GUERNICA
GERNIKARA!
JUAN CLAUDIO ACINAS
Hace un
par de días me pasé por la exposición (itinerante) Picasso. El Viaje del Guernica. Bien, estuvo bien, mereció la pena.
El 7 de febrero la inauguran en LPGC. Sin embargo, a mi juicio, no se salva de
algunos peros que la descafeínan un
poco al presentar algunas cosas (o, peor, sin hacerlo) con un cuidado enfoque oficialista,
correctísimo, light… Es una opinión,
¿eh?... ¿Y qué cosas? Pues, para no irme por las ramas, creo haber notado estas:
1. Que el regreso a España
del lienzo-mural se justifica con la constitución de nuestra balbuciente
democracia, pasando por alto la voluntad expresa de Picasso en cuanto a que el
cuadro “debería ser entregado al gobierno español el día en que fuese
restaurada la República en España”.
2. Que el viaje del Guernica está gráficamente representado por
un diagrama que serpentea por el nombre de 32 ciudades de EEUU y Europa, pero
que, sin más comentario, termina en Madrid. Última parada: Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía. Como si fuera el destino más natural del mundo.
3. Que, por tanto, no se menciona
que el cuadro nunca se ha exhibido en ningún lugar de Euskadi, ni tampoco se dice
que en Gernika-Lumo se encuentra una reproducción en cerámica con el lema “Guernica” Gernikara (Guernica a Gernika), a favor de la
ubicación (o traslado temporal) del lienzo original en la villa vasca con tan simbólico
roble.
4. Que ningún panel o
ninguna tarjeta se hace eco de unas esclarecedoras palabras de Iñaki
Anasagasti: “En 1986, Javier Solana me llamó a su despacho para decirme ‘tenéis
razón en la demanda pero no nos fiamos de que el cuadro vuelva’. En desagravio
nos ofreció una obra de arte para colocar en el parque contiguo a la casa de
Juntas de Gernika. Y de ahí nació la compra de la escultura de Henry Moore, Large Figure In A Shelter, que costó 600
millones de pesetas”.
5. Que no se expone la
anécdota (quizá apócrifa, pero digna de leyenda) según la cual, en el Pabellón
español de la Exposición Internacional de París en 1937, un oficial alemán preguntó:
“¿Es usted el que ha hecho Guernica?”. A lo que Picasso respondió: “No, han
sido ustedes”.
6. Que tampoco se expone
la anécdota (de apócrifa, nada) referida a la exhibición en 1938 del cuadro en
la Whitechapel Gallery (en el East End de Londres, zona pobre y marginal por esos
años). La galería era y sigue siendo gratuita, pero en aquella ocasión sí puso una
tarifa: había que entregar un par de botas de trabajador en buen estado para
ser donadas a la causa republicana (supongo que debió impresionar la cantidad
enorme de filas de botas colocadas debajo del inmenso lienzo blanco y negro de
Picasso).
7. Que en el vídeo inicial
de la exposición se dice que la lluvia de fuego sobre Gernika (lanzada por la
Legión Cóndor alemana junto con una formación de aviones de combate italianos) había
alimentado el deseo de venganza de los vascos. Algo que en un primer momento pudo
ser normal, ¿no? Pero, aun así, lo realmente excepcional es que:
a) en 1987, se declaró a
Gernika Ciudad de la Paz y de la Cultura,
adhiriéndose a la Unión Mundial de Ciudades por la Paz;
b) en 1989 Gernika se
hermanó con la ciudad alemana de Pforzheim, la cual, el 23 de febrero de 1945,
fue destruida en un 83% (uno de cada tres habitantes asesinado) por un
bombardeo aliado totalmente innecesario;
c) en 1997, el embajador
Henning Wegener, en la Plaza del Mercado de Gernika, leyó una carta de Roman Herzog
(presidente de la RFA): “Yo quiero reconocer expresamente la culpa de los
aviones alemanes involucrados. Les dirijo a Vds. como sobrevivientes del ataque
y testigos del horror vivido mi mensaje conmemorativo y conmovido de
condolencia y duelo”;
d) en 1998 se inauguró el Museo de la Paz de Gernika (Gernikako
Bakearen Museoa) el primero de España, y el único también (creo). Donde uno de
los temas de la exposición permanente se inicia en una sala con “una mirada al
mundo a través del Guernica de
Picasso”;
e) en 2004, la villa foral
recibió el Premio Internacional de
Ciudades por la Paz otorgado por la UNESCO en reconocimiento a su labor por
la paz y la reconciliación.
8. Que ningún panel o ninguna
tarjeta informa que el 5 de febrero de 2003, cuando el Consejo de Seguridad de
la ONU se reunió para escuchar al Secretario de Estado de los EEUU, Colin
Powell, en su arenga a favor de la guerra contra Iraq, un tapiz del Guernica (situado desde 1985 en la sala)
ya se había cubierto con una tela azul y las banderas de las naciones miembro
(un “fondo neutro”).
Y más nada. Todo bien. Eso sí, con las garras sin filo, casi sin
garras. Sobre todo si recordamos alguna que otra cosa más, como la declaración de
Picasso a un periodista: “en el mural que estoy trabajando ahora y que se
llamará Guernica, así como en mis
recientes obras, he expresado claramente mi repudio y horror hacia la casta
militar que ha hundido a España en un océano de dolor y de muerte”. Sin que por
esto haya que rechazar (todo lo contrario) la certera interpretación
(complementaria) de Günter Grass, para quien la compleja composición del cuadro
no señala enemigo alguno. “Únicamente las víctimas se convirtieron en objetivo
del pintor. A su dolor, a su horror, a su alarido, les dio expresión por medio
del arte; para cumplir su arte, y también para que el mundo viera y oyera. Pero
el mundo ni vio ni oyó”… Y, según parece, continúa así. ¿Habrá manera?
Bueno, a ver si no olvidar Gernika ayuda un poco a impedir tantos
bombardeos de terror.
Agur!
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