DEMOS

DEMOS

JOSU AIZPURUA

No diré de parte de quién, pero, varios jóvenes “prometedores” fuimos enviados a la Europa democrática para aprender ante el desastre fascista del franquismo, que no podía sobrevivir al Dictador. Y algo aprendimos.

Pueblo – Constitución - Referendo – Desarrollo – Leyes – Pueblo.

El PUEBLO es el principio y fin de todo Sistema Democrático, y el español del 78 no lo es emboscado tras togas fascistas que impiden el desarrollo armónico del Sistema con el viejo truco de empezar el Credo por Poncio Pilatos. (hagan la prueba).

Y algunos NUNCA lo hemos olvidado, aunque vimos con horror la corrupción de nuestros maestros, y hoy con media pata en la tumba seguimos creyentes de la Democracia, sin apellidos, pura, no orgánica ni 78, Democracia del Pueblo para el Pueblo y no del Pueblo para La Casta.

Los DDHH que solo la Democracia protege son vulnerados en Canarias, donde un Poder Colonial arroja a los muelles a seres humanos africanos como si fueran atunes, ante el temeroso silencio de otros africanos colonizados. Pura vergüenza.

 La Transición Frenada, que llegó a su punto de partida, ya es evidente para muchos poderes extranjeros y antiguas colonias, y los de La Casta78 saben ya de su colapso. Por eso los juguetes rotos arrojados por los suyos de los pesebres del Estado, claman para recobrar la paguita y sus enchufes. ¿Qué solución ofrece Míster X? ¿Otro GAL catalán?

Ni González, ni Feijóo, y menos Abascal, tienen ninguna solución al declive del 78 y son ellos la causa de su colapso. Frenaron su desarrollo y el bebé se les murió de inanición. Solo Sánchez e Iglesias dieron biberones al engendro para que pudiera abrirse a la Democracia, donde Referendo, Amnistía, Poder Congresual, son vitaminas necesarias para que la Transición llegue a la costa de la Democracia.

El destruir el Estado78, objetivo de Abascal, es para instaurar un “cepillado” que lo convierta en neofranquista con España como Unidad de Destino en lo Universal. Y la cúpula del PP se siente feliz con ello pues nunca fue “demócrata”.

Gracias a los demócratas europeístas que amueblaron mi cabeza para tener claros los caminos democráticos.

Hoy el poder de La Casta es asfixiante, total y brutal, con la dictadura de los editoriales y las cabeceras, y un amplio pesebre donde abrevan las más insignes plumas, micrófonos y togas, dejando al vulgo ayuno de la neutralidad y las noticias relevantes. Este país está podrido.