EDUARDO
SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y
POETA.
Bajo el cielo de la
Cruz del Sur, yo, un iconoclasta jamás redimido, he construido mi pensamiento
de ámbito universal y filiación neoidealista, asimilado a mi tierra y a los que
la honran en actos de vida.
No es premeditada
esta autorreferencia que instalo en esta página como una gratuita reminiscencia
espectral, quizás lo llevo a cabo, porque se trata de Latinoamérica, donde
todas sus naciones han padecido y lo siguen experimentando las mismas pesadillas:
estampas retrospectivas de la angustia común, de la servidumbre eterna, llevada
a cabo por miserables oligarquías feudales y neoburguesías mafiosas, con
derecho jamás adquirido de esclavizar, sojuzgar y eliminar al que desobedece
las leyes jamás escritas, pero cual norma: la ilegalidad es la nueva legalidad.
La justicia de la mano del delincuente capitalista, de todo color ideológico,
sin ideología, habilitadas por el poder extranjero, a cambio de que la
genuflexión en los ritos sacros de Mercado de Valores de activos inexistentes,
se replique eternamente, en nombre de la desmesura y el Gran Capital, hoy en
proceso de disolución, ante la presencia de una pandemia que ha llegado para
dar señal de que es posible modificar la vida y sus prácticas, con la muerte
como signo esclarecedor de una novedosa Tabla de Autoridades, que colapsará
todas las previsiones de imperios en putrefacción.
El hecho de
preguntarnos día a día si tiene algún sentido simplemente actuar en el mundo
nos lleva hacia el ‘absurdo’ y un misticismo bajo presión. Absurdo ante una
falta de comprensión cabal del paisaje planetario en un punto extremadamente
existencial y personal. Manifiesto que el hombre está dotado de una manía
irreparable de buscarle un orden, un sentido a las cosas, origen del absurdo y
del final de juego, donde comienzan a accionar los que huyen del planteo de
preguntarse ¿qué hacemos aquí? Son los que han construido un mundo para pocos,
juntando bibelots, son los parásitos colonizadores, que, cual bacterias de infecciones
sintomáticas, en la ubicuidad de su ser y estar, degradándolo todo.
Con compasión
enternecida y sarcasmo ocasional, no puedo dejar de decir que, detrás del
espectáculo de una democracia fingida, lo que está instalado en el mundo, en
realidad, es un poderoso deseo de control al pueblo. Noam Chomsky avizoró el
porvenir, que es hoy, cuando dijo: “Los medios de comunicación son a la
democracia lo que la propaganda es a la dictadura”.
Pareciera que no
hay un espacio final donde retirarse, a no ser que nos quedemos quietos,
inmóviles. Si llegáramos a hacerlo, sin perder el equilibrio, sin dejarnos
llevar por la embestida, puede ser que seamos capaces de permanecer y de esa
manera accionar contra todo lo que degrada nuestra condición de simplemente
“ser”.
Desde el momento de
despertarnos por la mañana, hasta el momento de acostarnos, no ignoramos que
todo es una farsa, una estafa, una vergüenza. Lo intuimos, lo sabemos, lo
experimentamos, sin embargo, la mayoría de los habitantes del planeta, colabora
con la perpetuación del fraude, asimilados a los modos de esclavitud y
explotación de un sistema genocida. Estos modos de producir espectros, provocan
una crisis ecológica multiforme, que no deja de afectar a ninguno de los
sectores vitales para que la humanidad permanezca en un planeta libre de
contaminaciones concretas y virtuales.
La ausencia de
ideología convertida en religión de ninguna fe, más que nunca en el siglo XXI,
muestra por su brutalidad, su potencial destructivo y sus estratégicas alianzas
a espaldas de los pueblos, la necesidad de una ruptura y de la reinvención son
prioritarios: un giro de 180 grados emancipador se impone, arribar a la
"nueva normalidad" afianzando el clima de una nueva vida, sería
maravilloso, para quienes nos nutrimos de valores éticos y en coraje, siempre
en acto de demoler a las bestias que día a día confrontan, difamando insultando
y mintiendo, desde infectos medios de información falaz, lanzada para confundir
a pueblos en estado de orfandad.Llo hacen en nombre de la mafia que reina en el
mundo y nada por debajo de la desmesura... nauseabundos discursos de
ignorantes, enanos del entendimiento, de bolsillos profundos.
A través de las
resistencias y las luchas, se trata de construir una épica del siglo XXI. Es
por ello que nos parece completamente imperativo desarrollar frente a los
grandes problemas movimientos de masas unitarios, luchas de resistencia
coordinadas a escala internacional; dirigirse hacia una nueva internacional
situacionista, ecológica, antirracista, humanista; llevar a cabo campañas
unitarias internacionales y participar en los marcos que permitan animarla en
paz y en armonía.
Controlar la marcha
de la economía y la erradicación definitiva del hambre, la miseria, la
discriminación, la educación degradada manipulada en beneficio de ricachones
que gobiernan por y para ricachones, a través de medios de instrucción
desfasados de la realidad que los educandos viven.
Las instituciones
son elementos esenciales del mantenimiento del orden social y de la propiedad
privada como modo de esclavizar y marcar diferencias inexistentes, verdades de
mentiras inocultables. En síntesis, no construir un movimiento de
acondicionamiento, sino un movimiento de ruptura con el orden imperante de
explotación y esclavitud, que la comunidad mundial soporta.
Individuos
asociativos, altermundialistas, jóvenes comprometidos en la acción, antiguos
militantes decepcionados de diferentes trayectorias, militantes de la
diversidad, personas que llegan nuevas a la política y personas que retoman su
actividad, intelectuales comprometidos con su tiempo, nutridos de coraje y de
ánimos libertarios por igualdad y verdad.
Recordemos, que aún
hoy queda tiempo para asistir al entierro de los muertos recientes, mañana no
habrá tiempo, puesto que los muertos serán dejados allí mismo, donde caen, pero
para aquel que derrame alguna lágrima, toda nuestra vida se extiende en una
ininterrumpida mañana que arranca de la nada cada día, nada debajo del
paroxismo y el delirio en que se transita la vida, creo así la llamábamos.
Creo que el mundo
entero, el conocido y el desconocido, está estropeado, gritando de dolor y de
locura, la publicidad de “cualquier cosa” ha generado alucinaciones y anulado
percepciones… todo en aparente calma, tranquilo; pareciera que la consigna es
mantener el cuerpo en forma para los gusanos.
El empapelado con
que las nuevas biotecnologías de punta han cubierto el mundo de la realidad se
cae a jirones. Para descubrir una nueva realidad, primero es preciso desarmar
los desagües, estos están tapados con embriones de todo tipo y origen.
No se propone nada
que pueda durar más que unas horas. Estamos viviendo una cantidad de vidas en
el espacio de apenas una, a través de ciertos signos asistimos al fin de un
tiempo, de una época, de una civilización, el anestesiamiento, el embotamiento,
la lobotomización, como también la aceleración, la inflación, la masturbación
-no ignoren que se masturban espiritualmente si se sienten satisfechos con las
promesas de ridículos gobernantes-, descuidando la cristalización de dichas
promesas, luego la masturbación convertida en método se ha extendido a todos
los espacios de la existencia en esta tierra.
Pertenecen
definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar descendencia, fenómenos
tales como el desarrollo paulatino de los talentos, su lenta maduración
natural.
No ignoro que mi
escritura está cargada como un cielo de tormenta, plena de resonancias, cuyo
significado no se asimila hasta después de un choque. Estoy seguro de que si
pudiéramos suprimir los medios de publicidad, como se presentan hoy,
manipulando la vida de la humanidad, daríamos un gran paso adelante. Los
medios, hoy, engendran violencia, mentiras, odios, envidia, sospecha, temor. No
necesitamos la presunta verdad de la prensa mercenaria. Lo que precisamos es
alegría, verdad, paz, soledad y ocio.
Después de
descartar las versiones engañosas, las percepciones artificiales, los
simulacros impuestos, las realidades inventadas, impuestas por las criminales
corporaciones de medios, podremos abordar los temas que hacen a nuestra vida y
su devenir. A partir de entonces se puede tratar de aclararlos e intentar
resolverlos. A partir de ahí, solo de ahí, se podrá enfrentar un destino, -con
sentido- nuestro destino, en capacidad de abandonarse a él, aun padeciéndolo,
disfrutar el aquí-ahora-ya.
(*) Filósofo y
poeta
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