jueves, 19 de agosto de 2021

AYITI

AYITI

AIZPURUA tar JOSU Mª

Ellos, los haitianos, llaman así a su País: Ayiti. Por allí pasó un patán colonialista que llamó a la isla La Española, sin preocuparse del nombre que le daban sus naturales, los Taínos, pueblo de grandes valores y tranquila vida, que recibieron amablemente a Colón hasta que este, por medio de los “Enriquillos”, consiguió entenderlos y les aplicó el yugo español que los llevó a su desaparición y a la sustitución por más fuertes negros esclavizados raptados de lo que hoy es Benín.

La enorme inteligencia y visión de futuro de los jerarcas españoles y franceses dividieron la isla en dos pedazos, uno para cada uno, lo mismo que hicieron en mi Tierra Vasca, pero en una isla la situación es más dramática y frustrante. Pero eran los amos del Mundo.

El régimen de esclavitud, en el que un visitante ilustre al ingenio podía llevar de regalo a un niño-a de aquellos negritos que hacían colacao, como si fuera un cordero, duró más de 300 años en los que la autoestima del negro quedó reducida a un recuerdo lejano del pasado: la Libertad. Un idioma criollo, el Creole, surgió de la comunicación entre esclavos procedentes de lugares diversos, y para que el colono francés no les entendiera. Siempre que pudieron huyeron a las montañas y del contiguo territorio “español” llegaron los esclavos escapados perseguidos por los perros y los españoles cazadores de hombres.

Esta gente esclava de condición extraordinaria y de sublime resilencia, se alzaron ante Napoleón cuando en su Revolución Francesa, su Liberté, no era para su colonia y mantenía la esclavitud. Lo vencieron y expulsaron a todos los colonos imponiendo el primer Estado de negros libres, antiguos esclavos, en la Historia y eso les ha traído el rechazo de los amos que en el Mundo sigue habiendo. Nadie hoy reconoce su gran gesta.

Les hicieron pagar por su libertad, indemnizando a los colonos franceses por aquello que habían robado y explotado en esclavitud, pero que las nuevas ideas capitalistas lo llamaron propiedad privada. Tuvieron que pagar 150 millones de francos para saldar su inexistente deuda y ya su inicio partió quebrado y el boicot a sus productos lo remató. Fue la venganza contra aquellos negros que revolucionaron las normas civiles sin esclavitud y religiosas con su vudú.

Y estas son las causas del abandono y la miserable economía haitiana, unido a un régimen de tutela de oligarquía supervisada por el clan de Hilary Clinton, que permite la droga, el contrabando de armas y la existencia de 3.000 paramilitares encuadrados en bandas que son los dueños de la calle y las carreteras, lo que ha impedido que la ayuda humanitaria en los huracanes llegara a su destino. La ayuda material era robada en los caminos y vendida en las calles dominicanas y la dineraria desviada a las cuentas de los amos de la situación.

Donde ahora azotó el huracán, “goudougoudou” lo llaman ellos por el ruido que produce, el sur-oeste, viven unos 2 millones, con casas de una planta y techos de uralita que fácilmente se reconstruyen. La sanidad es inexistente, y los hospitales sin material: inválidos. Las carreteras quedaron agrietadas y solo con helicópteros se podrían realizar labores de asistencia y reconstrucción. Los pocos que hay se usan para pasear a los “salvadores y fotógrafos”.

En el anterior terremoto, el aeropuerto fue confiscado por los salvadores gringos. Las mercancías aterrizaban en dominicana y por los caminos desaparecían la mayoría. Los pobres damnificados se hacinaban por miedo a las réplicas en campamentos en los que los “protectores” fueron la peor pesadilla de los niños.

No dejen que suceda lo mismo.

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