PULSIÓN ELECTORAL ATÁVICA
No aprecio las
promesas sobre un porvenir venturoso, me resultan ofensivas y demasiado
estúpidas, en este juego de vidas-sobrevidas, donde no habrá salvación para los
que apuestan a la vida tendencia "fitness-tour" y apuestan a la
economía: corrupción, sea quién sea el candidato funcional a la devaluación de
la política deshonesta argenta.
Eduardo Sanguinetti
Filósofo,
poeta, artista, periodista y músico argentino. Pionero en el arte performativo.
Se le considera también precursor del minimalismo en América Latina y del land
art.
Elecciones en
Argentina 2023
Las frases grandilocuentes de degradación, lanzadas por candidatos «chatarra», presentes en las elecciones presidenciales 2023 en Argentina, sólo me inspiran náuseas y despiertan en mí, un formidable rechazo a todo lo que no acontece aquí-ahora-ya… Y la sombra de el «tandilense» Macri sobrevuela una Argentina huérfana de representación legítima, tramando en su habitual estilo de destruir todo lo que no lo incluye como primer actor…
Deglute candidatos, partidos, movimientos, en fin gobierna de facto Argentina, este siniestro personaje, blindado por poderes del planeta, vaya a saber porque, pues no se destaca por su capacidad intelectual, política y mucho menos en gestionar acuerdos para que la sociedad argentina experimente una saludable vida, todo lo contrario, no olvidar la deuda privada criminal tomada contra toda reglamentación de esa entidad, ha hipotecado a generaciones… Permanezca la memoria.
He aprendido según
transcurrieron en el descuento de los años de mi vida, creo así la denominamos,
los magros presupuestos con que la comunidad cuenta, para dar el empujón al
abismo del «nunca jamás», a todos los delegados de la farsa y el espectáculo
mediático pestilente, donde caerían por ley de gravedad y levedad, sin remedio,
de manera higiénica y clara…
Enviados de la
farándula y del filo-nazismo instalado en Argentina, representados en la figura
degradante de un hiper promocionado personaje en programas de realities de TV
basura, que no cesa de proyectar sus antiquísimas ideas de eliminar libertad de
pensamiento, derechos individuales y sobre todo el regreso a lo que se creía
superado plasmado en instalar persecuciones y exclusiones a quienes piensan diferente
Toda ilusión de
autonomía se ve conmocionada y coartada para nosotros, ciudadanos de Argentina,
con deseos de estar informados, en cuanto nos enfrentamos con la imagen del
mundo mediático-virtual impuesta por el poder de los medios, que dibujan la realidad
a su antojo, en concordancia con los poderes políticos y privados.
Todo se torna
incierto ante una comunidad de rodillas, cual manada que camina a su
exterminio, ante la presencia de iluminados fabuladores… Los rumores
mediáticos, tras haber sido repetidos un par de veces, toman carácter de
evidencia y el peso indiscutible de verdades históricas seculares.
La debilidad
intrínseca de todos los sistemas políticos actuales, la pérdida de las defensas
inmunológicas es una característica de este tiempo, precisamente porque el
sistema representativo tiende a ser eliminado… Deviene como consigna humillante
por cierto: «adaptarse».
¿Adaptarse una vez
y para siempre a los hechos consumados planteados por quienes dictan y rigen en
el mundo? ¿Adaptarse a las «fake news», big data, para recibir contenidos
manejados por las megaempresas y funcionarios de gobierno, acorde al perfil que
cada uno va auto diseñando en las redes sociales, manipulaciones, imposición de
imaginarios? (Habría que eliminar el término verdad de los diccionarios).
¿Adaptarse a las
fatalidades económicas programadas y a las consecuencias de esas fatalidades,
como si la coyuntura en sí fuera fatídica, historia concluida, época condenada
a prolongarse para siempre? ¿Adaptarse a la eliminación de la verdad y la
historia?. ¿Adaptarse a mesías psicóticos con ansias de convertirse en
emperadores, «iluminados» onomatopéyicos tendencia cómic? ¿Adaptarse a la
economía de mercado, especulativa y criminal, devenida del sistema neoliberal
que rige? ¿Adaptarse a la supresión programada de las protecciones y conquistas
sociales? ¿Adaptarse al cinismo de las conductas mafiosas autorizadas,
convertidas más que en familiares en tradicionales? ¿Adaptarse a la fuga de
capitales, los paraísos fiscales, las desregulaciones anárquicas, las
especulaciones criminales, aceptadas como si ‘tal cosa’?
Adaptarse… Se
necesitaría escribir un libro para completar la lista conformada por los
desviados del pensamiento y el conocimiento, sólo sumando ganancias a las
ganancias de estos traficantes de pesadillas atroces.
Asistimos a una
situación de crisis absoluta de valores: una absoluta crisis de lo absoluto.
Para algunos un síntoma infernal de la confusión del mundo, los demonios y la
carne; para otros la conformación del ‘paraíso’ de la desigualdad, de la
acumulación, de la serialización de originales desaparecidos, de la muerte del
autor y del ‘ser’, en favor de la corporación política que se blinda y protege
de ser demonizada por una comunidad cómplice, sin condena concreta y real.
Finalmente para todos, un flujo irreversible de acontecimientos cuya
flexibilización no consigue ocultar su extremo rigor. Desacreditar viejos
paradigmas por considerarlos inútiles, para enfrentar una nueva realidad,
cuando el equívoco es utilizarlos y la tentación más fácil es fingir una
crisis.
Pero no hay
exactamente crisis de valores, imperan unos nuevos apenas identificados, tanto
más peligrosos cuanto más invisibles a los ojos del ciudadano distraído en sus
rutinas prostibularias, de esclavo del tercer milenio cuánto menos se discuten.
Por cierto que hubo
épocas de angustia más dolorosa, miseria más áspera, atrocidades inenarrables,
pero ninguna tan fría,, generalizada y drásticamente peligrosa como esta.
La ferocidad social
siempre ha existido, pero con límites necesarios, pues el trabajo realizado por
la vida humana era indispensable para la clase esclavizadora de los denominados
poderosos. La supervivencia de la humanidad en su conjunto nunca estuvo tan
amenazada. La relación de fuerzas, hasta hoy siempre latente, se ha anulado.
Las defensas desaparecen. Las vidas han perdido utilidad pública.
Como argentino,
amante de mi tierra, me importa quién será presidente luego de estas
elecciones, preocupado por la presencia de personajes, sumidos en megalomanía
pornográfica, seguido por miles de fanáticos devotos de sus ceremonias
fúnebres, que ofrecen como stand up luciferino … El ejercicio del poder sobre
el cual se dirige la manipulación, su objetivo principal es imponer ideas
establecidas con el fin de que muten en conceptos o dogmas sobre los cuales se
rija la comunidad paria… Hoy devenido en mascota de Macri.
La posverdad es un
fenómeno radicalmente nuevo respecto a las mentiras clásicas, donde la verdad
alternativa se presenta como la crítica (en nombre de la libertad) hacia algún
tipo de autoridad dotada de un valor verificador. A los incautos les disparan a
quemarropa, son blancos móviles de
psicópatas, preñados de patologías severas, que intentan derrumbar las
estructuras sociales y culturales de Argentina.
No hablaré de la
historia del espíritu, ni de las aproximaciones fisiológicas, psicológicas,
sino de final… Apenas susurro acerca de realidades perturbadoras de psicópatas
mesiánicos, incapaces de socializar sanamente con la otredad, disfrazando sus
tránsitos simulando lo indisimulable.
La clave mayor
parece ser otra. La presencia de delirantes narcisistas, no es novedad ni
anómala en este tiempo de bajas defensas: Encarna perfectamente los viejos
prejuicios reaccionarios de la guerra fría, disfrazados de irreverencia, con
perfil maquillado de estética punk
kitsch escupiendo a diestra y siniestra en el rostro de una sociedad paria y
sin ideales altruistas.
La alternativa, la
alteridad, es el ensayo de crear confusión en las filas de la confusión, con un
orden sutil, poner en ridículo al ridículo… Sin la esclavitud de un límite, sin
la urgencia de una ruptura, proclamo en academias, bares, centros culturales y
otros antros: “Todo es excusa para el coito, vanidad y correr tras el viento.”
Así pasan los días
y las horas se convierten en asuntos negociables, todo tiene valor en moneda.
El mercantilismo impuso su substancia, todo tomó forma de envoltura y nadie,
nadie explica por qué la bestia ha abierto más su apetito.
La velocidad especula,
consume al invasor. Las ideas no obstante dejan desnuda la batalla. Ya no hay
porqué ni para qué. La falsa cultura besa en la boca al enemigo y luego lo
penetra, mientras la manada se distrae y abre los brazos con signo acogedor y
complaciente… Luego la manada es tomada como rehén y asiste con placer a su
exterminio.
Jóvenes ideales
pasan, hablan de referentes de algún muerto con las vísceras fuera o de pasar
con rapidez las pruebas de oposiciones y de suposiciones, de objeciones. Ya no,
ya nadie objeta nada, tú mismo puedes ser un infiltrado, un ser social o
antisocial, que importa.
Hay demasiados
muertos sin vigencia, sentenciada la calle por el prostíbulo político, que
promueve a su candidatos fetiche en cualquier espacio…
Hemos vivido
enfrentamientos armados, censuras, exilios… Hemos visto morir a miles luchando
por ideales que jamás se cristalizaron. Todo ha continuado, en la realidad,
todo ha cambiado, en la realidad, todo ha cambiado en verdad. El dolor por el
absurdo nos atraviesa: “¿Y debemos soportar a los incontinentes sicarios de la
post verdad?” vendernos baratijas en tiendas de accesorios, ¡vaya! qué
atrevidos estos mitómanos reptilianos, ¿no? Creen que sus guiños los tomarán
los valientes, los pensantes, los que resisten todavía al poder de estos vacuos
defecadores funcionales de una historiola fundada en la simulación y el
desparpajo.
Desde las oscuras
trincheras del ‘orden’ resucitan ciertos impulsos mesiánicos de liberación e
higiene frente a un mundo donde la incertidumbre es la única certeza de
filiación a lo ya experimentado, vivido y sufrido… Permanecemos en una Edad
Media de alta tecnología barroca, que ya sustituye paradigmas originales.
Debemos correr el
riesgo de ser muy precisos al verificar la realidad, a pesar de provocar cierto
malestar inicial, en el camino de la resistencia y de modificar rumbos, sería
hoy el único referente lúcido para preservar la vida en poesía y naturalidad.
Hoy se impone
hablar francamente, sin dobleces, sentir, pensar y decir, son la consigna.
Mantener la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad este tiempo de
transición, con lucidez, impedir que muera el genio, sin dejarse llevar por la
embestida del aparato represor de las ideologías de ocasión, que, repito,
triunfan hoy sin dudas en esta aldea global, con sus políticas de exterminar
todo lo maravilloso que tenía la vida en términos de principios éticos de
relación, jamás aplicados en su sentido fundacional de origen.
Lo único que se le
escapa a este tiempo sin tiempo, es una actitud plena de dignidad y ética, en
temple y conocimiento, de revelación apocalíptica, que se presenta en las
figuras de «loquitos» sin carnet. Esta es la coherencia, la fuerza de cohesión
que nos sostiene. Un instante de verdad equivale a la eternidad es la eternidad
en un instante, enfrentada al instante mercantil descartable, desechable y
perentorio.
Establecer a través
del apocalipsis personal, la más formidable revelación de la inmundicia
plutocrática burguesa… Nada nuevo, sólo una rutina que calará hondo en el
devenir de esta tierra pródiga en exhibicionistas, chivos emisarios,
traficantes de la muerte.
Todo ha continuado
en la realidad, todo ha cambiado, todo ha cambiado en verdad. El dolor por el
absurdo nos atraviesa, a quienes no admitimos de manera alguna que la tierra
estalle, se desintegre… Se aniquiló la nobleza y la dignidad, valores máximos
que deberían los pueblos asimilar a las rutinas de existencia.
Blanquear a los Don
Nadie es la orden del día, un juego tramposo archiconocido, donde cualquiera,
es decir los de siempre, no dejan por nada ni nadie sus puestos de dirigentes
del ABC argento, los alias habilitados, los que juegan con la vida de un pueblo
que mansamente se entrega a los brazos de los buitres locales, los prodigiosos
parásitos, mendaces tramposos, inquisidores perpetuos.
Todo esto despierta
en quienes estamos alertas al peligro, un real interés: ¿cómo se logró llegar a
convertir un país, en una cloaca donde naufraga una nación en estopa, barro y
sangre de menopausias divinas?… Asistimos en tinieblas al más aplastante y
abominable epileptismo cósmico…
Y los candidatos
del «status quo». apuestan sádicamente al sufrimiento del pueblo, al castigo
voluntario, asimilado a un masoquismo «made in Argentina»… Lejos de cualquier
tendencia estoica, sólo flagelarse, quién sabe porque oscuras razones… Y la
trama crece, «todos para uno y uno para uno», pactos de los reptantes tras el
lucro y la coima: amasijo de ratas mojadas.
Apuntalados por
potencias exteriores, no pierdan su tiempo apelando a una sensibilidad
inexistente de candidatos ignorantes y socialmente injustos en la emergencia en
que permanecemos…
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