domingo, 15 de agosto de 2021

AYER

AYER

AIZPURUA tar JOSU Mª

Confieso que soy un admirador de la literatura de Stefan Zweig, pero hasta estos momentos no había comprendido bien su “El mundo de ayer” ni sus motivos de suicidio, pero mi reciente viaje a Euskal Herria y a la isla Kiskeya del Caribe, me han dado luz sobre el tema.

En mi juventud, los 60, en mi Tierra o eras vasco o maketo, y un buen vasco bebía vino y comía txuletas, todas cuanto podía. Era muy fácil y sencillo, y cuando el maketo renunciaba a su propaganda del botillo berciano o del morteruelo conquense, se rendía y se unía a las cuadrillas nativas para inflarse a txikitos y comer txuletas; ya podía considerarse vasco de adopción, salvo que fuera franquista y entonces lo tenía complicado.

Pero ahora en Bilbao (que nunca fue muy vasca) la cultura friki ha desbordado al clasicismo txikiteril, y se bebe birra y toda serie de modernismo que hacen llorar al perro de la Alhóndiga, ¡que ya no hay! y en su lugar el edificio ha sido camuflado y con lo de antes: nada que ver.

Y en la colonial caribeña, ya no vi a las morenas sonrientes ni los morenos rumbosos, ya no pululan por el Conde y su proverbial simpatía trocó en tristeza. El dólar era la vitamina que los ponía atentos al turista y radiantes, que hoy desapareció y es el C19 el rey de la carretera.

Para más INRI, llevamos unos años en que un maldito sastre inventó los pantalones prietos, lo que nos hace ir con pata corta y bragueta asfixiada, con la matrícula plana, lo que a mí me hace desear el nudismo y me impide sentarme a gusto por la calle en mi banco preferido.

Vamos a peor.

Lo poco que me queda no me gusta vivirlo así, y en esos pensamientos se me sentó en el banco uno de la quinta que me dijo que eso no era chicharrero, que aquí se vive a tope, los jóvenes en botellón y los viejos en guatecón. Sorprendido oí su propuesta marchosa, que era por la tarde en la misma plaza, y donde la jefa traía un carrito del super con cubalibre en botellas de Pepsi, pulguitas de queso, de jamón y de jamón y queso, y un botellón de energética con pastilla azul, para ir tomando chupitos según le vaya a cada uno.

¡No me lo puedo creer!

·       ¿Y no os han cogido?

·       Por la cuenta que les tiene: los abuelos de los guindillas vienen mucho.

·       Y no hay abuela que se resista.

Me dio su móvil y me dijo que le llamara para concretar, no hay que pagar, sólo lo que vas consumiendo.

Tengo una tertulia literaria de los 4 mosqueteros, pero, ya me ha entrado la duda de ir, con este guatecón de puretas. Siempre hay un roto para un descosido y este parece bueno.

¿Qué me aconsejan?

Aguantar a la Ayuso, al Capitán TruenoSmith, a M Punto en carrerita, es algo que necesita un plus. ¡A que me apunto al guatecón!

No lo crean, perro viejo no aprende trucos nuevos y yo ya estoy afiliado al Blog de Anghel, y cuando veo el marcador de “casi 10” y los colegas que escriben verdades como puños, me animo solo, y muevo mis recuerdos y objetivos de siempre para que los que llegan tengan luz entre las tinieblas de la prens

 

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