PALESTINA. UN ALEGATO EN FAVOR
DE LA DECENCIA
MARCOS ROITMAN ROSENMANN
Este es un alegato en favor del decoro
político y la dignidad humana. Me niego a caer en la manipulación de
condenar hoy lo que otros han silenciado durante décadas. No acepto el maniqueísmo
de acudir al argumento espurio de hacer uso del derecho a la legítima
defensa cuando justifica el genocidio. Cuestiono el concepto de terrorismo
que se maneja con tanta ligereza por quienes lo han desarrollado en
tanto razón de Estado, bombardeando a la población civil, vendiendo armas
y lucrándose de la guerra de exterminio contra el pueblo palestino.
Quienes, a pesar de las resoluciones de la ONU, se mofan, niegan el derecho de resistencia, se posesionan en favor de bloqueos, y presionan a terceros países bajo amenazas de suspender acuerdos de cooperación, restringir exportaciones o cancelar inversiones.
¿Cuáles son las características de un
Estado terrorista? ¿Quiénes se arrogan la potestad de hacer la lista?
Baste recordar cómo países entran y salen en función del estado de ánimo
de quienes gobiernan EU, razón por la cual nunca veremos a Israel engrosar
la lista, aunque la realidad diga lo contrario. Pero sí están Cuba, Irán,
Siria y se busca incorporar a Rusia. Ante tanta hipocresía, es preferible
ser tildado de antisemita, antisionista que caer en una condena maniquea.
Occidente se apresura a poner el grito
en el cielo. Israel, su aliado estratégico en Medio Oriente, ha visto cómo
lo que lleva practicado por más de medio siglo contra el pueblo de
Palestina, el odio y el desprecio a la cultura musulmana, acaba en un
efecto bumerán. Se ha roto su cinturón de seguridad, los muros levantados
en Gaza y
Cisjordania. Kilómetros de hormigón,
custodiados por un ejército invasor que corta la electricidad, el agua y
decide cuándo y cómo entran y salen sus habitantes. Pero, nada de esta
indignidad ha tenido respuesta internacional. Ningún país levantó la voz y
reclamó para Israel, lo mismo que hoy condena. Sólo suscita comentarios.
Ni bloqueo, ni suspensión de créditos. Sin embargo, Israel ha
sido denunciado por años por Amnistía Internacional, al practicar
la tortura de forma legal y sistemática en los interrogatorios contra los
detenidos palestinos acusados de
pertenecer a la OLP. Los hechos no se pueden cambiar, aunque sí
interpretar. Para algunos humanistas de salón la vida de un niño israelí
tiene un valor incalculable, pero un niño palestino es prescindible. Los
bombardeos a la población civil de Gaza es acción de defensa, los misiles lanzados
por Hamas, terrorismo. Los secuestros y asesinatos de los servicios de
inteligencia israelí
tienen como objetivo proteger la vida de
sus connacionales.
En la Europa comunitaria, que apoya a
Ucrania y defiende sin fisuras a Israel, uno de sus comisarios plantea suspender
la ayuda a Palestina. La declaración pilló por sorpresa a algunos de sus
miembros. Aunque quisieran, no pueden llegar tan lejos. Por vergüenza,
algunos rechazan la propuesta, pero abre la puerta al problema de fondo.
Se oponen, no por defender los derechos del pueblo palestino, más bien les
invade un sentimiento de culpa por facilitar el genocidio practicado por
Israel.
Contemplo el mapa, y veo cómo desde
1948, se incrementan los territorios palestinos ocupados por Israel.
Lentamente, los asentamientos de colonos judíos han terminado por ahogar a
la población palestina. Es la constatación de cómo eliminar una cultura
y practicar el genocidio. El pueblo palestino ha sido despojado de su
dignidad, considerado animales. El
ministro israelí de defensa, Yoav Gallant, se quita la careta: Luchamos
contra animales humanos y actuamos en consecuencia.
Esta deshumanización está enquistada en
la opinión común de la población israelí que justifica la tortura, la
detención ilegal y el asesinato político bajo el supuesto de estar
defendiéndose de ataques terroristas. Así, se mantiene a cientos de
palestinos sin proceso judicial, negándoles el habeas corpus , con la
complicidad de una
sociedad que levanta la voz contra un
gobierno corrupto, pero apoya a sus fuerzas armadas que les permitían,
hasta hoy, vivir en una paz, asentada sobre miles de cadáveres de niños,
mujeres, jóvenes palestinos. Por eso, la condena a las acciones de Hamas y
en defensa de Israel no son más que una carta en blanco para seguir
masacrando al pueblo palestino. En estas circunstancias no se puede ser
neutral, ni menos negar la evidencia. El pueblo palestino requiere que la
sociedad internacional, si existe, condene y obligue a Israel a devolver
los territorios ocupados y acabe con la política de genocidio planificado.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/2023/10/12/opinion/022a2pol
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