martes, 7 de marzo de 2023

TITO BERNI Y ALREDEDORES

 

TITO BERNI Y ALREDEDORES

DAVID TORRES

El diputado del PSOE, Juan Bernardo Fuentes, interviene en el Congreso de los Diputados, a 25 de enero de 2022, en Madrid  A. Pérez Meca / Europa Press

En el proceloso océano del Congreso de los Diputados, entre olas y más olas de rostros anodinos, de vez en cuando aparece un surfero cabalgando sobre la espuma de los periódicos, impulsado muy a su pesar por los feroces vientos del escándalo. Hasta hace sólo unos días Juan Bernardo Fuentes Curbelo era uno de esos figurantes casi anónimos, un violín más en la abigarrada orquesta socialista, uno de esos instrumentistas cuya misión parece ceñirse en exclusiva a apretar el botón correcto en las votaciones y no dar mucho la nota. Sin embargo, contra todo pronóstico, hemos descubierto que este señor calvo y con gafas no es tan serio como parecía y que además del violín tocaba el saxo en locales de alterne.

 

En esa otra vida alternativa, entre orgías, francachelas, rameras a mansalva, viagra por kilos y rayas de cocaína, Fuentes Curbelo se transformaba en Tito Berni, uno de esos comisionistas made in Spain que prosiguen la franquicia de La escopeta nacional hasta desembocar en una nueva entrega de Torrente. No Torrente Ballester, pobre don Gonzalo, sino aquel ex policía casposo y cutre hasta los tuétanos que incendiaba las discotecas al ritmo del Torito bravo. Por faltar, en la trama no faltaba ni un general retirado de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas, un tipo que usaba el tricornio de caja registradora -como el capitán Renault de Casablanca el quepis-, que llamaba a su amante "chocho volador" y que se jactaba de lo bien que se vive en Cabo Verde, "con cuatro negras que te la chupen tres veces al día".

 

En la historia de Tito Berni y alrededores, pese a las carretadas de dinero repartidas, se respira el mismo ambiente mugriento y apestoso de aquellas fotos de Roldán en calzoncillos, muerto de risa, dejando a la Benemérita a la altura de un video porno casero. A Tito Berni y a sus colegas no les bastaba con revolcarse en el lodazal de sus vicios sino que además tenían que dejar constancia del lodazal, por si les fallaba la memoria y para que no nos quepan dudas. Al menos Roldán advirtió una vez al que manejaba la cámara que tuviera cuidado, que nunca se sabe dónde puede acabar un video. "Me tocan en mi habitación" dice Tito Berni a punto de introducir al Mediador, "me dicen que el señor Navarro me iba a presentar a unas amigas, obviamente yo nunca salgo de mi habitación sin vestir, con mi pantalón, y veo que salgo con el brazo por un lado, con el brazo por otro, y yo soy una persona muy afectiva, y me hacen una fotografía".

 

A punto de celebrarse el 8 de marzo, el PSOE ha tenido que soltar el lastre de este conseguidor demasiado afectivo que aseguraba que no iba a parar en su lucha por los derechos de las mujeres sólo unos días después de celebrar un sorteo junto a su colega del tricornio para rifarse unas cuantas. Al PP se lo han puesto a huevo hasta tal punto que Feijóo ha pedido que adelanten las elecciones a mayo y Ayuso ha comentado que Sánchez lo va a tener muy difícil para demostrar que nunca estuvo metido en los negocios de Tito Berni. Casi tanto como demostrar que no se benefició de los contratos a dedo del hermano de Ayuso o que no se fue de vacaciones con un narco gallego a untarle de crema la espalda. En cuestión de tramas corruptas, los jerarcas del PP se las saben todas, ya sean volquetes de putas, sobres de dinero negro corriendo por Génova como bandejas de donuts, ministros dedicados a espiar a adversarios políticos con fondos reservados o discos duros borrados a martillazos.

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