¿QUIÉN LE DIO A EEUU EL DERECHO DE SER EL GENDARME, VERDUGO Y JUEZ
DEL MUNDO?
HERNÁN MENA CIFUENTES
EEUU
convertido en gendarme y verdugo del planeta invade y sojuzga países con sus
guerras de conquista, y como juez, aplica sanciones violando el derecho internacional,
normas éticas y principios morales a gobiernos cuyos líderes y pueblos dignos
como el venezolano se niegan a ser sus lacayos, no como lo hacen esos
gobernantes de Estados vasallos que sumisos se postran a los pies de su amo.
Nadie
le dio ese derecho a EEUU, se lo otorgó el mismo por la pseudo autoridad que le
dio la soberbia y prepotencia de la fuerza y el poder que una vez tuvo hasta
hace poco, como el imperio más poderoso de la historia y que fue perdiendo a
medida que iba desatando más guerras y otras agresiones que por las derrotas
sufridas minaron la moral de su ejército y la economía de su pueblo.
Como
el brutal bloqueo económico, político, comercial y financiero que hace más de
medio siglo impuso a Cuba junto con una invasión de mercenarios y como la
salvaje guerra de la “Contra” y el minado de los puertos que después lanzó
contra Nicaragua, agresiones que solo el coraje y la fiera resistencia con que
las enfrentaron sus pueblos pudieron ser derrotadas.
Pero
el Imperio no aprende las lecciones de la historia y vuelve a cometer los
mismos errores, esta vez sancionando a Rusia, a Irán, a Corea del Norte y el
más grave de todos, amenazando a China por negarse a sancionar a Pyonyang por
las pruebas de misiles balísticos que realiza en defensa de su integridad
territorial tras desarrollar sus propias armas nucleares, neutralizando así la
amenaza del terror atómico que EEUU le impuso durante 64 años.
Pero
es Venezuela, después de haber fracasado el golpe de Estado continuado de más
de 18 años que EEUU y esos lacayos, gobernantes de una decena de Estados
vasallos europeos, 13 latinoamericanos y una caterva de apátridas criollos, el
país al que con mayor odio y saña el Imperio y sus secuaces decidieron aplicar
sanciones con único propósito de destruir la Revolución Bolivariana.
Lo
decidieron cegados por el odio y la ira, porque su pueblo, libre y soberano,
desafiando sus amenazas, la lluvia y el sol ardiente, sus barricadas en pueblos
y ciudades, caminando por trochas, atravesando ríos, remontando montañas y
cuanto obstáculo se impuso en su camino, llegó el domingo en avalancha humana
hasta los centros de votación para depositar los 8.089.320 votos, que dieron
nacimiento la Asamblea Nacional Constituyente.
Y
mientras el pueblo, entre bailes y cantos desbordaba su alegría en las calles,
plazas y hogares de Venezuela por el exitoso resultado de esas elecciones las
que arrojaron el mayor número de sufragios y porcentaje de participación del
patrón electoral de la historia comicial de Venezuela, la rabia y el deseo de
venganza aumentaba en las frustradas y desoladas almas de esos miserables que
lamían las heridas del fracaso.
“No
aceptamos esa fradulenta Constituyente”, fue lo primero que dijeron desde
Washington sus autoridades, negando cínicamente la transparencia de unas
elecciones celebradas en el marco de un proceso técnicamente considerado por
los expertos uno de los más perfectos e idóneos del mundo, muy superior al de
EEUU donde el perdedor de los comicios como ocurrió en el último, los gana.
Y
de inmediato procedieron a ejecutar las sanciones anunciadas, entre ellas, la
ridícula decisión de imponerle una muy personal al mandatario venezolano, como
confiscar los inexistentes bienes que según aseguran posee en EEUU, además de
prohibirle a sus ciudadanos hacer negocios con el Presidente-Obrero, como si a
él le interesara hacerlo, ya que está dedicado a tiempo completo buscando el
mayor grado de felicidad posible para su pueblo.
Como
haberle entregado hace pocos días la vivienda número 1.700.000 a una familia
venezolana, una solución habitacional dotada como todas las entregadas, de
todos los servicios, mobiliario, equipos y artefactos de línea blanca y marrón,
que solo la Gran Misión Vivienda Venezuela ha sido capaz de hacerlo en todo el
mundo.
Como
la Misión Robinsón I, II y III que sacó de las tinieblas de la ignorancia a más
de 2 millones de analfabetas, y llevó a esos y millones más de venezolanos a
graduarse como bachilleres y luego pasar a las universidades de las que han
egresado millones de profesionales y cada día ingresan más.
Como
la Misión Milagro, que han devuelto la visión a millones, no solo de
venezolanos sino a ciudadanos de otros pueblos hermanos mediante cirugías
totalmente gratuitas realizadas por oftalmólogos cubanos y venezolanos que les
operaron de cataratas y de otras problemas visuales, así como las mas de 30
misiones similares que contribuido al desarroillo y bienestar de la familia
venezolana.
Pero,
¿Qué sabe de solidaridad humana un imperio egoísta, donde rige el Capitalismo
salvaje dedicado a la explotación del hombre por el hombre, donde los DDHH ,
como la Libertad y la igualdad racial, son una ficción, porque allí los
policías blancos asesinan a un negro todos los días; la población penal es la
mayor del mundo y la mayoría de los presos son afroamericanos y
latinoamericanos
La
misma situación o peores condiciones presentan los Estados vasallos imperiales
como Argentina, Colombia, España, Honduras, México, Panamá, Perú, Paraguay y
otros lacayos como ellos donde desigualdad propiciada por la pobreza, el,
racismo, el hambre, la ignorancia, la enfermedad y demás plagas sociales allí
existentes, acompañadas de violencia irrefrenable propiciada por la corrupción
y el narcotráfico cobran todos los días miles de vidas inocentes.
¿Y
en en vez de enfrentar y buscar con decisión solución a esos problemas que
están destruyendo el tejido social de esas naciones, que han hecho sus sumisos
y obedientes lacayos, después que su amo impuso esas sanciones al Presidente
Maduro y a varios altos funcionarios del gobierno venezolano?.
Hacer
lo que hacen siempre: seguir su ejemplo, y en vergonzoso coro, imitando a su
amo, desde Europa y América Latina dejaron oír sus voces de Judas y Caínes
diciendo que no aceptaban la Asamblea Nacional Constituyente aprobada por un
pueblo digno y soberano, muy diferente a ellos que son unos sumisos y
obedientes vasallos.
Y
no se quedó allí el accionar de esa horda de cobardes, pues como su amo,
tuvieron la insolencia de exigirle al gobierno bolivariano la inmediata libertad
de los autores de “La Salida· la sangrienta intentona golpista que en 2014 dejó
43 muertos y centenares de heridos, decenas de ellos discapacitados de por
vida.
Se
trata de Leopoldo López, que junto con María “Malinche”Machado y Antonio
Ledezma, a quien también el gobierno revocó la medida de hogar por cárcel de
que gozaban, por violar expresas condiciones de la misma, como la prohibición
de realizar llamados a la violencia de la insurrección armada que en los
últimos 4 meses dejó más de 120 muertos, 28 quemados vivos por los sicarios que
la MUD contrató pagándoles con drogas y dinero.
En
cualquier lugar del mundo, especialmente en EEUU y Europa, un llamado ese, la
ley lo castiga severamente, pero para las torcidas mentes de los gobernantes
del Imperio, del viejo continente, de los presidentes y ex mandatarios europeos
y latinoamericanos, sus embajadores en la OEA y para los apátridas criollos, el
hecho de haber sido perpetrado en Venezuela, es todo lo contrario un “acto de
heroísmo” y no lo que es, un delito grave.
Afortunadamente,
Venezuela no está sola, cuenta con la solidaridad y apoyo incondicional de la
inmensa mayoría de los pueblos y gobiernos progresistas y revolucionarios del
planeta y de las grandes organizaciones internacionales como NOAL (No Alineados);
los 77 más China; el ALBA; La Comunicad de Estados del Caribe; Bolivia, Cuba,
Ecuador, El Salvador y muchos mas que la defienden porque saben que su causa es
noble y es justa.
Y
mientras eso ocurre, China, el país más poblado del planeta y Rusia, la nación
del mundo con mayor extensión territorial, y cuyos ejércitos, como el Ejército
venezolano “Forjador de Libertades han liberado pueblos oprimidos por imperios,
rechazan y condenan las ilegales e ilegítimas sanciones impuestas a la Patria
de Bolívar.
Dos
países que no desatan guerras de conquista, dedicados a promover el progreso y
desarrollo de sus pueblos y con ese objetivo suscriben tratados justos y
equitativos con otras naciones, no como los leoninos y anexionistas TLC
firmados por EEUU, con los que, en complicidad con corruptos y traidores
gobernantes como los de Colombia y México saquean los recursos naturales de sus
pueblos.
Coinciden
ambas naciones al afirmar que las medidas aplicadas tanto a ellos como a
Venezuela, son ilegítimas e ilegales, que se trata de aberraciones jurídicas
por ser extraterritoriales, por lo cual han expresado su más enérgico rechazo y
condena a las mismas y su solidaridad con el país de la Revolución Bolivariana.
En
tal sentido han sentado posición sobre las mismas, y en tono sereno pero firme
le han manifestado a EEUU y a sus vasallos que dejen su intervencionismo contra
al pueblo venezolano y le elegir libre y soberanamente su destino. “A buen
entender, pocas palabras”, diría un aficionado a interpretar refranes.
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