EL BARCO NEONAZI SE HUNDE
DAVID BOLLERO
El
estrepitoso fracaso de la concentración neonazi de la semana pasada, impulsada
por Fratría Toledo en Toledo, me ha alegrado el desayuno de hoy. Son noticias
sobre las que debemos incidir, a las que hay que prestar un especial altavoz.
Ver caer a esta panda de descerebrados, aplastados por su propia sinrazón y la
bondad general del pueblo, es el mejor acicate para no bajar la guardia y
seguir luchando contra las oleadas fascistas.
Hace
unos días escribía sobre los propios supremacistas que tenemos en España. Hoy
me reafirmo en ese artículo, porque en los últimos años los grupúsculos de
extrema derecha han crecido como setas en nuestro país, tanto a nivel
organizativo como de expansión de su discurso miserable que, aferrándose a la
transversalidad, confían en lograr un calado social como Amanecer Dorado en
Grecia.
En
2008 la Policía Nacional tenía contabilizadas a cerca de 250 bandas neonazis en
España (53 de ellas muy peligrosas), con más de 4.300 miembros fichados. En la
actualidad, sólo la Brigada de Información en la Comunidad de Madrid tiene
fichados a más de 250 miembros activos y una decena de grupos. Lo más
preocupantes ni siquiera son las más de 6.200 detenciones que se realizaron
sólo en Madrid en 2016, sino que entre ellas hay niños de hasta 14 años.
Por
este motivo, fracasos que rozan el ridículo, como el del jueves pasado de
Fratría Toledo, son tan importantes. Les corta las alas que en algún momento
han creído tener. Combatir el discurso pseudointelectual que mantienen algunos
de sus ideólogos debería resultar sencillo. Hace poco menos de dos meses, el
grupo de extrema derecha Málaga 1487 trajo a la ciudad a Pedro Varela, el
librero neonazi condenado por la Justicia por difundir ideas genocidas con la
venta de libros de temática nazi.
Si
piensa “qué soberana estupidez” cuando escucha frases del discurso que Varela,
como que “en Huelva, las fresas los recogen los negritos de África o chicas
monas de Polonia, que quitan los maridos a las españolas, dicen, pero bueno, si
son monas, qué les vas a hacer“, o cuando califica la huída de migrantes del
terrorismo, la guerra y la pobreza como “un plan de ingeniería social para
sustituir civilizaciones”, es que está en el buen camino.
Porque
mira que hay que ser necio para decir -y escuchar sentados en las sillas
asintiendo- cosas como la siguente: “Nos encontramos con esa empanada mental
tremenda que es la ideología de género. Hasta hace poco estaba el sexo
masculino y el sexo femenino. Eso está en la genética y está en la biología.
Ahora se han inventado esto del género, de forma que intentan ir contra la
ciencia, y contra la lógica, contra el sentido común. Los científicos hasta los
años 60-70, decían que el homosexualismo era una desviación de la personalidad
y que era tratable y que era curable, de hecho. Hoy en día, la propaganda
masiva en favor del homosexualismo, pues crea un ambiente favorable que
propicia que sea hasta una moda”.
Sin
embargo, no basta con pensar que Varela y los que siguen a este personajillo
ruin defienden ideas mezquinas, hay que combatir este discurso de la extrema
derecha, que es tan falaz como estúpido. Es preciso que cuando la sociedad
civil le da la espalda a concentraciones como la de Toledo, lo comente en el
bar, en la biblioteca, en el autobus, en su casa… y explique el porqué de ese
rechazo, el porqué los neonazis, los fascistas no tienen espacio en nuestra
sociedad.
El
barrio madrileño en el que me crie, Canillejas, vio nacer a uno de los
grupúsculos neonazis más activos de Madrid, Juventudes Canillejas, con el
despreciable Alberto Ayala de Cantalicio al frente, como ya en su día estuvo en
Combat España. Pues bien, si este barrio obrero de San Blas pudo arrinconar a
estos neonazis, expulsándolos de sus torneos de fútbol que utilizaban para
captar jóvenes, ¿por qué no se puede hacer en el resto de España? Claro que es
posible, pero no bajen la guardia ni subestimen la poca sesera de algunas
personas, potenciales seguidores de embaucadores del odio como Varela, Ayala y
el resto… porque nadie con dos dedos de frente podría comprar las teorías de
esta gentuza.
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