PORNOPOLÍTICA
ANÍBAL MALVAR
El sexo ha
irrumpido en la política española a lo bestia, en plan Rocco Siffredi saltando
el muro de un convento. A este paso, vamos a tener que programar los debates
del Congreso a la madrugada, lejos del horario infantil. En España, además,
como en todos los países tristemente beatos del mundo, todo lo referente a la
sexualidad regocija enormemente, por tanto el terreno está bien abonado para el
chascarrillo soez, la gracieta sicalíptica, la babosada húmeda. Mal que nos
pese, seguimos siendo más hijos de Julio Iglesias y Alfredo Landa que de
Cervantes. No son necesarias pruebas de ADN que lo confirmen. Basta leer
nuestros viejos periódicos quiosqueros.
La pornopolítica
nos ha llevado a sustituir el debate monarquía/república por otro en el que lo
nuclear es dirimir quién folla más, si el emérito Juan Carlos o Pablo Iglesias.
Ya que no nos dejan votar en referéndum, tendremos que conformarnos con este
desbrague de lencería democrática. Con Franco no pasaba esto, que se decía en
los últimos 70.
Al pobre Federico
Jiménez Losantos las hormonas se le han revuelto tanto que hasta le han enturbiado
la prosa. Para los que lo conocéis tan solo en su faceta de cojo Manteca
radiofónico, reventando farolas y pagando a menudo las correspondientes multas
por difamación, decir que FJL es un buen prosista, de rica lírica, algo
barroca, y muy elegante. Otra cosa es que la utilice para escribir sandeces y
maldades. Pues al pobre Federico la pornopolítica ha venido incluso a
estropearle la prosa.
En un artículo
prácticamente ilegible aparecido esta semana en El Mundo, titula el vocinglero
locutor con la idea de que Pablo Iglesias debe abdicar. Tras el ya tópico
marqués de Galapagar, arranca su columna rebautizando al vicepresi, o sea, a
Pablo Iglesias, como Rey de las Criadillas Bolcheviques. Más tarde insinúa un
posible affaire del líder de Podemos con una comilitona política. Arremete
contra las "feministas de cuota y de boquilla, que limitan al sexo su
curriculum vitae". Critica la presunta "colocación de sus parejas
--de hoy, ayer o mañana-- con cargo al Estado o al partido". Y, lo que ya
sí que es imperdonable, siembra mal las comas. Que alguien le regale un
satisfyer a Federico. Se le ve falto de afecto.
Las gracietas sobre
la sexualidad de Pablo Iglesias, Pablo I, son manjar cotidiano en nuestra vieja
prensa católica y de derechas. Alfonso Ussía, en las contras de La Razón, es
otro maestro en el delicado arte del bocachanclismo semental (marchando otro
salisfyer para el conde de los Gaitanes, por favor). Podría pasarme
pleistocenos enteros enumerando las alusiones pretendidamente ingeniosas que este
señor franquista ha dedicado a los presuntos amoríos del capullo político
florecido en el 15-M (¿lo veis?: me estoy volviendo como ellos).
Juan Carlos I es un
tío más discreto que solo tiene "amigas especiales". Que, además, nos
salen carísimas, según andan diciendo hogaño unos jueces suizos. Pobre Juancar.
Quién le iba a decir que su último lío de faldas iba a ser con un togado.
Como en las
bancadas del Congreso, en los periódicos se da cuenta uno de que la izquierda
tiene más y mejor educación que la derecha. Debe ser influencia de la pública.
No he leído comentario soez alguno en los panfletos outsiders de la red, cual
este, acerca de las amantes de nuestro Emérito.
La última jodienda
pornopolítica a la que me quiero referir es al fracaso de Nadia Calviño en
Europa. Ahí sí que nos la han metido bien. Qué esperabais. España es noticia
estos días porque el principal partido de la oposición, el patriótico PP, anda
repartiendo por Bruselas octavillas en las que asegura que en nuestro país no
hay democracia. Cosas veredes. Eso, unido a las noticias sobre los manejos de
nuestro ex jefe de Estado, entre bancos turbios y mafiosos financieros, tampoco
creo que haya ayudado mucho a otorgarnos la presidencia del Eurogrupo. Otro
satisfayer, por favor. Para España.
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