometiendo recortes
brutales sobre la educación, la salud, el empleo y los
salarios. Quizá la fortaleza y la debilidad de Milei es que no tiene
pasado. Es lo nuevo, la idea de cambio sin ninguna experiencia de
gestión… y con algunas ideas sacadas de viejos libretos.
El
hombre torturado por sus padres, bullyineado en la escuela, el
perdedor, el loco, el economista, el mediático, el que habla con sus perros
muertos a través de una médium ha logrado llegar al cargo más alto al que puede
aspirar alguien con apenas dos años de experiencia en el tablero político. La
alianza “fácilmente infiltrable” que se consolidó en 2021 como La Libertad
Avanza, ha llegado al poder, señala la peronista Agencia Paco Urondo.
Añade
que Milei ha logrado ser el ordenador de un gran discurso social harto del
cinismo y los fracasos de estos últimos ocho años de crisis por goteo. En su
bronca hay una piedra angular hecha de frustraciones y un cuestionamiento ético
que el peronismo ignoró por voluntad propia. Discursos de
libertad, seguridad, corrupción y república que ha cedido, por no saber
cómo responder. ¿Qué nos hacía pensar que podíamos atraer un futuro con
palabras repetidas?, se pregunta
En
el Congreso estuvieron destacados derechistas como Jair Bolsonaro, el Rey
de España Felipe VI y mandatarios como el ucraniano Volodímir
Zelenski, quien se olvidó de la guerra para no perderse la
fiesta. Pero la
movilización popular fue mucho menor en cantidad a la
esperada por La Libertad Avanza , demostrando que el nuevo Gobierno también
tiene debilidad en cuanto a poder de movilización.
El
domingo Javier Milei ingresó a la explanada del Congreso casi al
mediodía, donde lo recibió la aun vicepresidenta Cristina Fernández
de Kirchner, vestida totalmente de rojo. Le hacía comentarios y Milei se reía,
en un paso de comedia que se repetiría a lo largo de toda la ceremonia (solo
interrumpido al principio, cuando los seguidores de Milei le empezaron a gritar
cosas y ella les hizo fuck you con el dedo).
El
presidente saliente Alberto Fernández le hizo acto de entrega del
bastón y la banda presidencial y le susurró: «suerte». Milei le mostró el
bastón a Cristina: en la empuñadura tenía tallados la imagen de sus cinco
perros (Conan y sus cuatro clones) y ella rió, sorprendida.
Que se sacrifique el pueblo
Como
todos los neoliberales, Milei impondrá supremos esfuerzos y dolorosos
sacrificios al pueblo, mientras la cúpula mantiene todos sus privilegios: no
sólo no ha hablado de disminuir su propio sueldo, sino que ya dio rienda suelta
a sus desplantes de exhibicionismo: a costa de todos emprenderá una
millonaria remodelación de la Casa Rosada a fin de instalar allí a sus cuatro
perros.
Pareciera
que más que ganar la presidencia para sí y los suyos, consiguió la
reelección del expresidente neoliberal Mauricio Macri (2015-2019), ya
que los puestos más importantes de su gabinete los ocuparán funcionarios
del macrismo, del que además depende por completo Milei si espera sacar
adelante cualquier iniciativa en el Congreso. También integró a su círculo
al peronismo de derecha, de donde provienen los Menem (el sobrino del
exmandatario será presidente de la Cámara de Diputados).
Se
ha repetido que su victoria electoral es resultado del voto
bronca, es decir, del descontento con la inflación desbocada, la devaluación y
la pérdida de poder adquisitivo acentuada durante los cuatro años
del gobierno de Alberto Fernández.
Pero también
es un voto amnesia, pues los argentinos olvidaron que el
desquiciamiento de la economía se originó con el gobierno de Macri,
quien destruyó los salarios y contrató con el FMI una deuda de 45 mil millones
de dólares que entregó a los especuladores… y que los argentinos seguirán
sufriendo.
El
mismo FMI señaló en un informe de 2021 que más de la mitad del mayor
préstamo que ha otorgado en su historia se usó para financiar la fuga de
capitales. Los avisos de que la administración entrante desregulará la economía
y pondrá fin a los controles cambiarios anticipan una nueva ronda de expolio
mediante la evasión fiscal, el blanqueo de capitales y la especulación con las
divisas.
El mensaje de
Milei fue previsible. Su chantaje también. Sus planes, sin embargo,
tendrán que atravesar la prueba de la realidad de un gobierno que
verbalmente dice tener mucha decisión pero está atravesado por incógnitas en el
Congreso -habrá que ver las negociaciones con los bloques dispuestos a darle
«gobernabilidad»- y en la realidad social de grandes mayorías que vienen
sufriendo años de ajuste.
El
domingo en la mañana parecía que el país estaba al borde del precipicio. ¿Habrá
dado un paso al frente?
*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en
Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la
Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de
Análisis Estratégico (CLAE)
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