AYITI
AIZPURUA tar JOSU Mª
Ellos, los
haitianos, llaman así a su País: Ayiti. Por allí pasó un patán colonialista que
llamó a la isla La Española, sin preocuparse del nombre que le daban sus
naturales, los Taínos, pueblo de grandes valores y tranquila vida, que
recibieron amablemente a Colón hasta que este, por medio de los “Enriquillos”,
consiguió entenderlos y les aplicó el yugo español que los llevó a su
desaparición y a la sustitución por más fuertes negros esclavizados raptados de
lo que hoy es Benín.
La enorme inteligencia y visión de futuro de los jerarcas españoles y franceses dividieron la isla en dos pedazos, uno para cada uno, lo mismo que hicieron en mi Tierra Vasca, pero en una isla la situación es más dramática y frustrante. Pero eran los amos del Mundo.
El régimen de
esclavitud, en el que un visitante ilustre al ingenio podía llevar de regalo a un
niño-a de aquellos negritos que hacían colacao, como si fuera un cordero, duró
más de 300 años en los que la autoestima del negro quedó reducida a un recuerdo
lejano del pasado: la Libertad. Un idioma criollo, el Creole, surgió de la
comunicación entre esclavos procedentes de lugares diversos, y para que el
colono francés no les entendiera. Siempre que pudieron huyeron a las montañas y
del contiguo territorio “español” llegaron los esclavos escapados perseguidos
por los perros y los españoles cazadores de hombres.
Esta gente esclava de
condición extraordinaria y de sublime resilencia, se alzaron ante Napoleón
cuando en su Revolución Francesa, su Liberté, no era para su colonia y mantenía
la esclavitud. Lo vencieron y expulsaron a todos los colonos imponiendo el
primer Estado de negros libres, antiguos esclavos, en la Historia y eso les ha
traído el rechazo de los amos que en el Mundo sigue habiendo. Nadie hoy
reconoce su gran gesta.
Les hicieron pagar
por su libertad, indemnizando a los colonos franceses por aquello que habían
robado y explotado en esclavitud, pero que las nuevas ideas capitalistas lo llamaron
propiedad privada. Tuvieron que pagar 150 millones de francos para saldar su
inexistente deuda y ya su inicio partió quebrado y el boicot a sus productos lo
remató. Fue la venganza contra aquellos negros que revolucionaron las normas
civiles sin esclavitud y religiosas con su vudú.
Y estas son las
causas del abandono y la miserable economía haitiana, unido a un régimen de
tutela de oligarquía supervisada por el clan de Hilary Clinton, que permite la
droga, el contrabando de armas y la existencia de 3.000 paramilitares
encuadrados en bandas que son los dueños de la calle y las carreteras, lo que
ha impedido que la ayuda humanitaria en los huracanes llegara a su destino. La ayuda
material era robada en los caminos y vendida en las calles dominicanas y la
dineraria desviada a las cuentas de los amos de la situación.
Donde ahora azotó
el huracán, “goudougoudou” lo llaman ellos por el ruido que produce, el
sur-oeste, viven unos 2 millones, con casas de una planta y techos de uralita
que fácilmente se reconstruyen. La sanidad es inexistente, y los hospitales sin
material: inválidos. Las carreteras quedaron agrietadas y solo con helicópteros
se podrían realizar labores de asistencia y reconstrucción. Los pocos que hay
se usan para pasear a los “salvadores y fotógrafos”.
En el anterior
terremoto, el aeropuerto fue confiscado por los salvadores gringos. Las
mercancías aterrizaban en dominicana y por los caminos desaparecían la mayoría.
Los pobres damnificados se hacinaban por miedo a las réplicas en campamentos en
los que los “protectores” fueron la peor pesadilla de los niños.
No dejen que suceda lo mismo.
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