EL POETA DE LA MOCHILA
JUAN CARLOS GARCÍA GURIDI
En el universo del repentismo no solo hay opiniones divididas en cuanto a quién "sí" y quién "no", sino que coexisten dos criterios predominantes: el del público y el de los propios poetas. En el caso de Emiliano Sardiñas Copello (Santiago de Cuba, 1965), comienzo por destacar que se trata de -sin lugar a dudas- uno de los improvisadores cubanos que ha alcanzado una mayor popularidad y simpatía, debido a su carisma y al hecho de "arriesgarse" a defender un estilo e insertarse básicamente en una de las zonas creativas de mayor dificultad: el humorismo, modalidad que pese a contar con unas larguísimas historia y tradición no cuenta hoy con una cantidad de exponentes tan representativa y de la que Emiliano es un abanderado, condición que asume desde su propio "nombre de campaña", "El Poeta de la Mochila".
Muchas
damas al hablarme
Averiguan
si mi esposa
Es celosa
o no es celosa
Porque
quieren secuestrarme
Unas
intentan besarme,
Otras
dicen, ven, negrito
Mientras
tímido y bajito
Yo les
digo desde ya
Que la
culpable es mamá
Por
parirme tan bonito.
Y es que
nada es más serio que el humor... Heredero de improvisadores tan reconocidos
como Chanito Isidrón, Bernardo Cárdenas Ríos, Rigoberto Rizo, Adolfo Alfonso,
Luis Gómez, Ramón "El Profesor" Espinosa o Ernesto Suárez, por solo
mencionar algunos de los más connotados, Emiliano es mucho más que un poeta
cómico; y soy de la opinión de que al igual que la mayoría de sus antecesores,
es un gran poeta, sin necesidad de modificadores, capaz de desdoblarse y
convencer al más escéptico:
Cuando
entre niños me muevo
Y recibo
su cariño
Está más
feliz el niño
Que dentro
del alma llevo
Y soñando
un viaje nuevo
Para
pequeños jinetes
Soy
mientras beso cachetes
Y doy mi
canción guajira
Un Rey
Baltasar que tira
Versos en
vez de juguetes.
Yo mismo
puedo dar fe de su incesante espíritu de superación, de su interés por no ser
encasillado, de sus constantes desvelos. Lo he visto preocupado por impartir
una conferencia y hacerlo a la altura que merece, interesarse por determinada
bibliografía, y más que eso, lo he visto contender con el más exigente y
convencional de sus colegas y salir muy bien parado. Es cierto que su décima no
es un dechado tropológico, pero es correcta y sobre todas las cosas honesta,
porque si algo distingue a Emiliano es la honestidad. En su caso se trata, más
que de si es o no un gran poeta, de que es un poeta necesario, imprescindible
para la tradición, por cuanto salva de ella. Si bien incursiona con acierto en
cualquier zona temática, Emiliano es un referente del humorismo rimado y ha
venido a proteger con maestría y plena conciencia un territorio en el que no
todos se atreven y mucho menos aciertan. Buen cantador, lo picaresco le entalla
justo a la medida de su sensibilidad, que no por ello deja de ser variopinta.
Poetas como él dan vida a los guateques, lo colorean, y el publico siempre sale
agradecido y satisfecho. Ahora mismo en Cuba no abundan los repentistas que se
apeguen tanto a esta zona vernácula de la creación, quizá puedan mencionarse
los escasos nombres de Raúl Herrera, Tomasita Quiala, Héctor Peláez, José
Manuel Silverio, Yordán Quintero "El Yayito Ranchuelero", Osvel
Suárez o Albertico Rojas, aunque no todos puedan considerarse habituales del
"género". Estoy convencido de que Francisco Calcagno Monzón (Güines,
1827-1903) lo hubiera contemplado y enaltecido en su importante "Poetas de
Color". Mis parabienes para este auténtico juglar campesino.
ACUSADO EL
POETA EMILIANO SARDIÑAS, POR LAVADO DE DINERO .
Eso es
mentira, y aviso
Que yo
estoy en Alamar
Tranquilo
en mi palomar
Perdón, en
mi quinto piso
Quién el
comentario hizo
Me envidia
o es traicionero
Yo no soy
un heredero
De los que
amasan fortuna
Y además
no hay prueba alguna
Yo no he
lavado dinero.
Ahora dirá
mucha gente
Que sí yo
lavé dinero
Es porque
soy bandolero
Traficante
o delincuente
Pero yo
soy inocente
Guajiro,
humilde y sencillo
La que
formó este enredillo
Fue mi
esposa por echar
El
pantalón a lavar
Con dinero
en el bolsillo.
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