AYER
AIZPURUA tar JOSU Mª
Confieso que soy un
admirador de la literatura de Stefan Zweig, pero hasta estos momentos no había
comprendido bien su “El mundo de ayer” ni sus motivos de suicidio, pero mi
reciente viaje a Euskal Herria y a la isla Kiskeya del Caribe, me han dado luz
sobre el tema.
En mi juventud, los 60, en mi Tierra o eras vasco o maketo, y un buen vasco bebía vino y comía txuletas, todas cuanto podía. Era muy fácil y sencillo, y cuando el maketo renunciaba a su propaganda del botillo berciano o del morteruelo conquense, se rendía y se unía a las cuadrillas nativas para inflarse a txikitos y comer txuletas; ya podía considerarse vasco de adopción, salvo que fuera franquista y entonces lo tenía complicado.
Pero ahora en
Bilbao (que nunca fue muy vasca) la cultura friki ha desbordado al clasicismo
txikiteril, y se bebe birra y toda serie de modernismo que hacen llorar al
perro de la Alhóndiga, ¡que ya no hay! y en su lugar el edificio ha sido
camuflado y con lo de antes: nada que ver.
Y en la colonial
caribeña, ya no vi a las morenas sonrientes ni los morenos rumbosos, ya no
pululan por el Conde y su proverbial simpatía trocó en tristeza. El dólar era
la vitamina que los ponía atentos al turista y radiantes, que hoy desapareció y
es el C19 el rey de la carretera.
Para más INRI,
llevamos unos años en que un maldito sastre inventó los pantalones prietos, lo
que nos hace ir con pata corta y bragueta asfixiada, con la matrícula plana, lo
que a mí me hace desear el nudismo y me impide sentarme a gusto por la calle en
mi banco preferido.
Vamos a peor.
Lo poco que me
queda no me gusta vivirlo así, y en esos pensamientos se me sentó en el banco
uno de la quinta que me dijo que eso no era chicharrero, que aquí se vive a
tope, los jóvenes en botellón y los viejos en guatecón. Sorprendido oí su
propuesta marchosa, que era por la tarde en la misma plaza, y donde la jefa
traía un carrito del super con cubalibre en botellas de Pepsi, pulguitas de
queso, de jamón y de jamón y queso, y un botellón de energética con pastilla
azul, para ir tomando chupitos según le vaya a cada uno.
¡No me lo puedo
creer!
·
¿Y no os han cogido?
·
Por la cuenta que les tiene: los
abuelos de los guindillas vienen mucho.
·
Y no hay abuela que se resista.
Me dio su móvil y
me dijo que le llamara para concretar, no hay que pagar, sólo lo que vas
consumiendo.
Tengo una tertulia
literaria de los 4 mosqueteros, pero, ya me ha entrado la duda de ir, con este
guatecón de puretas. Siempre hay un roto para un descosido y este parece bueno.
¿Qué me aconsejan?
Aguantar a la
Ayuso, al Capitán TruenoSmith, a M Punto en carrerita, es algo que necesita un
plus. ¡A que me apunto al guatecón!
No lo crean, perro viejo no aprende trucos nuevos y yo ya estoy afiliado al Blog de Anghel, y cuando veo el marcador de “casi 10” y los colegas que escriben verdades como puños, me animo solo, y muevo mis recuerdos y objetivos de siempre para que los que llegan tengan luz entre las tinieblas de la prens
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