NO EN NUESTRO NOMBRE
ANITA
BOTWIN
Ante la pasividad
de la mayoría de la comunidad internacional sobre las actuaciones en Gaza,
necesitamos garantizar la paz y la seguridad de todas las personas sean de
donde sean
En los últimos días me cuesta tremendamente entrar en las redes sociales y observar de lo que es capaz el humano si es que puede llamarse tal cosa. Entro e intento no ver los vídeos que nos llegan de la masacre que Israel está perpetrando sobre Gaza, después de que Hamás hiciera lo propio con personas en Israel. Este último ordenó a más de un millón de personas que abandonaran el norte de Gaza, para prepararse para una inminente ofensiva terrestre.
Sus estrategas militares parecen estar
planeando la despoblación y reocupación de al menos parte de una zona en la que
viven alrededor de 2,3 millones de personas (casi la mitad de ellas niños) y la
mayoría de ellas descendientes de personas expulsadas de sus hogares durante la
guerra árabe-israelí de 1948. Sus deseos de impedir a la población palestina
poder vivir en paz en su propia tierra quedaron plasmados por el general de
división reservista, Giora Eiland, quien decía en un periódico israelí que “el
Estado de Israel no tiene más remedio que convertir Gaza en un lugar en el que
sea temporal o permanentemente imposible vivir”. Sus palabras se están
convirtiendo en hechos ante la pasividad de la mayoría de la comunidad
internacional, que calla y otorga en una de las opresiones más dolorosas que mi
memoria alcanza a recordar. Tan solo Jeremy Corbyn en Reino Unido, Jean-Luc
Melénchon en Francia y en España Ione Belarra hacen frente a la equidistancia
de otros líderes europeos, como señala Laura Arroyo en este texto. Por suerte
también, en grandes ciudades como Londres, Sydney, Roma, Barcelona o Madrid, la
ciudadanía ha mostrado su apoyo a Palestina y su rechazo al ataque y genocidio
israelí. Muchas hemos dicho que este genocidio no se lleve a cabo, no en
nuestro nombre.
La despoblación de
Gaza y la expulsión masiva de los palestinos de sus propios hogares es
completamente inhumana y está produciendo una violación del derecho
internacional. No es una evacuación, como han pretendido que creamos que sea,
una evacuación se produce cuando alguien está en peligro y el objetivo es
salvarle; es un paso mayor en la ocupación del territorio palestino y su
genocidio usando la excusa de terminar con Hamás. Pero a Hamás no parece
importarle tampoco las víctimas, sean cuales sean, por lo que el pueblo
palestino parece irremediablemente abocado a vivir en un apartheid constante,
en medio de la violencia y del caos y olvidado y abandonado por la mayoría de
la comunidad internacional. En esta mal llamada evacuación, hay quienes aunque
quisieran no podrían abandonar sus hogares por ser personas dependientes o
tener discapacidad, así como los heridos que se encuentran en los hospitales,
donde los mismos profesionales sanitarios han denunciado la imposibilidad de
abandonar estos centros. También hemos podido saber cómo Israel ha bombardeado
a palestinos que se dirigían hacia el sur de Gaza, tras esa presunta evacuación
y como el ejército israelí ha atacado edificios de defensa civil, ambulancias y
han impedido que pasara la ayuda humanitaria.
Debemos recordar
que algo similar ocurriría tras la guerra de Irak cuando con la excusa de
buscar armas de destrucción masiva se asesinó a más de un millón de personas
Estos ecos de la
Nakba o catastrófe ocurrida en 1948 pueden ser sólo el comienzo de un conflicto
mucho mayor. Si EE.UU. anima a Israel a seguir este camino genocida, y todo
parece indicar que así sea, puede desenvocar un conflicto regional mucho más
amplio con consecuencias aún imprevisibles. Debemos recordar que algo similar
ocurriría tras la guerra de Irak cuando con la excusa de buscar armas de
destrucción masiva se asesinó a más de un millón de personas y como tras esa
infame matanza de civiles también tuvieron lugar atentados como los que vivimos
en Madrid el 11M. Es fundamental y necesario que la comunidad internacional
frene de inmediato esta tragedia, la ocupación de Israel a Gaza y que haya
líderes internacionales que medien y paren de una vez este genocidio y limpieza
étnica que lleva a cabo Israel. Todo el mundo sabe que si no se frena de
inmediato esta guerra de Israel contra Palestina, Hamás y el terrorismo
seguirán creciendo también. Parece que el mayor interesado de que exista Hamás,
y lo podemos comprobar desde su propia creación, es Israel. Parece que Israel
apuesta por que exista violencia y muerte y tener la excusa para atacar.
Necesitamos garantizar la paz y la seguridad de todos los civiles, de todas las
personas, sean del lugar que sean, tengan la raza o nacionalidad que tengan.
Especialmente ya es
hora de que Estados Unidos deje de repetir palabras vacías sobre una solución
de dos Estados mientras sigue proporcionando dinero, armas y apoyo diplomático
a las acciones israelíes como lleva haciendo durante el último medio siglo. La
única solución pasa por poner fin a la opresión de un pueblo sobre otro, al
apartheid palestino y a garantizar derechos y seguridad de igual manera para
ambos pueblos.
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