MATICES QUE ARRUINAN VIDAS
DAVID BOLLERO
Un
grupo de menores marroquíes en Ceuta.
Si la justicia pide atender "algún matiz" en las repatriaciones de menores de Ceuta a Marruecos, el Ejecutivo "podría atenderlo". Son palabras de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y no podrían ser más desacertadas, en primer lugar porque no se trata de matices, sino de violaciones del Derecho Internacional; en segundo, porque el uso del condicional implica que desde La Moncloa se plantean saltarse la legislación a la torera como, de hecho, ya se han saltado.
El Gobierno trata de poner todo el foco en su gestión del éxodo de Afganistán, mientras en Ceuta se vulneran los Derechos Humanos (DDHH) de los menores marroquíes. "Existen datos bastantes para entender que se podría haber producido una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva", ha dictaminado la Justicia, lo que debería tener una repercusión política. Sin embargo, no la habrá porque, sencillamente, nadie está a las riendas.
Mientras el
ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, nos deja estupefactos al
admitir que desconoce los detalles del acuerdo hispano-marroquí de
repatriaciones que respalda esta barbaridad, el de Interior, Fernando
Grande-Marlaska, ahora dice que "no es competente" en el retorno de
menores de Ceuta paralizado por la justicia. Efectivamente, es incompetente.
Hoy se reúne el
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de la Ciudad Autónoma
de Ceuta, Juan Jesús Vivas (PP), para ver cómo abordar la paralización de las
devoluciones de los menores no acompañados. Hasta la fecha y según se ha ido
desprendiendo de las declaraciones, el Gobierno central y el ceutí han ido de
la mano en esta violación del Derecho Internacional, lo que poco a poco ha ido
haciendo que Pablo Casado saque a Ceuta de su lista de reproches... aunque deje
caer perlas xenófobas como las que apuestan por rebajar la mayoría de edad en
el caso marroquí -y así ahorrarse los derechos de los menores- con el pretexto
de que estos llegan para después forzar la reagrupación familiar.
Sánchez y Vivas
abordarán lo que la portavoz del Gobierno califica de "matices", esos
que pueden arruinar la vida a estos menores -55 ya expulsados ilegalmente-,
buena parte de ellos explotados al otro lado de la frontera, bien por la vía de
la mendicidad, bien tratados como mercancía sexual. Esos son los matices que
desde el Ejecutivo aún no han decidido siquiera atender, según Rodríguez.
Parece mentira que,
en pleno siglo XXI y con un Gobierno que se postula como el más progresista,
estemos mareando la perdiz de este modo con este asunto. Los cauces deberían
estar claros, sin dar lugar a interpretaciones ni a alternativas, pero parece
que los protocolos de actuación cuando llegan menores no acompañados brillan
por su ausencia; algo que Marruecos ha sabido y sabrá aprovechar para seguir
incrementando su presión sobre España.
El hecho de que en
un reciente discurso Mohamed VI deslizara que a "partir de ahora",
las relaciones hispano-marroquiés "deberán basarse en la confianza, la
transparencia, la consideración mutua y el respeto de los compromisos" es
muy revelador. ¿Cómo han sido entonces estas relaciones hasta la fecha? La
respuesta es más que evidente. Y la cosa no irá a mejor, porque la inminente
sentencia de la Justicia europea en torno a la soberanía saharaui del Sáhara
Occidental podría hacer peder a Marruecos 90 millones de euros al año, lo que
hará sacar la peor versión de Mohamed VI.
No son matices, es
Justicia.
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