EL CLAN DE LA TOMASA
JESÚS CINTORA
Imagen del vídeo del
ISIS sobre el atentado de Barcelona.
Es
chungo que quieras dar miedo y des risa. Por eso, creo que es pertinente darle
una pensada a la ida de olla que representa el hijo de la Tomasa, la Tomasa en sí,
el tarado de su marido y todos los que deciden entregar su vida a una religión,
en su versión más fundamentalista, creyéndose que hasta deben matarse y matar
para alcanzar la salvación y salvarnos a los demás de los pecados con los que
nos pervertimos. Hay que estar mal del tarro.
La
prole de Tomasa Pérez Mollejas, 'la Tomi', muestra lo terrible que puede llegar
a ser la condición humana. Pienso en Ramón Pérez, albañil, y en su mujer
Carmen, que mueren en vida de sufrimiento al pensar qué pudieron hacer mal para
que su Tomasa abandonara Andalucía y se fuera a hacer la guerra santa con
Abdelah, otro chiflado como ella, del que se enamoró. De aquello nació Yassin
Pérez, que hoy podría ser 'youtuber', pero anda haciendo el ridículo con vídeos
de amenazas a la humanidad.
Qué
vulnerable es el cerebro humanoide cuando un menda puede disfrazarse del Ché
Guevara, prometer vengar la Inquisición y aspirar a imponer un califato. Todo
junto. Cacao maravillao. Te pueden lavar tanto el cerebro como para creerte que
reconquistarás Al Ándalus y así alcanzarás el reino de los cielos. Pérez, el
hijo de 'la Tomasa', el nieto de Ramón, es hoy conocido como 'El Cordobés', no
el torero, sino 'Al Qurtubi', que dicho así parece que da más miedo, y también
amenaza con entrar a matar.
En
el complejo mundo de la mente humana, conviene tener en cuenta que el hijo de
la Tomasa heredó esta miseria. Su padre, traficante y yihadista, creyó ser una
especie de 'Jesucristo García', en una versión cutre de Extremoduro. Vive entre
rejas y le aplicaron la ley antiterrorista. También era del “resucito si me
hago un canutito”, aunque fue más de vender la materia prima. Hasta que lo
encarcelaron. Pasaba por la frontera toneladas de hachís. Otro que se preguntó
cuánto más necesitaba para ser dios.
El
pasote llegó cuando este Abdelah conoció a Tomasa al otro lado del Estrecho. Se
le abrió un claro entre las nubes y para Ramón y Carmen fue como si ya no
volviera a salir el sol. La joven de 17 años confesó que había visto la luz,
dejó el Bachillerato, se quedó embarazada con 19, se convirtió al islam y,
sobre todo, acabó convirtiéndose en una pirada dispuesta a hacer la guerra
santa con el tal Abdelah Ahram y lo que se terciara.
De
la historia de Carmen y Ramón, que se entregaron para criar a Tomasa, que
después se entregó a Abdelah, para después entregarse los dos a un supuesto Alá
radical junto a sus seis hijos, queda también la lección de que el ser humano
llega a creerse unas gilipolleces increíbles. Creerán que les espera la tierra
prometida, pero no habrá para ellos ni petróleo, ni negocio de las armas. Solo
les dejarán una porción de barro sobre los ojos todos los que mecen la cuna de
semejantes comeduras de tarro.
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