COVID-19 HUMANIDAD-0 (En el descanso)
AGUSTIN GAJATE
Puede
parecer un resultado abultado por los merecimientos de ambos contendientes,
pero así es como está el marcador tras disputarse la primera parte del
encuentro. Por lo que hemos podido observar hasta ahora, nos enfrentamos a un
equipo que sabe jugar al contraataque, presionar al contrario y aprovechar los
errores del rival cuando tiene la posesión del esférico, porque hace creer a
éste que tiene el control, cuando sucede todo lo contrario, ya que todas las
líneas de pase están cerradas y la vía del regate acaba siempre en una pérdida.
El rival
tiene una estrategia definida, con jugadores muy correosos y escurridizos que
van castigando al oponente allí donde encuentra una debilidad, da igual que
sean jóvenes dotados de fortaleza física, velocidad, movilidad o habilidad en
uno contra uno, como veteranos dotados con mucha experiencia y control de los
espacios dentro del campo. En cualquiera de los casos, siempre acaban
sorprendiéndolos al menor despiste.
Busca su
oportunidad en el área chica, donde se produce una mayor aglomeración de
jugadores, marea a las defensas con su habilidad para colarse por lugares inverosímiles
y muchos de sus goles los consigue después de elaboradas jugadas en las que
deja descolocado al portero Político de Turno (que está teniendo una temporada
aciaga y que parece estar en baja forma con problemas musculares, cerebrales y
de visión), hasta que alguno de los delanteros o centrocampistas acaba por rematar a puerta vacía sobre la línea de
meta.
Su
estrategia es siempre ir al ataque tratando de pillar desprevenida a las
defensas, que no dudan en hacer faltas, tanto tácticas como obligadas para
detener el avance del equipo contrario. Pero es aquí, en los lanzamientos de
los libres directos e indirectos, donde también han demostrado ser superiores
sobre el terreno de juego, porque han sido capaces de diseñar infinidad de
jugadas para acabar marcando.
A balón
parado disponen de jugadores con un disparo de gran potencia, capaz de
atravesar cualquier barrera humana que se le ponga por delante. El primer
lanzador que ejecutó la primera falta cerca del área lo hizo con tanta fuerza
que desplazó con el balón al jugador con el que impactó en la barrera y al
mismo cancerbero que trató de deternerlos, terminando los tres dentro de la
portería y enredados en las mallas.
La
celebración de aquel gol por parte de los rivales fue entusiasta y provocó la
desmoralización del equipo humano, hasta el punto que cuando toca lanzar un
libre directo la barrera humana se abre directamente y deja pasar al esférico
hasta la portería, donde han sido baja hasta los travesaños y el larguero, por
lo que la portería es virtual y los goles suben al marcador después de ser
analizados por el VAR, que ha anulado unos cuantos, lo que ha librado al equipo
humano de una desventaja mayor y que los comentaristas de manera unánime
califiquen al arbitraje como bastante casero.
Ante esta
superioridad manifiesta desde los primeros instantes del partido, los jugadores
de la COVID podían haberse dedicado a humillar al equipo humano, pero han
preferido dar espectáculo. Así hemos podido presenciar una gran variedad de
jugadas de estrategia tanto en faltas laterales como en los saques de esquina,
donde se ha podido apreciar el sutil toque de balón de que disponen muchos de
los rivales, los malabares que son capaces de hacer con la pelota, el dominio
del esférico, el juego de cabeza, los taconazos, las rabonas, las roscas y,
como no podía ser menos en un equipo con tanta calidad, un gol olímpico que
merece pasar a los anales de este deporte por la belleza de la curva elíptica
trazada en el aire por el balón, que dejó a todos los presentes anonadados
mientras la admiraban.
El equipo
humano ha intentado jugar al tiki-taka, pero ha estado mal posicionado y
organizado. Luego ha habido jugadores que se han dedicado a recortar a diestra
y siniestra, siendo muy individualistas y poco solidarios con los compañeros
mejor posicionados, tratando de ganar el partido por su cuenta, una actitud
que, una vez que se produce la pérdida del esférico, ha dejado desguarnecida a
la defensa, cuyos integrantes han visto como sus rivales los desbordaban por
velocidad sin piedad una y otra vez, haciéndoles recular hasta casi sacarlos
del campo.
Los
entrenadores del cuerpo técnico humano también han estado negados y torpes,
porque viendo lo que se le venía encima al equipo tenían que haber optado por
la táctica del autobús en defensa, en opinión de la mayoría de los periodistas
especializados, cerrando todos los espacios para que no pasara el rival, lo que
cuando se quiso hacer ya fue demasiado tarde y ya se habían encajado varios
goles, algunos de ellos psicológicos, por no hablar de los goles en propia
meta.
Desde que se
vio que no era posible provocar el fuera de juego en los contrincantes, que
ganaban la espalda a la defensa, parecía obligado el cambio de estrategia, pero
la alineación elegida no era la mejor para estos casos, ya que había mucha
estrella mediática que no estaba dispuesta a sacrificarse para ayudar en las
tareas defensivas, sobre todo a la altura de la medular, donde se deciden los
partidos, según los expertos.
Otro error
mayúsculo se produjo al diseñar la remontada, cuando ya se habían encajado
varios goles y cundía el desaliento entre las filas humanas. Los entrenadores
daban órdenes contradictorias a los jugadores: unos decían que había que echar
balones fuera y otros que, vista la superioridad del rival en el centro del
campo, había que lanzar balones largos a los delanteros, pero estos se chocaban
una y otra vez con un muro de incompresión y su falta de recursos hacía
imposible hacerse con el control del esférico o tan sólo conseguir golpearlo en
dirección a la portería contraria.
La ambición
desmedida y la arrogancia de creernos los mejores, los más inteligentes y
'sapiens', junto con la mala preparación del encuentro olvidando la máxima
futbolística de que no hay enemigo pequeño, han llevado al equipo humano a esta
desastrosa situación, porque muy pocos conocían cómo jugaba el rival y nadie
hizo caso a sus advertencias. Ahora, en los vestuarios, los jugadores y el
cuerpo técnico están repasando los videos que tenían que haber estudiado antes del
comienzo del partido, pero disponen de muy poco tiempo para encontrar una
estrategia acertada.
Lo que está
claro es que va a haber cambios en la alineación, aunque muchos dudan que las
'vacas sagradas' vayan a permitir dejar a otros más capacitados el lugar que
ocupan sobre el césped o sacrificarse en beneficio del colectivo. La segunda
parte va a ser una incógnita, pero todavía queda ilusión entre los aficionados
e incluso se hacen apuestas a favor de la victoria humana. No duden que, si
esto llega a suceder, pasará a los anales del deporte humano como una remontada
histórica.
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