VIOLACIÓN DE LA TIERRA
Eduardo
Sanguinetti, filósofo,
poeta y
performer.
“Se impone hablar de ciertas cosas que no deben pasar inadvertidas para la humanidad, en lo que hace a la intervención del contexto de Naciones Unidas en el horror de guerras eternas de fuegos cruzados... Indispensable proteger hoy, aquí y ya. El entorno natural de nuestro planeta, en estado de degradación. En este sentido y en un mundo sin confrontación real de las ideas, sin prensa independiente, en un sin memoria, este editorial construirá quizás un buen golpe constitutivo de discontinuidad en un milenio de boatos fúnebres".
La ecología es una disciplina fundamentalmente anticapitalista y "liberadora", en antípodas al sistema neoliberal genocida vigente. Hace cuatro décadas, he manifestado en un Foro de Ecología, acerca de la especulación de Ceos de multinacionales que hacen alarde de poseer una conciencia ecológica, deviniendo una maniobra estratégica con miras a un doble objetivo.
El primero es
desarticular la oposición ecológica, apropiándose de los argumentos y
asimilándose a la plusvalía del capitalismo depredador, abrevando de los
manifiestos de ecólogos fundacionales, como Edgar Morin, Goldsmith, Mansholt,
Marcuse y otros, entre los que me cuento en Latinoamérica, allá por los /70…
Trascendentes iniciáticos en llevar a cabo una épica de preservar el medio
ambiente, en contra de todas las previsiones del neoliberalismo fundante.
Tras esta táctica
tramposa del sistema neoliberal, se puede distinguir un segundo objetivo, mucho
más ambicioso: el de incrementar con tecnologías sofisticadas la industria
contaminante del medio ambiente, como la megaminería a cielo abierto, llevada a
cabo por multinacionales con consecuencias irreversibles del medio ambiente…
La industria armamentista,
aplicada al belicismo como política de estado, siempre tras la ley de
capitalización de ganancias obtenidas con la sangre de pueblos enteros,
víctimas y chivos expiatorios de imperios genocidas que no cesan de articular
crisis inventadas… El siglo XXI contempla la ofensiva final de grandes teorías
belicistas y de renovados escenarios de guerra: antesala de un final anunciado.
La nueva
globalización se intenta construir sobre criterios de agresión y competencia.
Todo está inserto en un juego de exclusiones y de eliminaciones ya sean
mercantiles, económicas, culturales, políticas o bélicas, atentando al tan
preciado medio ambiente.
Los derechos
humanos pierden terreno ante los criterios de los gobiernos genocidas
imperiales, regidos por la ley de mercado, eliminadora de la conciencia
ecológica… El criterio de la cantidad se impone ante la calidad. La
Globalización del discurso belicista eliminador de la vida en naturaleza,
aplasta la necesaria institucionalización del derecho a la Paz y la armonía.
Un nuevo ciclo
acumulativo basado en la capitalización de la Naturaleza misma, en el
acaparamiento, por capital, de todos los factores y condiciones que hacen
posible la vida en la Tierra. Entonces se habrá cerrado el circuito: la ley de
la ganancia habrá invadido los últimos reductos de la Naturaleza, hasta el aire
se habrá convertido en mercancía: se habrá consumado el totalitarismo
capitalista y, con él, la monopolización de la economía.
¿Y quién podrá
instalar los anticuerpos ante este virus patógeno del capitalismo en su cenit?,
¿El aparato estatal privatizado?, ¿En qué fuerzas sociales y parlamentos
disfuncionales, se apoyaría para promulgar leyes y reglamentos que puedan
aplicarse de inmediato para que no se produzca el atroz ‘terricidio’, que lleva
al exterminio de la Naturaleza, incluida nuestra especie?…
¿No es una utopía
de tintes románticos lo que propongo, contra el avance criminal de capitalistas
esclavizadores? ¿No presupone una revolución ecológica lo planteado?
Es absolutamente
cierto que lo que planteo es una utopía en este tiempo de mutantes… También es
una realidad, que mientras más autónomo es el hombre en cuanto a individuo en
función de ser, más precisa de la verdad, en asimilarse a una Naturaleza sana,
un Medio Ambiente sin contaminaciones de ningún tipo… Dominar el dominio sobre
la Naturaleza, y no ya ésta. Se trata de entrar a un combate nuevo por la
hominización.
La tan publicitada
“toma de conciencia ecológica”, alardeada hipócritamente por los funcionales
gobernantes del planeta, cumpliendo órdenes estrictas de sus jefes, el “círculo
rojo”, en pleno uso y abuso de su poder omnívoro, en maniobras estratégicas, de
doble moral y doble objetivo, están en acto de eliminar y mutilar el origen.
El primero se logra
al desarticular el accionar de los reales y verdaderos ecologistas, al
apropiarse de algunos de sus lemas y temas, y utilizándolos de coartada para
introducir la simulación y la mentira, apuntaladas por los medios corporativos
de comunicación. Además de financiar campañas de “cuidado del medio ambiente”,
cuál estrategia de vender una realidad fraguada, que no forma parte de sus
fines de lucro y explotación.
La ecología y
quienes accionamos en proteger esta tierra, nos rebelamos rechazando la
civilización capitalista de derecha y de izquierda travestida en conjunto, sin
plantear explícitamente la cuestión relativa a la índole clasista de la
sociedad, de la cual dicha civilización es el fruto. Es lo que explica el
carácter 'utopista' que revisten casi siempre los movimientos ecológicos y los
postulados científicos que los avalan.
La conciencia
ecológica ha nacido con enormes esfuerzos y corre serios riesgos de ser
eliminada, en este milenio donde la orientación de la civilización ha llevado a
materializarlo "todo", logrando triunfar basándose en tres principios
organizativos que hoy se han convertido en principios de su ruina: la
separación cartesiana del hombre-sujeto de un mundo de objetos que manipular,
la ciencia concebida como conocimiento objetivo que no se preocupa de su sentido
ni de su fin y, por eso mismo, pasa a ser instrumento de los poderes y las
potencias, por último, la concepción burguesa, luego de la marxista, del hombre
conquistador de la Naturaleza, que finalmente, en un apocalipsis anunciado,
llegará a ser el exterminador del planeta.
La reducción
tecnológica ya está actuando. Se reduce la degradación del sistema ecológico a
cuestiones de contaminación y encontrarle su remedio técnico: en un caso el
control de emisiones de carbono de millones de máquinas (automóviles, aviones,
etcétera), en otro, las limpiezas químicas, y en otro la reforma de pesticidas
y herbicidas.
Pero
simultáneamente se encubre el problema general, que no es un problema de
basurales, sino un problema de organización de la sociedad entera, en su
totalidad, de relación hombre-Naturaleza, de evolución a una existencia con
sentido vital, que en definitiva nos une a todos en el destino de la humanidad.
La noción de
desarrollo humano total y multidimensional, presupone, pues, una transformación
radical del orden social.
Se impone
investigar la cara oculta de la ciencia, sin restarle valor, pues todo lo que
ha servido de base a la magnitud prodigiosa de la misma, a su fuerza de verdad,
también tiene su rostro sombrío. La ciencia contribuye, al mismo tiempo, al
desastre ecológico y antropológico, porque - como la técnica- parcela los
problemas y ha llegado a ser un mero instrumento de los poderes ocultos
bélicos.
Los despotismos y
atrocidades que el sistema instala, por mensajeros de gobiernos sociópatas,
ignorantes y plenos de energías inauditas de lograr ganancias a cualquier
costo, en beneficio de imperios miserables, que se perpetúan, como podemos
apreciar por enviados del caos y la eliminación de nuestra tierra...
La violación de la
Tierra es un aspecto esencial de la recontrarrevolución del capitalismo y sus
vertientes. El genocidio contra los pueblos y contra los todos los seres, es un
“terricidio”, palabra que no dejo de replicar, pues elimina los recursos de la
vida misma… No basta ya terminar con las personas vivas, hay que impedir la
existencia en este planeta de los que aún no han nacido, envenenando la tierra.
.
Eduardo Sanguinetti
es reconocido por ser un filósofo, poeta, performer, ecologista, artista y
periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del
minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del
"Manifiesto de los Indignados contra el Neoliberalismo'' año 2011.
Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), "Biography
of the year Award" Historical Preservation of America (1986), "Man of
the Year" IBC Cambridge 2004, Miembro activo de la Sociedad Argentina de
Escritores (SADE).
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