ATAQUE A LA LIBERTAD DE PRENSA: LA UE QUIERE CENSURAR
LOS MEDIOS RUSSIA TODAY Y SPUTNIK
La Comisión Europea hizo públicas nuevas sanciones contra Rusia, entre las que propone censurar a Russia Today y Sputnik, dos medios rusos. Este martes, Google anunció que bloquea sus canales en YouTube.
VÍCTOR STANZYK
La UE ha decidido enviar armas y más financiamiento al ejército ucraniano, mientras la OTAN refuerza su presencia en los países del Este de Europa. Además, como parte de las sanciones hacia Rusia, esta semana ha anunciado que buscará bloquear la transmisión de dos medios de comunicación rusos en territorio europeo. Se trata de una medida totalmente antidemocrática, que atenta contra la libertad de prensa y el derecho de la población al acceso a la información.
Este martes, desde Google han anunciado el bloqueo de los canales de YouTube de ambos medios de comunicación en todo el territorio europeo.
La presidenta de la
Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Alto Representante de la Unión para
Política Exterior y de Seguridad, el socialista español Josep Borrell,
anunciaban distintas sanciones, entre las que estaba censurar y prohibir la
difusión en Europa de Russia Today y Sputnik. Borrell ha definido esta medida
como "cortar el cuello a la serpiente", pues supone un ataque directo
a los medios de comunicación de Rusia. "Las empresas estatales Russia
Today (RT) y Sputnik [...] ya no podrán difundir sus mentiras para justificar
la guerra de Putin", declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula
von der Leyen. "Estamos desarrollando herramientas para prohibir su
desinformación tóxica y dañina en Europa", agregó.
La justificación ha
sido la "desinformación" que producen estos medios. Según el Servicio
Europeo de Acción Exterior, dirigido por el propio Borrell, ambos medios son
responsables de legitimar un casus belli contra Ucrania de cara la opinión
pública, así como de crear fake news que atentan al principio de veracidad de
los medios de comunicación.
Esta propuesta
viene precedida de otros ataques a estos medios. De hecho, Margarita Simonyan,
redactora jefa de la versión inglesa de Russia Today ha sido sancionada de
forma directa. De igual modo, los canales de información, como la página web de
los diarios han fallado en estos días, en un claro sabotaje virtual.
Actualmente la UE
no tiene competencias para prohibir medios de comunicación, esta medida debería
ser adoptada por cada Estado, a través de vías judiciales. Pero más allá de si
logra implementarse o no, este intento de prohibición es inadmisible desde un
punto de vista mínimamente democrático, ya que no solo impediría acceder a
estos medios, sino que sentaría un claro precedente, donde desde Bruselas se
arrogan el derecho a decidir a qué medios puede tener acceso o no la población
en la Unión Europea.
Precisamente es
esta importancia la que nos obliga a considerar distintos aspectos que entran
en juego en este debate.
Es cierto que el
gobierno de Putin manipula la información interna, persigue a periodistas
críticos y genera fake news a favor de sus intereses. Pero esto también es
cierto en el caso de muchos gobiernos y medios de comunicación
"occidentales" o en el caso de las monarquías árabes. Y si ese fuera
el criterio, habría que censurar infinidad de medios de comunicación, quedándo
solo los que los Estados capitalistas europeos consideran "afines".
Defender la
libertad de prensa y repudiar la censura a RT y Sputnik es un compromiso
elemental con la libertad de prensa, una trinchera frente a la censura de los
gobiernos capitalistas.
Esta defensa se
debe hacer sin dejar de denunciar las políticas represivas del propio Putin.
Actualmente, sigue vigente la orden del Gobierno ruso de perseguir a todo aquel
medio de comunicación que ofrezca una crítica y una versión que no sea la oficial.
Tanto es así que en el mismo Russia Today hay periodistas que dimitieron ante
la presión del Gobierno por hacer de las noticias pura propaganda. El
responsable de RT en Francia dimitió y otros tantos periodistas salieron en
estampida ante la opresiva atmósfera que se vivía dentro de la prensa rusa. El
Gobierno de Rusia ha prohibido hablar de "invasión", ha restringido
Facebook en el país y ha censurado y manipulado de forma descarada la
información que se emite dentro de su frontera. La persecución a los
periodistas no sólo es mediática, también es física. Visto en perspectiva:
entre 1992 y 2018 han sido asesinados 58 periodistas en Rusia. Los casos más
evidentes salen a la luz con una simple búsqueda: el caso del asesinato de Anna
Politkóvskaya, en 2006, por oponerse a la intervención de Putin en Chechenia; o
de Maxim Borodin, asesinado en 2018 tras dar a conocer la presencia de
mercenarios rusos en territorio sirio. Otros son perseguidos por destapar
abusos policiales, la propia corrupción política que invade las instituciones
rusas (como Aleksandr Dorogov y Yan Katelevskiy). Muchos periodistas han
denunciado registros domiciliarios y espionaje.
Por otro lado, es
una fantasía creer que la Unión Europea se preocupa por la veracidad de las
noticias emitidas por Rusia. La manipulación mediática está a la orden del día
en cualquier país occidental. Enormes campañas de propaganda mediática
financiadas con grandes sumas de dinero público y privado, que se ponen al
servicio de justificar las intervenciones imperialistas, boicotear huelgas o
criminalizar a la juventud durante la pandemia.
Europa no ha sido
nunca ejemplo de respetar la libertad de prensa. Quizá el caso más conocido sea
el de Julian Assange. Pero no hace falta ir tan lejos. Ricardo Gutiérrez,
secretario general de la Federación de Periodistas Europeos, señalaba en unas
jornadas convocadas por la Plataforma por la Libertad de Información que, sólo
en 2021, hubo 33 violaciones graves a la libertad de prensa en el Estado
Español. Se refería a presiones profesionales a los periodistas, montajes
policiales contra periodistas, amenazas de la extrema derecha, señalamiento
público, etc.
Por seguir con el
ejemplo, medios españoles también han llevado a cabo prohibiciones y censura,
violando esa equidad y objetividad que Borrell dice querer preservar. Un
ejemplo fue el veto de RTVE para emitir una entrevista a Brahim Gali, líder del
Frente Polisario. Tampoco el Estado Español protege a la prensa o pide
explicaciones internacionales cuando un país con el que tiene trato asesina
periodistas, como el caso de David Beriain y Roberto Fraile en Burkina Faso; o
cuando torturaron a Yamal Jashogyi en Arabia Saudita (los amigos de nuestra
Familia Real).
La libertad de
prensa no debería ser una moneda de cambio utilizada para encubrir los
intereses reaccionarios de los gobiernos y las potencias capitalistas. ¡Ninguna
censura a RT y Sputnik!
No hay comentarios:
Publicar un comentario