¿CUÁNTAS CARTAS MÁS COMO LA
DE LUIS DE MARCOS?
DAVID
BOLLERO
Ha
muerto Luis de Marcos, el enfermo de esclerosis que pidió legalizar la
eutanasia. De Marcos fue una de las muchas voces, cada vez más numerosas, que
reclaman que la legislación española esté a la altura de las circunstancias. Su
fallecimiento pone aún más de manifiesto la imperiosa necesidad de cambiar de
una vez por todas el Código Penal, que puede llegar a castigar con penas de dos
a seis años de prisión la cooperación al suicidio a personas que ayuden a otras
en circunstancias como las de De Marcos.
España
está muy por detrás en esta materia de países como Holanda y Bélgica, que
legislaron sobre esta materia hace 15 años. La lista de países que avanzan en
ello cada vez es más extensa, desde Luxemburgo, Colombia o Canadá a diversos
estados de EEUU (Washington, Montana, Vermont o California). En Suiza, cuyo
Código Penal no castiga el suicido asistido por razones altruistas, ya cuenta
con cantones como el de Vaud en el que se acaba de aprobar por referendum la
legislación de la eutanasia.
Es
hora de dar un paso al frente y abordar el problema como ya quiso hacer Unidos
Podemos, por boca de Alberto Garzón, el pasado mes de mayo. El voto en contra
del PP, sumadas las abstenciones de PSOE y Ciudadanos, lo impidieron… una vez
más.
Es
hora de que, o bien los médicos mediante la aplicación de ciertos fármacos
(eutanasia), o bien otras personas facilitando esos medicamentos al enfermo
para que se quite la vida (suicidio asistido), puedan hacerlo sin enfrentarse a
penas de cárcel. Las leyes de muerte digna ya no resultan suficientes.
Si
miramos a Holanda, que es decana en Europa en legislar sobre esta materia,
vemos que el año pasado se practicaron 6.091 muertes asistidas, lo que supone
un 4% del total de muertes. Cáncer, problemas cardíacos o pulmonares graves y
enfermedades del sistema nervioso como la ELA (esclerosis lateral amiotrófica)
que padecía De Marcos constituyen el 87% de los casos de muertes asistidas en
los Países Bajos.
Si
miramos a los datos de las últimas encuestas, vemos que la sociedad española
saca muchos cuerpos de ventaja por delante de sus representantes políticos. El
84% de l@s español@s apoyan el derecho a una muerte digna. Ya no se trata de
una cuestión de progresistas contra conservadores, puesto que incluso los
votantes del PP (66%) o de Ciudadanos (89%) son mayoritariamente partidarios de
la eutanasia, aunque es cierto que no llegan a niveles de los votantes de
Unidos Podemos (96%) o PSOE (91%). En cuanto a los católicos, sucede lo mismo:
mientras que los no practicantes la apoyan en un 88%, los católicos
prácticantes también lo hacen en un 56% (los pocos practicantes un 84%).
¿A
qué esperan, pues, para legislar algo tan demandando por la sociedad? ¿Cuántas
cartas más como la de Luis de Marcos serán necesarias para ello?
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