A DELIVEROO QUE HUYE, PUENTE DE PLATA
El negocio
no es el envío de comida a domicilio, sino incumplir la legislación laboral en
lo más básico para extraer plusvalías de la clase obrera con un máximo de
eficiencia
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Deliveroo planea el cese de sus operaciones en España
ANTONIO MAESTRE
Un rider de Deliveroo. EFE/Mariscal
Es una buena noticia. Deliveroo asegura que se va de España porque se le obliga a cumplir con la legislación laboral. Una buena nueva que será completa cuando desaparezcan todas las empresas que solo son rentables con la explotación de la mano de obra. Son una lacra que erradicar, pero dudo que cumplan con una amenaza que no es más que presión política para que les dejen seguir exprimiendo fuerza de trabajo ajena a cambio de ofrecer unas migajas en forma de empleo. Las bravatas empresariales de dejar de operar en España cada vez que se intenta regular el mercado en el que operan solo porque tengan que cumplir con unos mínimos estándares o se busque proteger a las víctimas de sus negocios suelen caer en saco roto, Uber ya lo hizo y aquí sigue. Es una lástima que al final se echen atrás y sigan funcionando, porque una sociedad es más sana extrayendo la purulencia, saneando y curando.
La moral de siervo
está muy arraigada en nuestra sociedad, sobre todo la del mundo criptofriki que
sueña con ser Elon Musk y justifica cualquier actuación de explotación laboral
con la argumentación anarcoliberal de que son las empresas las que crean
riqueza y empleo y que hay hacer todo lo que deseen para no perturbar su
capacidad de operar con ningún tipo de regulación. Está por ver la empresa que
cree riqueza sin trabajadores, aunque sí es sencillo encontrar trabajadoras que
con la única estructura de su fuerza de trabajo operan y desarrollan una labor
productiva. No hay empresa sin extracción de la plusvalía, algunas solo tienen
eso como labor principal. Deliveroo era una de las principales empresas
extractivas de plusvalor. No tenía trabajadores libres, solo siervos. Porque la
explotación laboral que practican estas empresas tiene una línea difusa que la
diferencia de la servidumbre y que a su vez es difícil distinguir de la
esclavitud.
El negocio de
Deliveroo no es el envío de comida a domicilio, sino incumplir la legislación
laboral en lo más básico para extraer plusvalías de la clase obrera con un
máximo de eficiencia. No hay producto ni servicio, simplemente una idea de
negocio que tiene como fin último la explotación de la fuerza de trabajo ajena.
La llegada al panorama laboral de una cultura empresarial como la que emanan
este tipo de sociedades viene acompañada de un discurso púbico y político
tóxico que aboga por la desregulación laboral hasta privar de los derechos
adquiridos más elementales. Se pone en cuestión que un trabajador tiene que tener
un contrato, que tiene que estar dado de alta en la Seguridad Social y que la
empresa y los empleados tengan algún tipo de relación para que sea quien
trabaja quien asuma todos los costes y los riesgos y la empresa se dedique
única y exclusivamente a operar como un órgano de explotación.
La ideología de
este tipo de estructuras empresariales trascienden la manera de organizarse
internamente. Forma parte de una forma de entender el mundo y de disciplinar a
la clase obrera y a la vez sirve para exonerar de cualquier responsabilidad a
los encargados de explotar a los trabajadores. El pensamiento neoliberal
inculca la idea de la autoexplotación para así librarse de las miradas de la
clase obrera organizada, una cultura que inculca en la ciudadanía la idea falaz
de la meritocracia que angustia y oprime a quien no puede lograr el triunfo
social. Cuando los trabajadores y las trabajadoras piensan que es su propia
culpa no haber logrado unas condiciones dignas no miran hacia arriba y dejan de
señalar al patrón para responsabilizarse a sí mismos de su situación. A veces
se medican para paliar los problemas de salud mental derivados que indefectiblemente surgen con esta
dinámica, en vez de organizarse, sindicarse y buscar la unión con el resto para
exigir hacia arriba soluciones a los problemas.
No existe libertad
con necesidad, esto es una máxima que tiene que estar en las bases
fundamentales del ideario progresista. Quien se ve en la situación de tener que
trabajar para empresas como Deliveroo porque no tiene nada más no ejerce su
labor en libertad, no tiene más posibilidad que someterse a la explotación
laboral sin capacidad para exigir unas medidas de protección de sus derechos.
Por eso es una buena noticia que desaparezca un órgano opresor como Deliveroo
con una legislación como la 'ley rider', que solo permitirá la existencia de
empresas que respeten los derechos laborales. Llora el patrón, sonríe el
trabajador.
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